Capítulo 31

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(TN) había sido muy cuidadosa al dar el cambio y estaba segura de no haber cometido ningún error. Acercándose por detrás, miró las hojas pulcramente escritas.

-¿Dónde?

Harry señaló el libro de ingresos que había encima del escritorio.

-He cotejado los números de las entradas con los recibos. Y no coinciden.

Tardó sólo un momento en darse cuenta de qué era lo que pasaba.

-No coinciden porque regalé algunas entradas de cortesía. Fueron como una docena.

-¿Entradas de cortesía?

-Para las familias pobres, Harry.

-¿Decidiste ser caritativa?

-No podía aceptar ese dinero.

-Sí podías, (TN). Y de ahora en adelante lo harás. En casi todos los pueblos, el circo es patrocinado por una organización local. Ellos dan pases especiales, y también los doy yo si se da el caso. Pero tú no, ¿entendido?

-Pero...

-¿Entendido?

Ella asintió con la cabeza.

-Bien. Si piensas que alguien merece un pase, me lo dices y yo me ocuparé de ello.

-De acuerdo.

Harry se puso en pie y frunció el ceño.

-Hoy vuelve Caroline. Le diré que te busque algo de ropa para la función. Cuando ella pueda atenderte, enviaré a alguien para que se ocupe de la taquilla.

-Pero yo no soy artista.

-Esto es el circo, cariño. Todo el mundo es artista.

La curiosidad que sentía por la misteriosa Caroline hizo que ignorase la mueca de Harry.

-Escuche que Caroline fue una famosa trapecista. ¿Por qué dejó de actuar?

-Podría volver a hacerlo. Caroline sólo tiene treinta y cuatro años y se mantiene en muy buena forma, pero dejó de ser la mejor y se retiró.

-Parece que se lo tomó en serio.

-Muy en serio. Mantente tan apartada de su camino como te sea posible. -Harry se dirigió a la puerta. -Recuerda lo que te he dicho sobre la caja del dinero. No la pierdas de vista.

-De acuerdo.

Con una brusca inclinación de cabeza, Harry desapareció.

(TN) se encargó de la venta de entradas si problemas. El flujo de gente cesó en cuanto empezó la función, y ella se sentó en las escaleras de la

caravana para disfrutar de la brisa nocturna.

Cuando acabó la primera función apareció uno de los trabajadores, un hombrecillo viejo y marchito con un lunar en una mejilla.

-Soy Peter. Harry me ha enviado para que me encargue de la taquilla. Tienes que volver a la caravana para probarte tu traje para la función.

(TN) le dio las gracias y se dirigió a la caravana. Cuando entró, se quedó sorprendida al ver a Caroline Lloyd delante del fregadero lavando los

platos del almuerzo rápido que Harry y (TN) habían tomado unas horas antes.

-No tienes por qué fregar eso.

Caroline se volvió y se encogió de hombros.

-No me gusta esperar sin hacer nada.

(TN) se sintió doblemente insultada: primero por no tener la cocina limpia y luego por la tardanza. No añadiría a esos pecados ser maleducada.

-¿Te gustaría tomar una taza de té?¿0 quizás un refresco...?

-No. -La mujer cogió un trapo y se secó las manos. -Soy Caroline Lloyd, pero supongo que ya lo sabes.

Al verla más de cerca, (TN) fue consciente de que la dueña del circo llevaba un maquillaje más llamativo del que ella hubiera elegido. No es que

no le quedara bien, pero combinado con aquella ropa colorida y algo provocativa junto con aquellos extravagantes complementos, resultaba

evidente que sus patrones de belleza habían sido influenciados por la vida en el circo.

-Soy (TN). O más bien (TN) Styles. Todavía no me he acostumbrado al cambio.

Una profunda emoción cruzó por el rostro de Caroline. Una profunda repulsión combinada con una hostilidad casi palpable. Al momento, (TN) supo que Caroline no sería su amiga.

Se obligó a permanecer inmóvil bajo el frío escrutinio de Caroline.

-A Harry le gusta comer bien. Apenas tienes nada en la nevera.

-Lo sé. Aún no me he organizado. -No tuvo valor de señalarle a Caroline que no estaba bien andar fisgoneando.

-Le gustan los espaguetis y la lasaña, y le encanta la comida mexicana. Pero no malgastes el tiempo haciéndole postres. No le gustan los dulces,

salvo en el desayuno.

-Gracias por decírmelo. -(TN) notó que se le volvía el estómago. Caroline pasó la mano por el mostrador. -Este lugar es horrible. Harry inició la gira en una caravana nueva, pero se deshizo de ella la semana pasada y comenzó a utilizar ésta aunque me ofrecí a conseguirle algo mejor.

(TN) no pudo ocultar la tristeza que la embargó. ¿Por qué había insistido Harry en vivir en un sitio así si no tenía por qué hacerlo?

-Pienso arreglarlo -dijo ella, aunque la idea no se le había pasado por la cabeza hasta ese momento.

-La mayoría de los hombres quieren que su esposa disfrute de todas las comodidades posibles. Me sorprende que Harry rechazara mi oferta.

-Seguro que tenía sus razones.

¿Odio o amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora