Albert seguía desayunando con Arthur aquella mañana, tras el acuerdo al que habían llegado, respecto a la construcción de aquella clínica junto al zoológico de Central Park.- Es una gran oportunidad para mí, Albert. Creo que si tú no hubieras confiado en mi persona, quizás nadie lo hubiera hecho.
- Sé de alguien que lo hubiera hecho, igual que yo- dijo Albert.
- ¿La persona que esperabas en Nueva York?
Albert asintió con la cabeza solamente.
- Ya veo…quizás alguna chica.
El rostro de Albert denotó una sonrisa leve pero sincera.
- Puede ser…-observó.- Es una amiga mía que iba a venir, a ver la obra de Hamlet.
- Qué coincidencia. Yo también invité a alguien para ver la obra. Por cierto, me gustaría saber si ya llegó. Encontré por casualidad a unas amigas suyas en la estación del tren. Me sorprendió que la conocieran también. Quisiera saber si ya llegó.
- ¿Hay forma de que lo averigües?
- Quizás sí. Pero no he visto a sus amigas. No sé dónde encontrarlas.
- Si quieres vamos a la estación a preguntar si ya arribó tu amiga.
- ¿De verdad? ¿Tienes tiempo?
- Por supuesto- observó Albert.- Vamos.
Se dirigieron a la estación y conversaban en el trayecto.
- Dime, Albert, ¿no has pensado en casarte?
Albert suspiró un segundo y luego añadió:
- Tal vez, pero según veo, creo que tengo mala suerte.
- No lo puedo creer. ¿Acaso la muchacha que esperas…?
- Sí…tengo que confesártelo. Esa chica está enamorada de alguien más. Y lo que más me duele es que creo que no tengo oportunidad. Se conocieron hace ya mucho tiempo y en algún instante algo entorpeció su felicidad. Sin embargo, se reencontraron y quizás esta vez no haya nada que los separe. Justo ahora, que pretendía aspirar a su amor.
- No te desanimes. Quizás ella se dé cuenta esta vez que lo suyo con ese joven no tiene futuro.
- No sé cómo decirlo. No quiero intervenir. Candy es muy obstinada…
Arthur se tornó serio.
- Candy, ¿has dicho?
- Sí…Candy White Andley. Bueno…Andley porque es mi hija adoptiva, en cierto modo. Es una historia larga de contar.
- Candy White…no puede ser.
- ¿Qué sucede, Arthur?
El veterinario bajó la cabeza y luego miró a Arthur.
- ¿Puedes dejarme en la estación, Albert?
- ¿Te ocurre algo?
- No, nada…es que…no me siento muy bien.
- Si quieres, puedo esperarte.
Arthur lo miró con algo de dolor.
- Albert…no sé cómo explicártelo. Creo que no lo creerías.
- A estas alturas…puedo creer casi cualquier cosa. Tengo todo el tiempo para escucharte.
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Desafiando El Destino
FanfictionCandy y Terry siguieron caminos diferentes. Candy y Albert parecían ser muy afines...hasta que pasó algo inesperado. ¿Qué harías si tuvieras que desafiar al destino para conseguir lo que anhelas? Es historia de andrea sparrow