Ganadora en los premios Carrot Awards 2020
Tercer lugar en romance, concurso Apple Awards (Red)
Sinopsis:
¿Qué pasa cuando tu mundo perfecto se derrumba a tus pies?
Andrea conoció a Justin en la fiesta de compromiso de su amiga, y de inmediato volar...
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¿Qué estará haciendo acá? Es lo primero que se me viene a la mente cuando la veo.
Rachel está nerviosa, si el movimiento inquieto de sus manos son una indicación. La miro detenidamente, a comparación de la última vez que la vi, hoy es diferente. Está insegura mirando a todos lados, menos a mí.
—Primero que nada, vengo a pedirle perdón por haberlo golpeado, es injustificable lo que hice.
Alzo las cejas sorprendido, esperaba cualquier cosa menos que se disculpara conmigo por ese incidente. Yo la juzgaba como una mujer prepotente, al parecer no lo es.
—Ya lo tengo olvidado. No se preocupe por eso —respondo haciendo un gesto desdeñoso con mi mano, restándole importancia al asunto, sin embargo, es mentira. No lo tenía olvidado, lo había rememorado un par de veces. A veces incrédulo, a veces con gracia. Después de que todo se calmara, y los sentimientos revueltos se colocaron en su lugar otra vez, la manera de mandarme al diablo era hasta graciosa.
—De verdad disculpe. No entiendo cómo me descontrole tanto. Lo siento.
Tiene una actitud contrita, que me deja claro que sus disculpas son sinceras.
—La disculpo —digo, cuando me doy cuenta qué ella se quedaría más tranquila—. ¿Hay algo más que quiera decirme?
Rachel afligida responde: —Hablé con mi familia de lo que usted me dijo. Les comenté que alguien me había reconocido de un orfanato. Ellos al principio me lo negaron, pero al final los amenacé con contratar a un investigador, me lo confesaron todo. Tenía razón. Solía ser Rachel Brown.
Mi corazón empieza a martillarme en el pecho. Estoy emocionado. —Así es. No le mentí la primera vez que estuvo aquí.
—Yo... lo sé —sonríe triste—. Créame, luché durante unos días con la información que me dijo ese día. Pero al final tuve que preguntarles a mis padres. No... no quería creerle, pensé que estaba jugando conmigo, pero luego me dije; con qué fin me mentiría, para que inventar eso. No tenía lógica. Por eso me animé a hablar con mis padres. Y como le conté, ellos me lo confesaron.
