Capitulo 4...

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Terry comentó.

- Gracias, señora Grant. Dígame...¿cómo era el aspecto de la dama?
- Nada del otro mundo, era una mujer joven, de mirada profunda. Y rostro muy afable.

El corazón de Terry dio un vuelco.

- Se lo agradezco de nuevo. Y le pido otro favor...¿puede mantener ésto en secreto?
- Por supuesto. No se preocupe, Terry.
- Gracias de nuevo.

Subió a su habitación y ahí leyó la nota. Cuando comenzó, el alma se le hizo un ovillo.

"Terry...mi querido Terry...no me atreví a buscarte personalmente pero...quiero saber cómo estás. Pero la única forma de hacerlo es personalmente. Te espero en el café Kodak a las diez de la noche. Atentamente: E.B."

- ¿E.B.? Tonta...¿por qué no pusiste tu dulce nombre en la hoja, si era para mí?

La noche llegó y por fin la hora de ver a aquella dama que lo esperaba.

En cuanto se acercó a la entrada observó de reojo y encontró a una dama que estaba sentada casi en un rincón. Tenía un periódico en las manos.

Terry se le acercó. Los ojos centelleaban de la emoción. Le colocó la mano en el hombro y le dijo suavemente:

- ¿Puedo sentarme con usted, bella dama?

Ella, quien no era otra que Eleonor Baker sonrió débilmente, tratando de no dejar resbalar el llanto.

- Terry...mi querido Terry...
- ¿Cómo estás?
- Bien- dijo él también camuflado para no ser reconocido.

Sonrieron al par, mirándose uno en el otro sin pestañear.

- Estás mucho más alto que la última vez...
- La última vez no fue tan agradable...
- No- dijo Eleonor- pero te veo mucho mejor.

Terry bajó la cabeza.

- No es tan simple.

Eleonor rompió el silencio que Terry generó.

- Siento mucho lo de Susana...

Terry miró a otro punto.

- Fue difícil. Nunca pude sentirme aliviado ni cuando murió. No puedo sentirme bien...
- Hiciste lo que pudiste.
- No...no fue suficiente. Ella nunca pudo escuchar de mis labios que la quería...-señaló Terry.
- Lo lamento. ¿Y tú, cómo te sientes?
- Emocionalmente, mejor. Aunque...todavía no muy fuerte que digamos.
- ¿Qué te pasó?- preguntó Eleonor.
- ¿Por qué mejor no vamos a mi departamento. Tenemos tanto que platicar...

Terry la sacó con sigilo del café y en un coche volvieron al departamento.

Ya dentro, se miraron un segundo y Terry la abrazó con fuerza.

- No sabes...la falta que me has hecho todo este tiempo, mamá- dijo Terry.

Eleonor lo abrazó y lloró junto con él.
- Y tú a mí...he sufrido tanto por no poderme acercar a ti. No quería entorpecer tu esfuerzo y tu vida, sin que pensaras que quería influir en ti.
- Hiciste bien...sé que lo que siga ahora es sólo mi responsabilidad. Sin embargo, siempre te he necesitado.

Entonces él preparó té y le contó muchas cosas de su trabajo en el compañía de teatro.

- Has trabajado mucho por lo que veo- dijo Eleonor.
- Bastante, mamá- comentó Terry.- Creo que ahora sí vas a tener que preocuparte porque haya otro mejor actor en Broadway.

Ella sonrió asintiendo.

- Si ese actor es mi hijo, no me importaría.

Terry recordó entonces, brevemente, lo sucedido en aquellos años, mientras viajaba a América para buscarla.

Desafiando El DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora