El mejor postor | Luke E.

Epílogo

Advertencia: el epílogo cuenta con 662 tristes palabras. Recomiendo leer lento para que no se les haga corto:(

Si tan sólo cuando creía que mi vida no tenía sentido, el futuro que llegaría a tener hubiera estado en mis ojos en ese momento, entonces trataría de no sentirme tan miserable por problemas baratos.

Estoy completamente segura que nadie descifra su propio destino aún y así eligiendo las opciones correctas en su momento. Cualquier cosa puede llegar a estropear o a arreglar todo sin esperarse. Puede llegar como un jodido huracán que arrasa con todo, pero al final se obtiene algo bueno de ello.

Es irónico pensar en el hubiera. Pues, la opción de regresar al tiempo y revertir los errores que causamos, serían un impacto en nuestro futuro. El futuro es producto tanto de los errores como los logros en el pasado.

Tyler fue mi error. Luke fue mi logro.

Tyler fue ese huracán que arrasó con todo, dejando algo bueno; Luke.

—¿Me estás escuchando?— la voz varonil de mi esposo, ahora es mi centro de atención. —. No puede ser. He estado hablando durante diez minutos y, ¿no me haz puesto atención?

—¡Claro!— exclamo con ironía. —. Hablabas de lo mucho que me amas.

—Hmm, no. Hablaba sobre el auto que se encuentra allá.— alza la mano y señala hacia el auto que se encuentra frente a nosotros. Un porsche rojo del año. —Ese bebé va a ser mío.

—¿Me cambias por un auto?

—Es posible.

Y entonces, ríe. Sin embargo, en esta ocasión no le sigo la broma que lleva a cabo. Tan solo observo como suelta las últimas carcajadas serías, pues observa la forma en como me encuentro matándolo silenciosamente.

—¡Es una broma!— exclama.

—¿Sabes? Estamos en México, bien te puedo cambiar yo también. ¿Ves a ese chico?— señalo al mesero que se encuentra detrás de nosotros, atendiendo las mesas. —. Ese bebé va a ser mío.

—No me puedes cambiar por un mesero.— ríe nerviosamente y yo tan solo me dedico a mirar al hombre detrás de nosotros. —Bien, basta.— me abraza. —Maldición, deja de mirarlo, Kate.— musita por lo bajo y entonces, ahora me dedico a reír.

Después de la boda, Luke organizó la luna de miel a escondidas. Tan sólo me llevó a un avión sin yo saber al destino en que llegaríamos después de un largo viaje.

Nuestra primer parada fue en Veracruz y ahora nos encontrábamos en León, Guanajuato. Un lugar sumamente hermoso.

—Es hora.— sentencia.

—¿Es hora?

—Te tengo una sorpresa.

Nos levantamos de la mesa una vez que el mesero le dio la cuenta a Luke.
   El chofer nos esperaba ansiosos para llevarnos al destino —secreto, nuevamente— que había planeado Luke.

El lugar era hermoso, el paisaje podía ser admirado durante horas sin acabarse los argumentos.

Y entonces, la emoción llegó a mi por completo cuando llegamos al Puente del Amor que se encontraba justamente en esta ciudad. Muchas personas se encontraban colgando sus candados, lanzando la llave al mar una vez que este había sellado por completo.

Una vez que bajamos del auto, el chofer se alejó y Luke miraba atento mi reacción al llegar a lugar.

—¡Qué hermoso!— exclamo y un par de personas se giran extrañadas y divertidas.

—Que vergüenza, no te conozco.— se burla.

—Esto es muy hermoso, Luke.— sonrío.

Acto seguido, saca de sus pantalones un candado personalizado con una frase que me robó el corazón por completo.

«Después de la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes»

—La frase que nos define a la perfección, amor.— musita con una sonrisa en sus labios.

Tomo el candado entre mis manos, y lo llevo hacia el espacio perfecto para colocarlo y sellarlo. Una vez listo, Luke besa la llave y la tira al mar.

Una pequeña lagrima se desliza por mis mejillas para después besar los labios de mi esposo.

—Te amo hoy y lo haré por siempre, Kate.

—Te encontré— susurro contra su pecho. —. Te amo, Evans.

*El primer EXTRA será publicado a las 5:00pm (hora México) del día de hoy viernes 25 de mayo 2018*