Capítulo # 15 Malos entendidos

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Andrea

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Andrea

—No se preocupe por nada, tenemos todas las pruebas, y la otra parte no tiene nada con que ganarnos. Todo estará bien.

—Espero que tenga razón, abogada. Bueno, entonces la llamaré en unos días para ver cómo va todo.

—Claro, que tenga buena noche Sra. Jonovich.

—Gracias, usted igual. Hasta pronto.

—Hasta pronto —digo para luego colgar el teléfono.

Suspiro cansada y masajeo mis sienes por el dolor de cabeza que estoy empezando a sentir. Lo peor de todo es que el trabajo es tan abundante, tengo una tonelada de papeles y documentos que leer, así que no puedo irme a pesar de que ya es la hora de marcharse.

Siento unos golpes en la puerta. Me enderezo en mi silla. —Adelante.

—Permiso. —Miro hacia la puerta y veo a mi asistente James, con carpetas en las manos. Él entra a la oficina y se sienta en frente de mí.

—¿Cómo estás? —me pregunta una vez deja la carpeta en la pila de papeles que me quedan por revisar.

—Agotada.

—Deberías irte, son más de las cinco.

—No puedo. Hay mucho que hacer todavía.

—Si, yo también estoy colapsado —se lamenta James—. Por cierto, te llamó Justin hace un rato, cuando hablabas con el cliente.

La sola mención de su nombre me arranca una media sonrisa y mi día parece mejorar.

—¿Qué dijo?

—Me dijo —se detiene un momento y sonríe entretenido—, más bien, me gruñó que intentaría llamar más tarde. —Niega con la cabeza, divertido—. ¿Cuándo le vas a decir que soy gay? Pobre chico, si supiera que tú y yo jugamos para el mismo equipo, además —finge un estremecimiento—, las miradas de la muerte que me da cuando viene para acá, ya me están asustando.

Me río un poco. —Los celos a veces son buenos. Mantienen a las personas interesadas en su pareja. Ya sabes, psicología básica. Sí alguien más quiere lo que tienes...

Después de la despedida de soltero de los chicos, pude comprobar de primera mano que era verdad. El sexo que tuvimos luego de ese suceso fue el mejor que tuve nunca. Ambos, locamente tratamos de sacarnos de la mente a cualquier otro que estuviera en nuestras mentes. Y al parecer lo logramos, ya que al final de la noche, ni me acordaba de los strippers.

—Ya veo. ¿Realmente es por eso? ¿O será que le quieres dar celos a Justin, porque tú estás celosa de su secretaria?

Me muevo incomoda en mi silla. Miro hacia un lado tratando de parecer casual. —No sé de qué hablas.

Hoja en blanco ☆ Galena Meyers ☆ Infiel Fiel 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora