Capitulo 42...

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Candy pudo disfrutar aquella estancia en la casa de Lakewood, porque muchos de sus recuerdos buenos y algunos tristes volvían a su vida.

Pero lo que más disfrutó fue el conocer un poco mejor a Albert, a quien ahora podía reconocer como un hombre sensible y a la vez, cortés y caballeroso

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Pero lo que más disfrutó fue el conocer un poco mejor a Albert, a quien ahora podía reconocer como un hombre sensible y a la vez, cortés y caballeroso.

Intuía que dentro de aquel hombre un tanto rebelde se escondía un alma repleta de sensibilidad. Y no se equivocaba.

No solamente su atención y cuidado hacia los animales eran notables, sino también lo eran su cuidado y atenciones para con ella y con Annie. Y aunado a eso, era capaz de estar pendiente de los problemas de su sobrino Archie, así como de las necesidades de la gente que trabajaba para él.

Prefería tener pocos sirvientes y conocerlos y tratarlos a todos, que tener demasiados y no conocer siquiera sus nombres.

Candy no podía más que admirarlo cada día que pasaba. Por instantes se preguntaba si ella no se hubiera enamorado antes de Terry, quizás habría amado a Albert. Quizás ellos habrían encontrado un camino para entenderse y amarse como ninguna otra persona.

Pero no…Albert era como un padre y ella así lo respetaba y veía. Y no quería que aquella dulce impresión respecto a él cambiara por un mal entendido.

Archie estaba temeroso de pedirle matrimonio a Annie. Pero cada día que pasaba la amaba más.

Por fin fue con Candy y le habló abiertamente

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Por fin fue con Candy y le habló abiertamente.

- Candy…¿puedo hablar contigo?

La enfermera asintió.

- Claro, Archie. Vamos al estudio.

Estando ahí, Candy le preguntó.

- ¿De qué querías hablarme?

- Es sobre Annie…no sé…curiosamente en estos días la he sentido un poco distante conmigo.

- No pienses así, Archie- dijo Candy.- Quizás es sólo que sigue preocupada por lo de la guerra.

- Yo también estoy preocupado porque…quiero declararme pero…no sé cómo hacerlo.

Candy sonrió.

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