Capítulo # 57 Perfección

4.1K 269 148
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hay veces en la vida, cuando se toca fondo, cuando sientes que no hay nada que valga la pena para seguir luchando, tu alma literalmente se rinde y piensas que desvanecerte en el aire es la mejor solución para todas las dificultades y pruebas que D...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hay veces en la vida, cuando se toca fondo, cuando sientes que no hay nada que valga la pena para seguir luchando, tu alma literalmente se rinde y piensas que desvanecerte en el aire es la mejor solución para todas las dificultades y pruebas que Dios te pone en el camino.

Pasé años preguntándole al vacío porque me había arrebatado todo tan repentinamente, tan injustamente.

Días enteros donde no quería nada más que irme con mi familia, donde sea que ellos estuvieran.

La depresión realmente era algo que te jodía por completo, anulándote hasta en lo más básico, como persona, como ser humano.

Fueron meses y meses de angustia, de soledad, de dolor y oscuridad.

A pesar de todas las personas que me rodeaban, me sentía tan perdido, tan solo, tan... desgraciado.

Rogándole a alguien que me sacara de mi miseria.

Me estaba consumiendo lentamente, viviendo de recuerdos, de mi pasado.

Anhelando como loco, deseando retroceder en el tiempo, haber evitado de alguna manera el accidente que se llevó al amor de mi vida, junto al fruto de nuestro amor.

Pero no podía, no podía más que lamentarme por las cosas que tuve y que se fueron. Que jamás regresarían.

Estaba roto por dentro, mi espíritu quebrado en millones de fragmentos, al igual que mi alma.

Con los años fui superando algo el sufrimiento, tratando de vivir la vida lo más feliz que podía, dentro de mis circunstancias.

Pareciendo compuesto en el exterior, para que mi familia de sangre pudiera seguir avanzando con sus vidas, sin embargo, el dolor seguía allí, seguía sintiéndome sin rumbo.

Hasta que un día en el trabajo, vi unos ojos azules llenos de tantas emociones que despertaron algo dentro de mí que pensaba que estaba muerto.

Mi corazón.

Había tanto dolor en su mirar, tanta angustia y desesperación.

En sus ojos reconocí a mi igual.

Hoja en blanco ☆ Galena Meyers ☆ Infiel Fiel 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora