Capitulo 33..

1.3K 90 4
                                    

El viaje de Terry a Londres era un tanto tedioso. Los recuerdos lo abrumaban de noche, mientras trataba de conciliar el sueño. Pensar que había dejado a Candy kilómetros atrás, del otro lado del océano, era algo que le impedía estar tranquilo.

 Pensar que había dejado a Candy kilómetros atrás, del otro lado del océano, era algo que le impedía estar tranquilo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¿Qué va a pasar cuando lleguemos Londres?- se preguntaba a sí mismo.- ¿Cómo voy a dirigirme a esa familia? Ni siquiera sé nada sobre ellos, ni sobre la joven que se han dignado buscarme…no puedo llegar de la nada pero…tampoco puedo predisponerme…será mejor que actúe en función de lo que vea…

Trató de conciliar el sueño. Cerró los ojos y buscó un cigarrillo. Ni siquiera eso traía.

- Vaya una cosa…ni cigarrillos puedo traer pero…sí que traigo algo que vale mucho más…Sacó de su saco entonces una armónica; la que Candy le diera a cambio de los cigarrillos aquella tarde en la segunda colina de Pony:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Vaya una cosa…ni cigarrillos puedo traer pero…sí que traigo algo que vale mucho más…
Sacó de su saco entonces una armónica; la que Candy le diera a cambio de los cigarrillos aquella tarde en la segunda colina de Pony:

“ – Hey, ¿qué haces aquí…y fumando?
- Hola, pequeña pecosa…
- Deja de fumar aquí. Esta es mi segunda colina de Pony, que es un lugar muy importante para mí y no puedes fumar sin mi permiso.
Terry sonrió y apagó su cigarrillo.
- Está bien, Candy. No te enojes…o se te notarán más la pecas.
Candy le entregó.
- En lugar de fumar, toca la armónica.
Terry la tomó y dijo:
- ¿Por qué me la das? ¿Acaso quieres que te de un beso indirectamente?
- No seas tonto. Sólo quiero que dejes de fumar aquí. Eso no te hace bien. Ah, por cierto…están tocando la campana. Debes ir a clase, ¿de acuerdo? Nos vemos…
Cuando Candy se marchó, Terry suspiró y siguió tocando la armónica. Ese instrumento cambiaría notablemente su vida”.
Terry tocó la armónica intentando hacerlo lo suficientemente bien.

Salió de su camarote y tocó la armónica desde la cubierta, tratando de llegar a los oídos de Candy.

Salió de su camarote y tocó la armónica desde la cubierta, tratando de llegar a los oídos de Candy

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Desafiando El DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora