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Hades se ha ido, después de hacerle diez mil preguntas incómodas a Cillian y después de prometerme que me iba a dejar manejar la situación de la ceremonia a mi manera.

Yo sé que estaba tanteando el terreno de la confianza del humano que nos acompañaba, pero creo que el cuestionario se debía más a otra cosa que por mera desconfianza. ¿Celos tal vez?

Hades menciono, a traves de nuestra conexion mental, que las preguntas tenian el objetivo de hostigar al posible pretendiente de la niña que crió con tanta dificultad y disciplina, porque nadie estará jamás a mi altura.

Cualquiera qur haya sido su objetivo, resultó ser que Cillian superó las expectativas de Hades con creces. Se marchó satisfecho según su lenguaje corporal, mientras prometía una y otra vez que se mantendría a salvo en el refugio hasta que terminaríamos la "tarea" pendiente.

—Le caes bien. –aclaro mientras ordenó mis cuchillos en la mesa para intentar descifrar como es que llevaré tantos cuchillos encima estando enlatada en mi maravilloso vestido– Muy pocas personas le caen bien.

—Me sentía aterrado. –responde mientras toma mi katana del estante, la analiza y la deja en la mesa con cuidado– Casi sentía cómo mi corazón abría un camino en mi pecho queriendo huir muy lejos.

Lo observo revisando mis armas y algo en mi interior gruñe desesperado, me aterra pensar que él podría formarse la idea de que solo soy una asesina a sangre fría.

En un impulso de mi cuerpo me acerco a él y pongo mi mano en su pecho, eso llama su atención y lo saca de onda.

Él no se mueve, solo me analiza sorprendido mientras yo trato de pensar en algo para decir que justifique mi acción.

—Vaya, parece que aún quiere huir. –me topo con esos ojos que tanto me enloquecen, esa explosión de azul tan tranquilizante y brillante.

—No creo que sea por el terror que me dio tu padre. –sus mejillas se sonrojan y con eso sus pecas resaltan, luego desvía la mirada avergonzado– Se aceleró por algo más.

Trago saliva y mi corazón se precipita en latidos tan violentos como los suyos. ¿Mi tacto causó eso? ¿Cómo es posible si una capa gruesa de tela me separa de esa suave piel preciosa y pálida que él tiene?

>>No te hagas ilusiones, Cillian no ha dicho que ese pulso acelerado se deba a ti. Has hecho una promesa. Prometiste no herirlo, prometiste mantener un muro fortificado que impidiera que tus emociones se adueñaran de tu mente. Luego de que vea ese espectáculo sangriento que llamas Coronación, Cillian terminará odiandote o peor aún, terminará huyendo.<<

Sería más fácil saber que me odia, de esa manera no me mataria la incertidumbre de saver que yo puedo dañarlo.

Me doy la vuelta para darle la espalda al hombre que se tomó el tiempo de recoger los fragmentos de mi corazón y de armarlo a pesar de que esos trozos eran afilados y se ha pinchado más de una vez.

—Irka. –rompe el silencio con mi nombre, que suena como un poema romántico al salir de sus labios– Tengo preguntas sobre cómo te hiciste esas cicatrices.

Ahí está de nuevo, el pulso acelerado como un caballo desbocado. Pocos han preguntado directamente por mi pasado pero Cillian es original, ha preguntado sobre las marcas despiadadas que surcan casi toda mi espalda y parte de mis hombros y estómago.

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