CAPÍTULO 1:
(TN) había olvidado el nombre de su prometido.
-Yo, (TN) te tomo a tí... Se mordisqueó el labio inferior. Su padre los había presentado unos días antes, aquella terrible mañana cuando los tres habían ido por la licencia matrimonial.
Después él se había esfumado y no lo habia vuelto a ver hasta hacía solo unos minutos, en el dúplex que su padre poseía al oeste de Central Park, cuando había bajado a la sala donde ese mediodía estaba celebrádose aquella apresurada boda.
(TN) casi podía sentir la enérgica desaprobación de su padre, que se encontraba a su espalda, pero eso no era nada nuevo para ella. Lo había decepcionado incluso antes de nacer y no importaba cuánto lo hubiera intentado, nunca había intentado conseguido que cambiara de opinión sobre su hija.
(TN) se arriegó de mirar de reojo al novio que el dinero de su padre había comprado. Un semental. Un auténtico semental de estatura imponente, constitución delgada pero fibrosa y extraños ojos color azul. A la madre de (TN) le habría encantado.
La madre de (TN) había muerto el año anterior, en el incendio de un yate cuando dormía en brazos de una estrella de rock de veinticuatro años. (TN) ya podía pensar en su madre sin sentir dolor y sonrió para sus adentros al darse cuenta que su madre hubiera pegado el grito en el cielo al conocer al novio, ya que el hombre que estaba junto a (TN) hubiera sido demasiado mayor para Anne. Para Anne, la madre de (TN), el límite de edad eran los 25 y el novio parecía de unos 27 años.
Tenía el cabello lleno de rizos alborotados y unos razgos cincelados que hacían que su cara pareciera demasiada bella si no fuera por la mandíbula firme y el ceño amenazador. Los hombres que poseían ese brutal atractivo habían atraído a Anne, pero a (TN) los prefería mas maduros y conservadores. (TN) deseaba
que su padre hubiera escogido a alguien menos intimidante.
Intentó tranquilizarse recodándose que no iba a tener que pasar más que pocas horas con su nuevo marido. Todo acabaría en cuanto hubiera la oportunidad de exponerle el plan que se le había ocurrido. Por desgracia, el plan conllevaba romper unos votos matrimoniales que ella consideraba sagrados y, dado que no solía tomarse sus promesas a la ligera -en especial los votos matrimoniales, - sospechaba que eran los remordimientos de conciencia la causa de su bloqueo mental.
Empezó de nuevo, esperando que el nombre de aquel hombre le viniera a la mente.
-Yo, (TN), te tomo a ti... -La voz de (TN) se apagó.
El novio en cuestión no le dirigió ni una simple mirada y, por supuesto, tampoco intentó ayudarla. Permaneció con la vista al frente. Él acababa de formular sus votos, así que tenía que haber pronunciado el dichoso nombre, pero la falta de inflexión en su voz no había traspasado la parálisis mental de (TN) y no se había enterado.
-Harold- Masculló su padre detrás de ella, y (TN) pudo deducir por el tono de su voz que apretaba los dientes otra vez. Para haber sido uno de los mejores diplomáticos de Estados Unidos no se podía decir que tuviera demasiada paciencia con ella.
(TN) se clavó las uñas en las palmas de las manos, diciéndose que no tenía otra alternativa.
-Yo, (TN) ... - tragó saliva,- te tomo a ti, Harold ... - volvio a tragar saliva, -como mi horrible esposo.
Hasta que no escuchó la exclamación de Amelia, su madrasta, no se dió cuenta de lo que había dicho. El semental volvió la cabeza y la miró. Arqueaba una ceja oscura con leve curiosidad, como si no estuviera seguro de haber oído correctamente. "Mi horrible esposo". El peculiar sentido del humor de (TN) tomó el control y sintió que le temblaban los labios.
Él alzo las cejas, y esos ojos profundos la miraron sin una pizca de diversión. Resultaba evidente que el
semental no compartía sus problemas para contener una risa inoportuna.
Tragándose la histeria que crecía en su interior, (TN) miró rapidamente hacia adelante sin disculparse. Al menos una parte de aquellos votos había sido honesta porque él, sin duda, sería un esposo horrible para ella. Finalmente, el bloqueo mental desapareció y el apellido del novio irrumpió en su mente. Styles.
Como antiguo embajador en el Reino Unido, el padre de (TN), Paul Hart, tenía infinidad de conocidos en Inglaterra, tanto allí, como en Estados Unidos, como en el extranjero.
La gran mano del novio tomó la de (TN), mucho más pequeña, y ella sintió la fuerza que poseía cuando le puso encima el sencillo anillo de oro en el dedo.
-Con este anillo, yo te desposo- dijo él con voz severa e inflexible.
Ella contempló el sencillo aro con momentánea confusión.
-... por el poder que me otorga el estado de Nueva York, os declaro marido y mujer.
(TN) se tensó mientras esperaba que el juez invitara al novio a besar a la novia.
Cuando no lo hizo, supo que había sido sugerencia de Paul para ahorrarle la vergüenza de verse forzada a besar a aquel tipo.
Paul señaló al misterioso novio, que se habia acercado a las ventanas. Los testigos de la ceremonia fueron el chofer, que había desaparecido discretamente para atender sus deberes, y la esposa de su padre, Amelia.
Al ser hija ilegítima de Paul, (TN) siempre tuvo el odio de Amelia. Aunque esta se encargaba de ocultarlo y hacerlo
parecer simpatía.
-El novio no parece feliz- susurró Amelia- ¿Porque no tratas de evitar decir imprudencias? Y te lo digo enserio, haz algo con respecto a esa mala costumbre de decir lo que piensas.
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¿Odio o amor?
Fanfic(TN) es una chica que toda su vida ha vivido rodeada de lujos, cuando es obligada a casarse con el misterioso Harry Styles por un plazo de 6 meses su vida da un vuelco de 180°. ¿Podrá soportar siquiera una semana viviendo de esa manera?