—¿Comandante? –sacuden mi hombro con delicadeza– Arriba, es tarde.
¿Tarde? ¿Por qué sería tarde? Solo han pasado unos minutos.
—Comandante, debe asistir a su prueba de vestido. –continúa quién parece que es ser Louis, mi consejero.
—Puede... esperar. –comienzo arrastrando las palabras sin ser capaz levantarme– Sólo cinco minutos más.
—No puede esperar, su proclamación es en tres días. –dice sacudiendome otra vez con más insistencia.
¿Tres días? Me quedo procesando esas dos palabras. ¿Qué sucederá en tres días?
—¡¿QUÉ?! –me levanto de un salto y lo acorraló contra la pared sintiendo una ola de miedo y furia creciendo en mi interior– ¿Cómo dices que dijiste?
—Su proclamación como protectora ha sido programada para este domingo. -contesta y yo lo suelto, y comienzo a dar vueltas como loca.
—¿Por qué nadie me avisó? ¿Cuándo lo decidieron? –él esta por contestar cuando lo interrumpo violentamente– ¡¿Es que estoy pintada o qué?! ¡Nadie tiene la decencia de decirme con tiempo! –Louis agacha la cabeza como si no encontrara las palabras.
—Se acaba de decidir, Comandante. La reunión de anoche fue para eso, pero usted no asistió, por lo que veo se quedo dormida. –señala mi escritorio que es una mierda– Si no le consultaron fue porque... no asistió. –repite marcando las últimas palqbras– Su ausencia fue tomada por el Consejo como un permiso para decidir ellos mismos.
—Oh... –me cubro la cara con las manos y respiro– Lo siento, Ser Louis, no quería ser tan grosera. –él sonríe y asiente comprensivo.
—Días difíciles, pero no olvide que siempre hay un rayo de luz en la oscuridad. –asiente nuevamente– Como el cielo nocturno, por sí solo es atemorizante, pero con las estrellas se torna hermoso y celestial. –gesticula con las manos y yo organizo lo que sea que se pueda organizar sobre mi escritorio– Su vestuario, Comandante. –repite por milésima vez y yo suelto un bufido– Las modistas no toleraran retrasos.
—¿Tolerar a dos modistas antes de mi café matutino? Ja, ni que estuviera loca. –camino hacia el lado contrario al que se supone debería ir– ¡Primero un baño rápido y luego iré con ellas! –me volteo para mirarlo a la vez que camino hacía atrás– ¡Quiero mi café en esa habitación en cinco minutos! –grazno y él asiente– ¡Toma el tiempo!
Una vez dentro de mi habitación comienzo a quitarme la ropa. Corro al baño, abro la llave y así de fría como esta el agua me baño.
Al salir tomo un conjuto de ropa limpia ql azar, me cepillo el cabello mojado, luego lo sacudo y salgo en chinga con mis zapatos en la mano mientras me pongo a tropezones las calcetas.
Cuando estoy por llegar a la habitación donde me esperan veo a Ser Louis con mi taza de café en una bandeja mientras me sonríe.
—Cinco minutos exactos. –revisa su reloj con gesto burlón y luego me ofrece el café– ¿Agitada?
—No, hoy me dio por respirar más oxígeno. –gruño mientras tomo aire y le doy un largo sorbo a mi taza– Gloria pura, si señor.
Abro la puerta y las chicas están peleando sobre algo relacionado con sombreros o tiaras, pero interrumpen la discusión para mirarme furiosas.
—¡Impuntual! –gritan ambas y escucho como Ser Louis retiene una carcajada mientras mira hacia otro lado fingiendo que no pasa nada.
—Silencio. –ellas arrugan la frente y yo sostengo con fuerza mi taza entre las manos– Tienen suerte de que haya asistido, en tan solo un segundo las habría botado de aquí y me habría ido a mi reconocimiento en pijama. –cruzo los brazos y ellas se miran entre sí, ofendidas y avergonzadas– Están aquí por exigencia de mi padre, no mía.
—Sería una completa desgracia si usted eligiera su vestuario. –resopla una y yo levanto mi ceja esperando que agregue algo más.
—Le ofrezco disculpas, mi compañera no se lleva bien con la autoridad. –se inclina y yo me rió entre dientes.
—Ni yo me llevo bien con ellos. –dejo la taza en una mesa lateral y me paro frente a ellas con firmeza– Parece que son tolerables, tú eres la policía buena y sumisa, tú eres la gruñona y vale madre. –la que me ofendió se queda quieta procesando si la estoy insultando o halagando– Interesante.
—¿Qué tal si comienzan? –sugiere con tranquilidad Ser Louis y yo asiento apretando los dientes.
..........
Pasan horas y horas midiéndome, dándome opciones de cómo podría elegir un vestido, sin embargo ninguna idea me gusta, doy opciones y la mayoría, por no decir todas, son rechazadas por ser simples, antiestéticas y para nada hermosas o cool.>>Patético, ¿quién dice que la Comandante debe usar brillantina y olanes? Fui entrenada para la guerra, no para desfilar como niña mona por el mundo<<
Al final se aburren y me dan la opción de dejarme ir a casa, pero con la condición de que ellas escojan el tipo de vestido.
—¡Ni hablar! -grazno molesta– No iré como una niña de papi a una ceremonia donde se supone que acepto la responsabilidad de representar y proteger a un planeta entero. –ellas me miran sin entender el punto– ¡Soy igual a ellos, y me niego rotundamente a ir vestida como una riquilla, sería como decir que soy mejor que ellos cuando no es así!
—De acuerdo, entonces elija usted, pero conste que le advertimos. Su estilo es cero cool, si todos se burlan de usted por ir vestida de payaso no será nuestra culpa. –aprieto los puños para no asfixiarlas a ambas, se miran entre sí y comienzan a guardar sus cosas.
—¿Ah sí? –miro a Ser Louis y él niega con la cabeza frenéticamente– Creo que tomaré el riesgo. Váyanse. –me cruzo de brazos– Ser Louis, págales por su tiempo y dales una liquidación porque no requiero más de sus servicios. –ellas se voltean asustadas.
—Comandante... –comienza la buena– No puede despedirnos, nosotras...
—Claro que puedo, estoy en mi derecho. No requiero de su ayuda. –me dispongo a salir cuando la bocona me toma del hombro bruscamente.
De inmediato tomo su mano, le doy un giro y la derribo con demasiada facilidad. Su cuerpo colapsa en el suelo y su cara se contorsiona reflejando el dolor que siente en la espalda por el impacto.
Me cierno sobre ella con gesto amenazante y la sujeto por el cuello, no lo suficiente como para asfixiarla, pero si para dificultar su respiración.
—No me vuelvas a ponerme un dedo encima, jamás, de lo contrario se me olvidará la misericordia y te vare picadillo mientras duermes. –la suelto y me levanto, me acomodo la camisa y salgo campante de la habitación.
—¿No cree que fue demasiado? –Ser Louis me alcanza y yo lo miro divertida.
—Sí, eso estuvo fatal, imagina como habría sido si no tomaba mi respectivo café matutino. –abre los ojos y mira al frente imaginando la catástrofe.
—No discutiré sobre esa lógica, Comandante. –sonríe y yo también– Tiene una personalidad muy explosiva.
—Para nada. La gente es demasiado irritante. –suspiro– Hades hizo lo que pudo al educarme como una princesita de papá, pero he vivido demasiado como para no comportarme como una verdadera hija de puta –Louis contiene una risa y yo lo golpeo ligeramente en el hombro– Reír no es ilegal, Ser Louis, no me molesta que te expreses.
—Sin duda será la mejor representante terrestre en toda la historia. –sonríe con los ojos brillantes de esperanza.
—Seré la primera mujer terrestre con acceso al Consejo Galáctico. –esas palabras saben agridulces en mi boca– Todo gracias a Hades. –suspiro y niego con la cabeza– Sabes, no sé si reír o llorar por eso.
ESTÁS LEYENDO
MESTIZA
Science FictionSoy el resultado de años de investigación e inversión que salieron mal. Soy lo que jamás debió vivir pero que sin embargo esta aquí. Viva, latente y peligrosa. Fui creada a partir de un deseo egoísta, me convertí en el único ser que tiene en su pode...