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Sus labios eran realmente suaves. Sin pedir permiso hizo el beso más intenso. No, no me sentía bien haciendo esto. Pero era una sensación extraña que simplemente era una droga. Luke hizo el beso un poco más intenso cuando me fui resbalando hasta quedar completamente acostada en el sofá. Fui quejándome poco, ya que si lograba lastimarme más las cicatrices.
Sus manos estaban a mis costados para evitar tener todo su peso, mis manos solamente se quedaban en sus mejillas. No sabía que hacer.

El beso fue interrumpido cuando un chillido conocido se escuchó al cerrarse la puerta principal. Luke se levantó de inmediato y me senté en el sofa para ver a la persona que nos había parado justo en el momento.

La rubia teñida.

Su boca estaba entre abierta pero veía en sus ojos que estaba dispuesta a matarme.

-Irina, ¿que haces aquí?- preguntó Luke.

-Vine a verte- no apartaba su vista de mi. -Pero veo que llegue justo en el momento, antes de que te acostaras con esa zorra.

-¿Disculpa?

Me levanté del sofá pero Luke me dejó tras el.

-No la llames así, Irina.

-Eso es lo que es, se estaba por acostar contigo- rió. -¡Con mi novio!

Reí.

-No soy tu novio- Luke caminó hasta ella. -Lo nuestro se acabo hace mucho tiempo Irina.

-¿Y tan rápido buscaste reemplazo? ¡Es una escuincla!

-Irina vete.

Ella me dedicó una mirada y avanzó unos pasos pero aun así seguia un poco lejos.

-¿No tienes lengua?- me habló. -¿Necesitas que te haga señales de bebe para que me entiendas? ¡Habla maldita perra!

Reí una vez más. -Si no te contesto como tu quieres que lo haga, es porque en mi si queda educación.

Luke sonrió ante mi comentario.

-¡Eres una estúpida!

-¡Irina vete!- Luke elevo la voz. -¡No te quiero volver a ver en mi casa, no más!

-Bien. Solo venía a entregarte algo, querido.

Ella no hizo más que girarse a Luke y entregarle una caja en sus manos antes de salir y azotar la puerta tras ella.
Me quede quita y observando detalladamente cada movimiento que Luke hacía para poder abrir esa caja. Al ver lo que había adentro cambió de expresión y la cerro para girarse a mi y empezar a caminar en mi dirección.

-¿En que estábamos?

-¿Que hay en la caja?

-Nada importante- trato de esconderla cuando llegó justamente frente a mi y pasó su mano por mi mejilla. -Quiero volver a besarte.

Me aparte unos pasos y retiré su mano.

-Eso no va a volver a pasar. ¿Que hay en la caja?

Agacho su mirada y me la entregó. Sin misterio la abrí y me encontré con una prueba de embarazó positiva.

Genial.

-Kate...

-Oye- le entregué la caja amistosamente. -Que bueno, felicidades.

-Kate, yo no...

-Hey- lo miré. -No me tienes que dar explicaciones- caminé hasta las escaleras. -Estaré en mi habitación. Cuando llegue Martha ¿puedes avisarme? ¡Gracias!

-Kate, por favor.

-Luke- lo miré seriamente. -, no.

(...)

Después de todo el drama, decidí dar un paseo por la zona. No sin antes hacerle jurar a Martha que regresaría. Que esta vez no intentaría algo estúpido. Fue solo a ella a quien le juré que si regresaría, porqué Luke no estaba enterado de que saldría. Si le hubiera dicho a el, justamente estaría encerrada en mi habitación mensajeando con los chicos y diciéndoles una que otra mentira.

A los minutos que salí, recorrí algunos parques y me crucé con varias residencias de universidades. En algunas casas tenían fiesta o estaban por organizarlas. ¿Así será la universidad? El director de la preparatoria ofreció beca completa a los primeros ocho lugares de la generación y gracias a Dios, yo estaba entre esos ocho. La beca contaba con una estancia en alguna de las tres residencias. Al principio no sabía porque exactamente estaban separadas hasta que las vi. Una, era la de las fiestas. Otra, de los que les gustan hacer fiestas pero no tan alocadas. Y la ultima, eran los tranquilos, una fiesta de unas dos horas es suficiente para ellos.
Aparte, la beca contaba que la universidad ya tenía todo los gastos cubiertos. Los ocho o diez cursos, depende de la carrera que uno elija.
Me esforcé mucho para eso cuando mis tíos estaban claros en no pagarme mis estudios. Ahora, estoy satisfecha.

-Hola- una voz varonil me saco de mis pensamientos. Me sobre salté un poco pero el logro notarlo. -Disculpa, no quería asustarte.

-No lo hiciste- reí.

-Me alegra.

El chico tenía tez blanca y cabello café claro. Sus ojos grises sobre saltaban cuando el poco sol que quedaba, iluminaba esa parte.

-Te vi pasar por aquí muchas veces y aproveché ahorita que voy por cerveza para unos amigos y preguntarte si necesitas algo.

-No- sonreí. -Estoy bien, solo venía a conocer el área.

-¿Eres nueva?- asentí. -Con razón tu cara no se me hacía familiar- rió. -Soy Liam.

-Yo Kate- estrechamos la mano. -¿A que residencia perteneces?

-A la de los más alocados- rodó los ojos riendo, realmente se veía tierno. -Estamos celebrando que estamos por acabar el segundo curso con las materias salvadas ¿y tu en que curso vas?

-Cuarto.

-¿En serio?- lucía sorprendido. -No se notaba que eras mayor.

-¿Que?- reí. -No, voy en cuarto semestre de preparatoria.

-¡Oh! Mira, ahora todo encaja- sonrió una vez más. -Entonces, eres de la nueva generación que entra, te recomiendo que cuando te digan que te decidas por una residencia, escojas la de los más escandalosos- giñó un ojo. -Ahí estaré futura compañera.

Sonreí.
Sin embargo, mi momento de felicidad se fue abajo cuando observe que detrás de Liam, se encontraba Luke con el semblante serio y la mandibula apretada. Estaba observándome detenidamente.

El mejor postor | Luke E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora