Capítulo # 62 Abriendo los ojos

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Andrea

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Andrea

Estoy terminando de enviar un correo, cuando el interfono de mi teléfono suena.

—Andrea.

—Dime, James.

—Aquí afuera está Justin, necesita hablar contigo, dice. —Hace una pausa—. Se ve... raro. Como preocupado, alterado.

Frunzo el ceño, y de inmediato siento angustia. ¿Y si se trataba de los niños? Como hoy era Lunes, y los niños pasaban todo el fin de semana junto a su padre, a él le correspondía ir a dejarlos a sus respectivas actividades y yo no los veía hasta la tarde.

Dios, odiaba eso. Todavía me costaba despegarme de ellos, y por toda esa cantidad de tiempo. Si no fuera por el apoyo de Adam, probablemente ya estaría loca.

—Hazlo que pase —le pido a mi asistente.

De inmediato entra Justin y yo me paro de mi silla, y me quedo detrás de mi escritorio.

—¿Qué ocurre, Justin? ¿Pasó algo con los niños?

—No, Andrea, ellos están bien —responde seco.

El alivio es instantáneo, aunque la gravedad en su rostro y su tono de voz, me vuelve a asustar.

—¿Entonces que pasa?

Mira al piso por unos segundos, y luego cuando me vuelve a mirar, me impactan sus ojos que últimamente me miraban impregnados de ternura, de amor, pero que ahora me miraban llenos de rencor, pero sobre todo, con mucho dolor.

—Que manera elegiste para vengarte de mí.

—¿Qué? —pregunto confundida y totalmente perdida, probablemente porque seguía pensando en mis pequeños, a pesar de que sabía que estaban bien—. No te entiendo.

Sonríe cínicamente, y hace un gesto de incredulidad.

—Vamos, Andrea, piensa un segundo. ¿No has hecho nada incorrecto últimamente? ¿Algo que me pueda estar afectando directamente a mí?

Sus ojos me observan en detalle, con una frialdad que me hiela la sangre. La realidad me golpea como un choque de trenes.

Lo sabe.

En ese minuto, mi celular comienza a vibrar encima de mi escritorio. Claramente se ve el nombre de Adam, como la llamada entrante.

Justin sonríe con desprecio. —Contéstale a tu novio. Probablemente quiere advertirte que conozco tu secreto sucio.

Cierro los ojos mortificada y afectada. ¿Cómo se enteró? Los únicos que sabíamos de nuestra relación éramos solo tres personas, Adam, Emma y yo. Y estoy segura que ninguno de ellos le habría dicho a Justin.

La pantalla de mi teléfono se va a negro, pero nuevamente se enciende por otra llamada de Adam. Tomo el teléfono y lo coloco en modo silencioso, luego lo guardo en mi primer cajón.

Hoja en blanco ☆ Galena Meyers ☆ Infiel Fiel 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora