Capítulo # 64 La vida son dos días

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No todo lo que brilla es oro

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No todo lo que brilla es oro

Adam

¿Verdad o reto, Adam?

—Verdad. —Elijo de inmediato.

Emma sonríe, pero con cierta malicia. Saca un papel de un pocillo de vidrio, cuando lo abre y lo lee, se queja decepcionada.

—Ah, te tocó una fácil. ¿Cuál es tu mayor deseo en la vida?

Todavía esa pregunta resonaba en mi mente.

Esa maldita pregunta, que parecía inocente y me dejó con un gusto amargo en mi estómago.

Desde ese día, algo muy dentro de mí, estaba fermentando y no me dejaba en paz. Recuerdo haber mirado a Justin, que miraba casi con hambre a Andrea. No me era muy difícil saber cuál era su mayor deseo. Y dentro de mí, hubiese querido desear lo mismo que él, pero era completamente diferente lo que yo realmente deseaba y quería en el fondo de mi corazón. Y eso me hizo sentirme indigno de Andrea, tan jodidamente desleal, que me hizo replantearme un montón de cosas que antes no lo había hecho.

Ver a Justin ese día, darme cuenta de lo mucho que anhelaba a su familia me hizo sentir culpable, como si yo estuviese en medio —que en parte lo estaba— de algo que nunca fue mío en primer lugar. Como si estuviese interfiriendo en su felicidad. Aunque era ridículo, ya que probablemente conmigo o sin mí en el panorama, Andrea no volvería con él. O tal vez… esos tal vez rápidamente se estaban convirtiendo en mi perdición.

Tal vez yo tenía que hacerme a un lado, aunque me partiera el corazón a la mitad por dejar a mi Andy.

Tal vez Justin realmente merecía una segunda oportunidad con Andrea, una que nunca se pudieron dar porque yo estaba obstruyendo el paso.

Tal vez Justin realmente amaba a Andrea con todas las fibras de su ser, o tal vez no, tal vez solo extrañaba su familia.

Tal vez yo ya había cumplido mi cometido en la vida de Andy, y ya no me necesitaba. Quizás yo solo estaba destinado a apoyarla cuando estaba mal y ya no me quedaba más a su lado. Si algo había aprendido de la muerte de mi familia, es que la vida son dos días. No hay que desperdiciarla buscando algo que ya tienes, perseguir algo lejano que jamás encontrarás mientras tu vida pasa desapercibida y desaprovechada.

De una manera casi profética, la pregunta de ese juego me hizo darme cuenta de algo que lo pasé por alto.

Andrea todavía tenía poder sobre Justin.

Pero la verdadera pregunta era: ¿Justin tendría todavía poder sobre Andrea?

No podía dejar de pensar en todos los te amo que le dije, y que nunca fueron devueltos con las mismas palabras.

O tal vez, solo estaba haciendo el tonto comiéndome tanto la cabeza.

No sabía nada con certeza.

Hoja en blanco ☆ Galena Meyers ☆ Infiel Fiel 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora