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Dicen que ves tu vida pasar ante tus ojos cuando mueres, pero lo único que yo vi fue nada. Una nada tranquila y silenciosa.

Mi botón de autodestrucción me causó un dolor de inexplicable tranquilidad, sé que morí y sé que jamás volveré, pero me siento en paz aún sabiendo que deje muchas tareas inconclusas. No hay nada que me importe más en esta nada... salvo él... mi Cillian.

Recuerdo su sonrisa y recuerdo esos ojos incomprensiblemente hermosos, brillantes, familiares. Él, quién jamás fue mío realmente.

Otros rostros familiares se muestran ante mi. Todos aquellos a quienes amo.

Recuerdo a Rodrick con su sonrisa seductora y su presencia luminosa como una estrella.

Recuerdo a Amparo con su inocencia, a Perla con su humor bipolar y a Sofía con su timidez.

Recuerdo a Lía, esa pelirroja que hacía todo lo que más me fastidiaba para mantenerme entretenida de mi soledad y jamás noté hasta ahora.

Recuerdo a Hades, el hombre que vio luz en mi cuando lo único que veían los demás era oscuridad. El hombre que vio potencial en mi y me ayudó a sacarlo, me ayudó cuando nadie lo ayudó a él.

Todos esos recuerdos se arremolinan sobre mi como un tsunami monstruoso que termina por aplastarme, obligándome a ver todas esas palabras que no dije.

Me obligo a pensar en esos momentos donde ellos estaban y yo los ignoré. Debí tratarlos mejor y debí decirles cuánto los amaba, cuán agradecida estaba por tenerlos ahí aunque no siempre los trate como lo merecían.

Me arrepiento de muchas cosas que no dije y que no hice. Esa sensación trae consigo un dolor terriblemente enorme que atraviesa cada fibra de mi ser.

Y luego... despierto.

Me levanto gritando con fuerza en medio de la oscuridad, de inmediato un dolor punzante me ataca por todo el cuerpo, duele como jamás me ha dolido nada en esta vida... ¿Vida? ¿Sigo viva?

—¡¿Sigo viva?! –grito asustada y emocionada– ¿Cómo?

Intento levantarme, pero me desplomó como peso muerto tras unos segundos. Me siento mareada y todo me da vueltas a pesar de no poder ver nada. ¿Dónde estoy?

Enciendo mi mano a modo de vela e ilumino mi alrededor para saber dónde diantres estoy metida. Quiero averiguar por qué mierdas sigo viva y qué fue de la batalla.

Me apoyo sobre una rodilla y busco con la mano libre algo para sostenerme. Es difícil saber dónde estoy, pero siento una familiaridad enorme. La flama sale de mi mano tan débil que a penas alcanzó a ver mis pies ensangrentados.

Cuando encuentro algo sólido capaz de sostenerme, tomo fuerza de voluntad para intentar ponerme de pie una v3z màs.

Sé que algo no anda bien con mi cuerpo y no sé cuánto tiempo estuve en esta especie de coma o lo que sea, pero sé que mi regeneración es demasiado lenta, necesito comer.

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