Andrea
Estoy recostada en mi cama, mirando el techo. Me siento... perdida, en realidad, la expresión más correcta era que no sé cómo sentirme. Estoy herida, enojada y furiosa por todas las cosas que me había gritado Justin en el estacionamiento la noche de ayer, pero sobre todo me siento extremadamente culpable por haber armado todo este malentendido.
Todo esto es culpa mía, lo acepto. Actué de una manera infantil e idiota, dejando que Justin imagine cosas que no eran. Ahora me había salido el tiro por la culata y debía aceptar mi parte de responsabilidad.
Anoche cuando salí corriendo detrás de Justin para explicarle, debí haberle dicho, no importaba que me hubiese gritado, no importaba con que palabras hirientes me hubiese tratado, debería haberle explicado, pero no pude, el dolor de su expresión, la furia con la que me gritaba cosas, sobre todo el asco con el que me miraba, todo eso me había dejado congelada, casi petrificada.
Nunca me habían mirado como Justin anoche, con una devastación total, me sentí un ser insignificante, la peor de las escorias. Mi corazón se fragmentó en pedazos cuando me di cuenta de cómo mi idiotez, mi inmadurez le rompió el corazón a Justin. Porque a pesar de que intentó ocultar su sufrimiento, no lo logró, pude ver a través de él, alcancé a deslumbrar su dolor.
Y luego el comentario de mi padre... fue un golpe bajo que me dejó enfurecida. Sabía que me lo decía para herirme y tratar de defenderse, pero en ese momento las ganas de explicar habían desaparecido para ser remplazadas por un sentimiento de rechazo hacia él.
Es nuestra naturaleza, el hacer sufrir al otro para que tu corazón no sufra tanto o no sufra solo. Aún sabiendo eso, y haberlo experimentado de primera mano hace tantos años atrás, no pude dejar de tenerle amargura por sacarme a mi padre —mi punto débil— en cara.
Mi teléfono vuelve a sonar. Son cerca de las once de la mañana, probablemente se trata de James, para saber cómo me encuentro. No había ido a trabajar, tampoco había llamado para avisar, otra actitud totalmente poco profesional e irresponsable, pero no me importa, estoy mal, mis fuerzas completamente mermadas de tanto llorar.
Anoche después de que Justin se fuera, me dirigí hacia los ascensores, pero mis piernas temblaban, y me tuve que recargar en un pilar cercano, de lo contrario, habría dado contra el suelo. Quince minutos después, James me encontró sentada en el suelo, llorando a moco tendido. Fue él quien me trajo a casa y me acomodó en la cama, y no me he movido desde ayer.
Mi cabeza está palpitando y mis ojos los siento hinchados, el incesante sonido del teléfono me está poniendo peor, así que con las fuerzas que aún me quedan camino despacio hasta el teléfono de mi sala de estar, para desconectarlo y que me dejen en paz, pero la voz de Emma me frena en seco.
—Estoy afuera Andy, abre la puerta.
Y para confirmar, el timbre empieza a sonar.
Miro la puerta de mi casa confundida y algo desorientada, y luego de inmediato sé cómo lo supo.
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Hoja en blanco ☆ Galena Meyers ☆ Infiel Fiel 1
RomanceGanadora en los premios Carrot Awards 2020 Tercer lugar en romance, concurso Apple Awards (Red) Sinopsis: ¿Qué pasa cuando tu mundo perfecto se derrumba a tus pies? Andrea conoció a Justin en la fiesta de compromiso de su amiga, y de inmediato volar...