*Narra Irka*
En cuanto llego a casa apenas apago el motor salgo como alma que lleva el diablo. Hay tanta ira dentro de mi que siento ardor en todo el cuerpo.
Me encierro en mi habitación y comienzo a romper y a arrojar todo a las paredes. Cuando no hay nada más que romper voy al baño y me miro al espejo.—Otro enemigo declarado a tu lista y ni siquiera sabes qué hacer. Aún así lo desafiaste, estás tan preocupada por todo el mundo que ni siquiera te das cuenta de que te estas arruinando la vida. –observo con atención mi cara sudorosa– ¡Arriesgas tu vida por migajas, te suicidas cada vez que tomas una decisión apresurada! –me golpeo la cara con la mano una y otra vez– ¡Esto será tu condena!
Salgo y entro del baño tratando de pensar en lo que debo hacer. En cuanto a planes, debo aceptar que no tengo ninguno. Esto no estaba planeado. Una guerra no estaba en mi itinerario cuando mi padre me obligó a salir al mundo para adaptarme. Él debería saber que hacer, debería estar aquí.
—Hades. ¿Ahora qué hago? Todo esto se me está saliendo de las manos. –me tiro del pelo y cierro los ojos– ¿¡Por qué me dejaste volver!? ¡No estaba lista! ¡Te lo dije, te lo dije, te dije una y mil veces que no quería volver y me obligaste! ¡¿Por qué?! –grito hasta que siento la garganta en carne viva.
Estoy entrando a ese momento de esquizofrenia donde mi propio reflejo me exige daño, exige sangre y dolor, no tengo más remedio que ceder ante ese impulso.
Unos segundos después estrello el espejo con mi puño y los fragmentos de este caen al suelo con un ruido muy fuerte.
—¡Soy un puto globo en un mundo de alfileres! –grito con una risa maniática y lágrimas en los ojos. La oscuridad está brotando mientras mi humanidad se resbala entre mis dedos cual arena.
Me arrodillo en el suelo y agarro el cristal más afilado que encuentro en el suelo y lo paso por la palma de mi mano, luego ese rojo que tanto anhelaba comienza a escurrir poco a poco, burbujeando, tan cálido y placentero.
Es como si estuviera en algún tipo de shock, como si mi lado cuerdo estuviera apagado y mi cuerpo actuará a su antojo. Mi lado oscuro exige sangre, mi oscuridad se filtra por todo mi cuerpo como si fuera vapor para poder salir por cada poro.
—Irka. ¿Qué estas haciendo? ¿Está todo bien? –John se acerca por la espalda, lentamente mientras yo froto mis mejillas con las manos húmedas por mi propia sangre.
—¿No sabes tocar? ¿Tu madre no te enseño nada? –contesto dándole la espalda y rompiendo a llorar, mi ira está flaqueando.
Su recuerdo me atormenta, lo que hice con él. Dioses, esto es mi culpa, si tan solo lo hubiese dejado ir.
—¿Te encuentras bien? –este tipo es un idiota de pacotilla. No es ni la sombra del verdadero John.
—¡Sal de mi casa! ¡He dicho que salgas de mi casa maldito bastardo hijo de puta! –grito volteando violentamente para poder verlo.
—¡Por dios! –gruñe asustado– ¿Qué te has hecho? –se arrodilla frente a mi, se ve furioso y asustado, en lugar de preocupado.
No es más que un vil mentiroso. Todos mienten sin control. Yo miento.
—No sé porqué sigues aquí. ¡Vete! No te quiero ver nunca más. –suelto el cristal, me levanto y me tiro en mi cama, no quiero verlo ni en pintura.
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MESTIZA
Science FictionSoy el resultado de años de investigación e inversión que salieron mal. Soy lo que jamás debió vivir pero que sin embargo esta aquí. Viva, latente y peligrosa. Fui creada a partir de un deseo egoísta, me convertí en el único ser que tiene en su pode...