El mejor postor | Luke E.

69

Último capítulo

Es irónico pensar en el futuro. El futuro que vive en nuestras mentes depende del ánimo que tengamos en ese momento. Y ahora, estoy completamente segura de que este futuro, no estaba en mis planes. Sin embargo, lo disfruto como si fuera el último día.

Cuatro años han pasado desde el suceso que —prácticamente— marcó un nuevo inicio en mi vida. Fue algo importante que, aún que quisiera borrar; siempre está en mi presente día con día.

Es algo de lo que no puedo dejar pensar bajo ninguna circunstancia y es un tanto estresante y dañino. Sin embargo, las personas que se encuentran conmigo en estos momentos —y las que no— son las que —inconscientemente— me hacen recordarlo como si fuera una droga para vivir.

El grito de uno de los presentes en el vestíbulo, me hace sobre saltar y cuando me doy cuenta de quién ha sido el culpable, una sonrisa de burla se apodera de mi rostro.
   Cuando Annie se da cuenta, me dedica una mirada amenazadora y con ganas de estrangularme hasta morir.

—No es gracioso.— musita con enojo.

Los presentes —a demás de nosotras dos— tratan de no reír frente a la chica que ha manchado su torso sobre el vestido elegante, de vino.

—No se nota tanto.— trato de no reír.

—¿No? Parece que me oriné, Kate.

—Miralo de buen lado. Tu vestido es un tono color vino y te manchaste de vino.

—Quisiera matarte...— trata de no reír. —, pero tardaron mucho en arreglar tu cabello; así que no.

Justo cuando río, el nerviosismo me golpea fuerte en el estomago. Y es cuando, la realidad cae sobre mis hombros haciendo que deje de reír y me enfoque en lo que pasaría después de que cruce las enormes puertas de roble oscuro que se encuentran frente a mi.

Hoy, era el día más importante de toda mi vida.

Hoy, era mi boda con la persona más importante de todo el planeta.

Detrás de esas enormes puertas de roble oscuro, se encontraban los presentes que me verían recorrer todo el pasillo sobre una alfombra dorada. Para después encontrarme a mi persona; Luke estaría ahí con su elegante traje negro junto a una sonrisa con la que amo despertar todos los días.

Así que, hoy era el día y estaba nerviosa hasta los talones. Era, más nerviosismo que persona.

—Es hora.— musita Liam a mi lado.

Me acerca su brazo y yo lista, lo tomo.

Annie se encontraba detrás de mi, acomodando lo largo del vestido por el suelo.

No era enorme, era bastante ligero pero demasiado hermoso y elegante.
   Estaba descubierto por los hombros, sin embargo, había una pequeña manga corta debajo de estos que le daba un buen toque al vestido. El escote no era la gran cosa, algo sumamente pequeño que quedaba a la perfección con las mangas.
Por el torso se ajustaba perfectamente a mi abdomen, para después ser ligero y abierto de la cintura hacia abajo.
  Al final del largo del vestido, un hermoso encaje lo acompañaba y terminaba a la perfección.

Se podría decir que era el vestido perfecto para mi, y que me sentaba genial.

Las puertas fueron abiertas rápido, para después ver a las personas que se encontraban en sus respectivos lugares, ponerse de píe y mirar hacia mi dirección.