Capítulo 23

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Sólo después de que comenzara la segunda función pudo (TN) abandonar la taquilla y observar la actuación de Harry. Esperaba que volver a ver

el espectáculo diluyera la impactante sensación que había experimentado la noche anterior, pero la habilidad de su marido le pareció todavía

más impresionante. ¿Dónde había aprendido a hacer esas cosas?

Hasta que no terminó la función no recordó que debía acabar de ordenar la caravana. Regresó rápidamente y estaba abriendo la puerta cuando

Danielle, con Joe encaramado de nuevo a sus hombros, la llamó. Al ver a (TN), el mono comenzó a chillar inmediatamente y a taparse los ojos.

-Cállate, bicho malo. Ven, (TN), quiero enseñarte una cosa.

(TN) cerró la puerta de la caravana con rapidez, antes de que Danielle pudiese ver el desorden del interior y se diera cuenta de la terrible ama

de casa que era. La joven la tomó del brazo y la condujo por la hilera de caravanas. A la izquierda pudo al maestro de ceremonias,

hablando con Harry mientras los trabajadores comenzaban a apilar las gradas.

-¡Ay! -(TN) dio un chillido cuando sintió un fuerte tirón del pelo.

Joe chilló.

-Niño malo -canturreó Danielle, mientras (TN) se colocaba lejos del alcance del chimpancé. -Ignóralo. En cuanto comprenda que no le haces

caso te dejará en paz.

(TN) decidió no decirle lo mucho que dudaba que eso sucediera.

Rodearon la última caravana y (TN) soltó un jadeo sorprendida al ver a muchos de los artistas, todavía con ropa de actuación, alrededor de una

mesa plegable sobre la que había una tarta rectangular con unos novios de plástico en el centro. Madeline, la chica que había conocido antes, estaba

cerca del pastel, junto con Brady y sus hijos, varios payasos y otros muchos empleados que había conocido antes. Sólo Heather parecía

haberse quedado al margen.

Sonriendo ampliamente, el maestro de ceremonias empujó a Harry hacia delante mientras Madeline levantaba las manos como un director de

orquesta.

-Atención todos. ¡Felicidades! ¡Felicidades!

Mientras el grupo cantaba, a (TN) se le empañaron los ojos. Esas personas apenas la conocían, pero le tendían una mano amistosa. Después de la

fría ceremonia que había sido su boda, la joven se recreó en la intimidad de ese momento. En esa improvisada reunión de los amigos de Harry, se

sintió como si estuviera asistiendo a una verdadera celebración, a una aceptación de que había ocurrido algo realmente personal, como si aquello

no fuera un castigo de su padre sino una ocasión feliz.

-Gracias -susurró ella cuando terminaron de cantar. -Gracias de todo corazón.

Miró a Harry, y la felicidad de la joven se evaporó al ver su expresión rígida y gélida.

¿Odio o amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora