—¿Qué quieres ver?
—Lo que tú quieras.
—Con este maillot no dejo nada a la imaginación
—Aun así quiero verte más de cerca.
(TN) sabía que el sexo podía ser excitante, pero no había esperado el sensual tono provocador en la voz de Harry. De repente pensó que quizá
debería decirle que era virgen, pero entonces él creería que era un bicho raro. Y lo cierto es que Harry nunca lo sabría si ella no se lo decía.
Al contrario de lo que decían los libros románticos, los frágiles hímenes no sobrevivían a veintiséis años de exámenes médicos y ejercicio físico.
Echando la cabeza hacia atrás, (TN) observó cómo Harry se la comía con los ojos y, mientras permanecía delante de él, sólo cubierta por el maillot,
encontró que la idea de jugar a ser una experimentada mujer fatal era demasiado excitante para ignorarla. Había leído montones de libros al
respecto, pero ¿sería capaz de conseguirlo? ¿Qué podía hacer para provocarlo aún más?
Le dio la espalda, intentando ganar tiempo para pensar, y entonces vio que las cortinas azules que colgaban en la ventana de la cocina no estaban
cerradas del todo. Dudaba que alguien se paseara por ahí fuera con ese tiempo, pero por si acaso se apresuró a cerrarlas. Apoyando una mano
en el mostrador, se estiró por encima para alcanzar la cortina.
Oyó un sonido ahogado, casi como un gemido.
—Una buena elección, cariño.
No supo de qué estaba hablando Harry hasta que lo sintió detrás, acariciándole las nalgas. Él le amasó la carne por encima de las mallas de red en
forma de diamante.
A (TN) se le tensaron los pezones y su piel comenzó a arder de una manera extraña. Comenzó a sentirse nerviosa. No importaba lo que había
querido que pensara él, ni siquiera sabía hacer el amor de la manera básica, así que mucho menos podía probar a hacerlo de forma exótica.
Harry le deslizó un dedo bajo la tira de lentejuelas y le dibujó la hendidura entre las nalgas. Harry se mordió los labios para no gritar de placer.
El dedo se deslizó más abajo.
Incapaz de resistirlo más, (TN) se enderezó y se giró hacia los brazos de Harry.
—Quiero volver a besarte.
Él gimió.
—Tus besos son más de lo que puedo manejar ahora mismo. —Harry se ajustó el nudo de la toalla y (TN) se dio cuenta de que la tenía abultada.
De hecho estaba muy abultada.
Ella se quedó mirándolo fijamente y sintió que se le secaba la boca.
—S-sigo queriendo besarte.
—Hagamos un trato. Ábrete el corchete del maillot y nos besaremos todo lo que quieras.
(TN) levantó la vista a regañadientes y llevó los brazos a la espalda para hacer lo que le pedía. Cuando terminó, el corpiño comenzó a caer, pero
ella lo sostuvo contra sus pechos.
Harry inclinó la cabeza y la besó al tiempo que le agarraba las muñecas y se las apañaba del pecho. Mientras el indagaba con la lengua en su boca,
el maillot se le bajó hasta la cintura. Harry la empujó contra la pared, al lado de la mesa, le levantó las muñecas y se las sujetó a ambos lados de
la cabeza.
—No es justo —susurró ella contra sus labios mientras la apretaba contra la pared. —Eres más fuerte que yo.
—Ahora es mi turno —respondió él con un susurro.
Y lo fue.
Manteniéndole las muñecas inmovilizadas, Harry usó la boca para excitarla. Le mordisqueó la oreja y el cuello. Le recorrió con rapidez la clavícula
y la base de la garganta. Y luego se echó hacia atrás para poder mirarla de arriba abajo.
Aquella posición hacía que los pechos de (TN) quedaran elevados. Él jugueteó con uno y luego con el otro, haciendo que le ardiesen con tal
ferocidad que ella apenas podía soportarlo.
—Para —le dijo la joven sin aliento. —Suéltame.
Él le soltó de inmediato las muñecas.
—¿Te hago daño?
—No, pero vas muy rápido.
—¿Muy rápido? —la miró con una sonrisa torcida. —¿Estás criticando mi técnica?
—Oh, no. Tu técnica es maravillosa —repuso ella con rapidez, en tono serio y ansioso, y él sonrió. Avergonzada, (TN) evitó mirarlo a los ojos y
clavó la vista en su boca. Luego se dio cuenta de que si iba a hacer el amor con ese hombre feroz y orgulloso, tenía que ser tan fuerte como él.
Levantó la cabeza y le sostuvo la mirada.
—No quiero que seas tú quien lleve la voz cantante. No ahora. Quizá después, pero aún no.
—¿Me estás diciendo que quieres mandar un rato?
Ella asintió con la cabeza. Puede que estuviera nerviosa, pero nada iba a impedir que explorara los maravillosos misterios ocultos bajo la toalla.
—Sólo te pongo una condición, cariño. —Harry enganchó un dedo en el maillot que se enredaba en la cintura de la joven. —Quítatelo todo
excepto las medias.
(TN) tragó saliva. No llevaba bragas debajo de las medias. Éstas consistían en una red que la cubría desde la cintura a los dedos de los pies, y que
no tapaban absolutamente nada.
Él arqueó una ceja después de retarla, luego la soltó y se sentó a los pies de la cama.
—Y quiero ver cómo te desnudas.
Eso era demasiado. (TN) se aclaró la garganta y le habló con toda la despreocupación que pudo fingir.
—¿Quieres decir aquí mismo? ¿Con luz y todo?
—Así es. Desnúdate y hazlo despacio.
La joven se armó de valor decidida a mantenerse a su altura.
—¿Luego te quitarás la toalla?
—Cada cosa a su tiempo.
(TN) se deslizó lentamente el maillot por las caderas, inclinándose hacia delante mientras lo bajaba para cubrir su desnudez ante él. El maillot se
le deslizó a los tobillos. Ella lo apartó con el pie, examinó la desgastada alfombra y escuchó el ligero repiqueteo de la lluvia sobre el techo de la
caravana.
—Oh, no, así no. —Él se rio entre dientes. —Yérguete. Y olvídate del maillot.
La ronca voz de Harry hizo que se estremeciera. Le temblaron las manos cuando acató su orden.
—Eres muy hermosa —susurró Harry cuando se exhibió ante él, desnuda salvo por las negras medias de red que realzaban, más que ocultaban, la
parte inferior de su cuerpo.
(TN) decidió que ya le había dado tiempo más que suficiente para mirarla.
—Tiéndete en la cama —le dijo ella en voz baja.
Él vaciló sólo un momento antes de acostarse como le decía, apoyándose en los codos.
—¿Así?
—Ah, no. De eso nada; túmbate por completo.
Para deleite de (TN), él hizo lo que le pedía. Harry recostó la cabeza en dos almohadas apiladas para no perderse nada.
Ella se mordisqueó los labios. No estaba completamente segura de poder conseguirlo, pero sí decidida a intentarlo.
—Ahora levanta las manos hasta tocar la pared. Y no se te ocurra moverlas.
Él le dirigió una perezosa sonrisa que hizo que se le derritieran los huesos.
—¿Estás segura?
—Muy segura.
Harry colocó los brazos como ella quería, haciéndola sentir muy orgullosa de sí misma. Se acercó a la cama. Él le recorrió los pechos y el vientre
con una mirada ardiente, haciéndola ser consciente de que estaba casi desnuda. Cuando se acercó a él, cada célula del cuerpo de (TN) bullía de
excitación y anticipación. Por un momento la imagen de los látigos guardados bajo la cama irrumpió en su mente, pero la ahuyentó.
Miró los brazos extendidos de Harry en aquella falsa pose de esclavitud. Era su cautivo. Si se quedaba de esa manera, cada parte de aquel cuerpo
sería suya, para explorarlo a voluntad, incluyendo el imponente montículo que abultaba la toalla. Apartó los ojos de allí y se arrodilló en el borde
de la cama.
—Recuérdalo —susurró ella. —No apartes las manos en la pared. No las muevas.
—Si separas un poquito las piernas, cariño, seré tan colaborador como quieras.
(TN) decidió que era un trato justo, y separó los muslos. Harry se recreó en lo que quedaba ahora a la vista. Tensó el brazo derecho, como si fuera
a moverlo, pero luego se relajó.
(TN) inclinó la cabeza y comenzó a saborearle de nuevo, mordisqueando cada centímetro del torso masculino, y siguió bajando. La piel, firme y
tensa, delineaba cada músculo. Le deslizó las manos por el pecho, disfrutando de la textura de la piel húmeda. No pudo resistirse a las tetillas y las
capturó con los labios, haciendo que Harry se contorsionara debajo de ella. Extendiendo una mano, (TN) le agarró el bíceps y se lo apretó.
Después deslizó los dedos hacia abajo, buscando el suave vello de su axila. Cuando se demoró allí, a Harry se le puso la piel de gallina y soltó un
profundo gemido entrecortado. Ella levantó la cabeza lentamente y lo miró a los ojos.
—Voy a quitarte la toalla.
—¿Ahora?
El crudo deseo en la mirada de Harry le recordó que estaba jugando con fuego. Pero no pensaba retroceder; bajó las manos a la toalla. Deshizo el
nudo con un movimiento fluido y la abrió.
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¿Odio o amor?
Fanfiction(TN) es una chica que toda su vida ha vivido rodeada de lujos, cuando es obligada a casarse con el misterioso Harry Styles por un plazo de 6 meses su vida da un vuelco de 180°. ¿Podrá soportar siquiera una semana viviendo de esa manera?