Capitulo 69..

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Sea como sea- continuó Albert.- Se me hace muy extraño que no haya respondido.

- Se me hace muy extraño que no haya respondido

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- Seguramente no puede. Quizás tiene demasiado trabajo.
Albert insistió.
- ¿Por qué no vas a tú a decírselo? Podrías aprovechar el pretexto de pedirle un autógrafo.
Archie respondió:
- Tienes razón. Podría ser buena idea. Así podríamos sentirnos tranquilos.
Albert, sin embargo, repuso:
- Yo no puedo sentirme tranquilo. El no saber nada de Candy es angustiante.
Archie asintió. Luego preguntó.
- ¿Crees que Bárbara se sienta contenta de ir a Lakewood?
Mágicamente, los pensamientos de Albert cambiaron hacia Bárbara. Su mirada se tornó de oscura a una luz nueva que le permitió ver las cosas de diferente manera. Por un momento la tristeza desapareció.
- Estoy seguro de que ese lugar le gustará mucho a Bárbara. Y debemos hacer lo posible para que se sienta a gusto.
- Annie y yo nos encargaremos de hacerlo. Hoy mismo me voy a ir a verla para que sepa cómo está.
Albert miraba hacia donde estaba Bárbara. Le parecía interiormente que era un oportunidad de hacer el bien y de recuperar un poco la alegría.

Candy ayudó a la madre de Mark durante el día. La elaboración del queso le sirvió para despejar un poco la mente.
- Ve a poner esto sobre la mesa, Candy- dijo la madre del chiquillo, sintiendo más confianza con la muchacha.
- Claro.
Candy llevó una canastilla a la mesa cuando topó con un tartán. Las manos de Candy temblaron. Y el sonido lejano de una gaita escocesa en su mente la hizo derramar varias lágrimas.

 Y el sonido lejano de una gaita escocesa en su mente la hizo derramar varias lágrimas

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- ¿Qué me pasa?- preguntó con preocupación.
La señora se acercó para calmarla.
- ¿Te ocurre algo, Candy?
- No lo sé…¿usted sabe por qué siento esto frente a ésta tela?
- No, Candy…no lo sé. Quizás Terry lo sepa.
- Es que…al verlo, sentí algo extraño…como si mi vida estuviera ligada fuertemente a este tipo de prenda…la música de un instrumento llega a mis oídos y no sé qué tiene que ver eso conmigo…-sollozó sentándose a la mesa y ocultando el rostro bajo el brazo.
La madre de Mark la tranquilizó.
- No te pongas así, Candy. Ten paciencia. Pronto podrás saber de qué se trata.
La chica respiró hondamente.
Al poco rato llegó Terry.
- Candy…¿por qué lloras?

- Candy…¿por qué lloras?

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Desafiando El DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora