Capitulo 41...

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Billy le preguntó.
- ¿Escribes a tu novia?
- Sí…
- ¿Cómo es?- preguntó Billy.
Terry sonrió y pensó.
- ¿Cómo te la describiré? Es rubia…de ojos verdes, tez blanca…y tienes las pecas más hermosas del mundo.

- ¿Cómo te la describiré? Es rubia…de ojos verdes, tez blanca…y tienes las pecas más hermosas del mundo

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- Vaya que si ha de ser hermosa- dijo Billy.
- Ten cuidado- retó Terry en tono de broma.- Nadie puede llamar hermosa a mi novia sin mi permiso.
Billy bajó un poco los ojos, pero Terry rió a carcajada limpia.

Billy bajó un poco los ojos, pero Terry rió a carcajada limpia

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- No te pongas así, Billi. Era broma. Realmente si la conocieras, sabrías que es una hermosa mujer…mira te mostraré su foto…

 Realmente si la conocieras, sabrías que es una hermosa mujer…mira te mostraré su foto…

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Le permitió ver veladamente a la rubia enfermera. Billy sonrió.
- Sí que es bonita tu novia.
- Bueno, bueno, ve a dormir y déjame terminar de escribir esta carta, ¿quieres?
- Claro, Teddy, hasta mañana.
Terry comenzó a escribir:
“Querida Candy:
No pude enviarte otra carta que ya había escrito para ti, porque mi padre se la llevó. Tras el incidente del compromiso roto, dijo que yo ya no era más su hijo. Lo tomé al pie de la letra, aunque el conde Gerald, el padre de la que habría sido mi futura esposa, es un hombre bueno y me hizo ver que, independientemente de que él no quiera, Richard Grandchester sigue siendo mi padre…y yo sigo queriéndolo también.
Ahora estoy en una compañía ambulante. Son buenos chicos y me he adaptado bien con ellos. Pero por el momento no tengo mucho dinero y no podría viajar a América. Hubiera querido quedarme en la casa de Escocia un tiempo pero no voy a depender de mi padre para solucionar esto. En cuanto tenga lo suficiente, volveré por ti y nos casaremos, Candy.
Me gustaría saber qué ha sucedido contigo ahora. Leí en el periódico que han muerto enfermeras americanas en el frente de batalla. Y cuando leí eso no he podido dejar de pensar en ti…por favor, Candy. Si me tardo, no vayas a irte al frente, te lo suplico. Sólo déjame llegar hasta. En cuanto estemos juntos de nueva cuenta, seremos totalmente felices. No pasaría un día de mi vida en el que no te demuestre lo mucho que te amo.
Por favor, dale mis saludos a Albert. Seguramente está cuidando bien de ti, porque sé que él te quiere tanto como yo…sólo pido tiempo, amor mío…sólo tiempo. Te amo y te amaré siempre.
Terry G. B.”
La cerró. Quizás no tendría suficiente dinero ni para enviarla. Pero en la primera oportunidad, esa carta encontraría segura destinataria.

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