Terry salió. Candy lo aguardaba afuera un poco nerviosa.
- ¿Qué pasa, Terry?- preguntó.
- Es increíble- dijo el joven actor.- Dice el doctor que…como enfermera no sirves.
- ¿Cómo?
- Te hizo preguntas sobre medicina, ¿cierto? Pues bien, dice que realmente no sabes nada…
Candy estaba sorprendida.
- Claro que no, pecosa- rió Terry- por supuesto que eres una buena enfermera. Dice el doctor que en cuanto te pongas mejor, podrías volver a trabajar como tal.
- ¿De verdad?
- Por supuesto, Candy. El doctor dice que ya estás mucho mejor.
Candy abrazó a Terry y éste le dijo tiernamente.- Por fin, estoy recuperando a la Candy de siempre…a la mujer de mi vida.
- Gracias, Terry, por estar conmigo. Por amarme tanto como yo a ti.
Tras darle un beso, caminaron por la calle en busca de un lugar para comer.
Estuvieron un rato en la ciudad.
Para la rubia enfermera, la estancia en Londres era muy agradable.
- He pensado que debemos quedarnos esta noche en Londres. No quiero que viajes tanto para que no te agotes.
- Está bien, Terry- resolvió su esposa.
Durante el tiempo que estuvieron en la ciudad, estuvieron conversando.
- Recuerdo que pasé por estas calles…buscando una medicina para curarte porque llevabas la pierna herida. ¿Cómo te lastimaste?
Terry comenzó a contarle.
- No es algo agradable, Candy…
- Quiero que me cuentes, soy tu esposa y no me gustan los secretos.
El actor estaba preocupado. Todavía había muchos secretos entre ellos.
- Bien…te diré que estaba mal porque había discutido con mi madrastra. Ella habló mal de mi madre y mi padre no la defendió entonces. Por eso bebí…y al salir del bar unos tipos me quisieron robar, pero como me negué a darles dinero uno de ellos me encajó un cuchillo en la pierna.
- Dios mío…¿y cómo llegaste de vuelta al colegio?
- Fue un hombre que me ayudó a volver…¿recuerdas de quién se trataba?
La joven trató de hacer memoria. Se sintió un poco inquieta, confundida, hasta que reconoció en su mente la imagen de un hombre.
- Era él…Albert, ¿cierto?
- Sí…Albert me llevó de vuelta al colegio. Pero, ¿recuerdas qué sucedió después?
Candy se quedó en silencio un instante y luego soltó una carcajada.
- Ya recuerdo- contestó- te llevó por equivocación a mi habitación.
- Así es…a mí me parece que él ya sabía y por eso me llevó a tu habitación, Candy.
- ¿Qué quieres decir?
- Que tú debiste contarle que yo te gustaba y por eso decidió aprovechar la oportunidad para ayudarte.
- ¿Cómo te atreves? – replicó su esposa.
Terry se carcajeó a su vez.
- Ya sé que no fue así, Candy. De hecho, sería más fácil para mí haberle dicho a Albert que me llevara a tu cuarto.
- ¿Por qué?- insistió Candy, intrigada.
- Porque…yo ya le había contado a Albert que me gustabas.
- ¿Yo ya te gustaba?- preguntó Candy, coquetamente.
- Sí…desde que te vi en el barco. Y cuando te veía en el colegio, eras lo único que evitaba que me volviera loco.
- ¿Y qué te gustaba de mí?
- Todo…tus ojos verdes- señaló acercando su boca- tus labios…tu talle…tu inocencia…y sobre todo…tus pecas.
Candy bajó la mirada, pero Terry aprovechó para saborear sus labios sin importar que la gente lo estuviera viendo.Momentos más tarde, ya en la posada, Terry la acariciaba mientras seguían conversando.
- Candy…tengo algo que contarte.
- ¿De qué se trata?
- Es que…hay algo que tú no sabes. Hasta hace poco tú y yo ya éramos novios, pero nos vimos separados por una mentira.
Candy sintió cómo un balde de agua fría caía sobre su espalda.
- ¿Qué sucedió?
- No te preocupes, no fue culpa mía, Candy. Lo que sucede es que una actriz llamada Karen.
Entonces le contó todo lo referente al engaño de Karen Klays, el supuesto matrimonio con Bárbara Gerald y su enfrentamiento con su padre.
- Fue por eso que nos vimos separados, Candy. Luego yo dejé a mi padre y tú te fuiste al frente. No nos reunimos hasta que yo pudiera enfrentarme al duque de Grandchester.
- Entonces...fui al frente.
- Y yo también…fui soldado pero…ocurrió algo muy extraño.
Candy quería saber más pero sentía que era demasiada información para ella.
- Tranquila, Candy…ahora no es momento para esto…es momento- dijo soltando la bata de su cuerpo- para estar juntos y que te demuestre lo mucho que te amo.
Aquella entrega fue deliciosa. Ella sólo deseaba tener a Terry con ella. La fuerza y el vigor con el que la poseía era intenso y le mostraba todo lo que una esposa enamorada podía sentir por su hombre.
Candy enrojecía de placer al sentir el cuerpo de su amado socavándola una y otra vez. Juntos encontraron el éxtasis y entre lágrimas, Terry le dijo.
- Candy…ojalá Dios nos bendiga enviándonos un hijo…tener un hijo tuyo es lo más maravilloso que podría tener…
La enfermera se acurrucó en el pecho de Terry y olvidó todo lo que pudiera haber en su presente y pasado.En tanto, Michael terminó de revisar algunos pacientes y luego se fue a preparar sus maletas para viajar.
Elisa no lo iba a buscar a su casa, así que no se daría cuenta de que saldría de América.
Horas más tarde, volvió para tomar el té con Melanie y Neil. El hermano de Elisa le preguntó.
- Dime, Michael, ¿te sientes bien como para casarte con mi hermana?
- ¿Por qué lo dices, Neil?
- Porque sabes que ella es muy especial. Realmente es peligrosa.
- Neil…para ser su hermano te expresas muy mal de ella.
Neil replicó.
- Es que hasta ahora me doy cuenta que Elisa es la peor hermana que un hombre pudiera tener.
- Tal vez así sea, pero…no sé por qué yo sigo creyendo que un día cambiará.
- Pero tú no la quieres…Michael bajó la cabeza. Luego, pensó en Candy.
“Candy White…si te hubiera conocido antes…si estuvieras viva. Nunca te dije que me gustabas…que siempre pensé que tenías un alma noble y buena.”
- No importa, Neil, sé que puedo llegar a quererla. Ella será mala, pero sé que me quiere y quizás puedo doblegar su voluntad.
- Eso espero, por el bien de ella.
- Por cierto…voy a viajar, Neil. No me da tiempo de despedirme de Elisa. Tengo que partir enseguida. Algo le comenté sobre la convención de médicos. ¿Te ausentarás mucho?
- No tanto, en cuanto esté instalado enviaré un telegrama para avisar.
- Bien, yo se lo diré.
Michael se despidió. No podía dar detalles sobre su viaje. Tenía que ser con suma cautela.
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Desafiando El Destino
FanfictionCandy y Terry siguieron caminos diferentes. Candy y Albert parecían ser muy afines...hasta que pasó algo inesperado. ¿Qué harías si tuvieras que desafiar al destino para conseguir lo que anhelas? Es historia de andrea sparrow