Capitulo 76..

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Eleonor y Richard hablaban en la habitación mientras el duque se fumaba un puro y ella miraba por la ventana del cuarto.
- ¿En qué piensas?- preguntó la actriz.
El duque se levantó y la abrazó por la cintura.
- En ti…tenía tanto miedo de perderte definitivamente.
Eleonor le permitió abrazarla.
- No sé qué sucedió pero…todo el pasado a tu lado se volcó frente a mí al tenerte cerca. Te amo, Richard. Pero…no sé qué sucederá ahora.
- Yo tampoco. Vamos a dejar que el tiempo diga la última palabra.

- ¿Qué harás con la duquesa?- Me separaré definitivamente de ella

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- ¿Qué harás con la duquesa?
- Me separaré definitivamente de ella.
- Yo no quiero que tengas problemas por mi causa.
- No esta vez…no me importaría. Sé que lo único que me interesa es tu bienestar y el de Terry.
- Tengo miedo por él.
- Él ya sabe lo que hace, Eleonor- comentó el duque muy seguro.
- Eso espero- respondió la madre de Terry.

Terry miraba a Candy respirar aire puro en el jardín.
Se acercó despacio para no molestarla. Pero la pasión que sentía por ella le impedía permanecer en calma mucho tiempo.
Sin embargo, se armó de valor y se acercó despacio.
- Candy…¿cómo te sientes?
- Bien, Terry. ¿Estás cansado de ayer?
- No, para nada. Me siento muy bien. Y tú estás hoy más hermosa que nunca.

 Y tú estás hoy más hermosa que nunca

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Candy rió y luego comentó

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Candy rió y luego comentó.
- Terry…¿por qué me decías Tarzán Pecosa?
Terry entreabrió ligeramente los labios.
- ¿Lo recuerdas?
- Sí, pero no recuerdo por qué lo decías.
Terry se cruzó de brazos y comenzó a explicar.
- Porque eras una muchachita rebelde que se trepaba a los árboles como una mona y siempre tuviste muchas pecas.
- ¡Terry!
- Tú me preguntaste, pecosa.
Candy rió al fin.
- No me puedo imaginar trepando a los árboles.
- ¿Por qué no lo intentas?
- ¿Yo? Claro que no, Terry.
El muchacho la tomó de la mano y la llevó hasta un gran árbol que estaba a espaldas de la finca.
- Aquí está éste. No es muy alto y si te mareas yo puedo ayudarte a bajar, ¿qué dices?
- No, Terry, no creo que sea buena idea…
- Anda, pecosa, inténtalo. Tal vez así regresen más recuerdos a tu cabeza.
Candy asintió.
- Está bien…voy a intentarlo solamente.
Se acercó al árbol, miró hacia arriba y sintió un vértigo extraño. Luego puso sus pies despacio en algunos puntos del tronco, mientras su pie resbalaba y el temor se apoderaba de ella. Las manos comenzaron a sudarle.

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