—Así que... –miro a todos sus hombres y termino por reír, son un intento patético de intimidarme– Aquí estamos, me atrapaste con la guardia baja, ¿ahora qué?
Ella me arroja una mirada desafiante y ordena que mis hombres bajen las armas.
—Quiero que dejen sus armas al frente y pongas sus manos sobre la cabeza. -
–mis hombres como les advertí, no obedecieron a su orden.—No puedes venir a una batalla y esperar que se dejen las armas. Si vienes aquí para desafiarme entonces... –levanto mis puños en alto en forma de defensa– Que comience la cacería.
Todos sus hombres se ríen y yo me pregunto por qué mierda viene aquí, despues de haber armado todo ese mierdero de plan para terminar hablando.
Yo iniciaría el combate con mucho gusto, pero según las leyes, Hades no puede iniciar una guerra a menos que alguien ataque primero. Si alguien le declara la guerra en su territorio le corresponde el derecho de contraatacar, pero no recuerdo si la intimidación puede ser un motivo plausible.
Gizel ordena que me sigan vigilando con las armas desenfundadas y se va a mirar al horizonte con tranquilidad. No sé qué quiere ver, arriba solo hay un abismo negro y al frente un amplio terreno yermo.
—A su orden, Comandante. –dice el Oficial Meléndez detrás de mi con impaciencia.
Tanto como yo, él espera que llueva sangre, pero Gizel no hace nada más que ver el horizonte.
—No se qué está esperando. –respondo sin apartar la vista de la chamuscada cara de Gizel.
Todos nos quedamos ahí, esperando a ver qué sigue. Diría que no va a atacar pero no es así... no fue así.
De fondo veo a un grupo enorme de hombres armados que corren a toda velocidad hacia nosotros. Creo que eso estaban esperando, la pinche caballería. Gizel me dirige una sonrisa burlona de un triunfo prematuro.
—Comandante, nos faltan hombres. –grazna Ser Louis asustado plantandose a mi lado y yo gruño– No duraremos.
—Apeguense al plan. Si dentro de dos horas no hemos terminado, será el momento del TOC. –Gizel se gira para verme de frente y s acerca con su cara chamuscada de inocencia.
—Será un placer arrancarte el alma con mis propias manos, mientras que en tu último suspiro ves cómo me apoderó de todas tus habilidades. –saca una daga y trata de encajarmela en el pecho, pero yo la desvío con facilidad.
Mis hombres se lanzan contra los guardias que protegían a Gizel y esta termina retrocediendo lo suficiente como para salir del ojo del huracán. Ella ha dado el primer paso y ahora nos toca defender.
Cierro los ojos y me concentro en llamar a mi mayor aliado disponible. Necesito a Cerbero.
>>Vamos amigo, necesito tu ayuda. Hades está seguro fuera de este lugar, pero necesito de tu fidelidad. Por favor, acude a mi. Por favor.<<
Termino mi rezo a tiempo para esquivar una navaja perdida. La tomo y me lanzo a la batalla.
Ya veo porque nsdie deja que las princesas se salven solas, es una chinga pelear con vestido. Sé que es una completa belleza lo que traigo puesto, pero ellos se aprovechan y me lo están jalando.
Me apartó de la multitud soltando un montón de puñetazos para poder bajar el cierre y despejarme de esa belleza. Cuando lo logro doy una patada ninja a un baboso que quiere clavarme una lanza en el cuello.
Bendigo mi previsión de traer un short debajo de la falda, pero me maldigo por no traer una camisa extra porque ahora estoy exhibiendo mi torso desnudo con nada más que un brasier negro.
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MESTIZA
Science FictionSoy el resultado de años de investigación e inversión que salieron mal. Soy lo que jamás debió vivir pero que sin embargo esta aquí. Viva, latente y peligrosa. Fui creada a partir de un deseo egoísta, me convertí en el único ser que tiene en su pode...