Capitulo 51..

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Terry sintió cómo resbalaban de sus ojos aquellas lágrimas. No podía ser verdad, Candy no podía casarse con Albert, sin saber qué había pasado con él.

- No, Candy…tú no eres así…tú no pudiste decidir eso así nada más…tengo que averiguar qué está pasando…quiero saber si ya te perdí para siempre

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- No, Candy…tú no eres así…tú no pudiste decidir eso así nada más…tengo que averiguar qué está pasando…quiero saber si ya te perdí para siempre.
Carlson se acercó.

- ¿Estás llorando, Grandchester?- No…es que…estaba recordando algo

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- ¿Estás llorando, Grandchester?
- No…es que…estaba recordando algo.
- ¿Qué haces con ese periódico?
- Nada- dijo Terry tratando de esconderlo.- Ahora dime, ¿qué dijo el comandante?
- Nos tocan órdenes hasta mañana temprano. Pero ahora estoy preocupado por Daniel…respira con dificultad.
Terry se acercó. Lo tocó ligeramente.
- Tiene fiebre. Creo que hay que llamar al sargento que está en el cuartel para que le avisemos.
- No hay nadie cerca. El sargento está en una reunión.
- ¿Qué hacemos?
- Creo que tendremos que arreglárnoslas como podamos.
Terry entrecerró los ojos.
- ¿Quieres saber algo curioso? Mi novia es enfermera…si ella estuviera aquí, sabría exactamente qué hacer.
- ¿Y ahora, qué hace ella?
El hijo del duque respondió.
- Si te lo dijera, no lo creerías…yo aún no puedo creerlo. Pero ya te contaré. Ahora hay que buscar agua y paños para tratar de bajarle la fiebre. ¿Tienes idea de por qué está así?
- No ha comido…pero creo que debe ser algo más.
Terry lo revisó con cuidado y notó que tenía una herida en un costado.
- Daniel…¿qué te pasó?

- Fue un rozón…- ¿Y por qué no dijiste nada?- Varios compañeros habían muerto y otros habían sido heridos de gravedad…lo mío era cualquier cosa

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- Fue un rozón…
- ¿Y por qué no dijiste nada?
- Varios compañeros habían muerto y otros habían sido heridos de gravedad…lo mío era cualquier cosa. No me había molestado hasta ahora.
- Eres un inconsciente. Este puede empeorar.
- Lo siento…pero no debían preocuparse por mí.
Terry negó.
- Tu exceso de humildad te está costando cara…y nos estás arrastrando a nosotros. ¿Qué pretendes que hagamos nosotros contigo?
- Ya se los dije…no quiero que me ayuden.
Grandchester resolvió.
- Ah, no…tú no te vas a morir aquí…Carlson, trae alcohol y un pañuelo largo.
Entre los dos lo detuvieron y Terry comenzó a curar.
- Dale a morder este lienzo y sostenlo fuerte porque se puede mover. Mi novia hizo esto por mí en una ocasión.
- ¿Crees que funcione?
- Ella lo hizo conmigo y funcionó…espero que así sea…no quiero ver a éste muriéndose aquí solo. No me da la gana.
Daniel miró a Terry.
- Ahora entiendo por qué le caíste tan bien a mi padre…
Candy se quedó en el centro de capacitación. Albert se despidió diciendo:
- Prometo volver a verte pronto, Candy. Sólo termino aquellos asuntos pendientes y regreso.
- Gracias, Albert.
- Y con respecto a lo que te dije…no tienes que pensar en eso siquiera…tranquila y trata de recuperarte. Recuerda que a Terry no le gustaría verte triste.
- Tienes razón, Albert…a Terry no le habría gustado eso…
Le dio un gran abrazo y salió de allí.
Candy trató de infundir ánimos en sus alumnas, recordando el tiempo en que ella era una enfermera que requirió mucha atención y dedicación, puesto que su maestra se quejaba continuamente de su torpeza, pero también se enorgullecía de su gran corazón.

Desafiando El DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora