El mejor postor | Luke E.

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La cena se tornaba divertida a lado de Luke.

No era más que un restaurante de comida rápida y eso, llenaba perfectamente todas mis expectativas.

De alguna u otra manera, deje de ver a aquel hombre de negocios que siempre vestía de traje. Había olvidado que últimamente la ropa casual, era su fuerte.

Nos contamos muchas cosas, muchas anécdotas que marcaron nuestras vidas en un momento feliz. El se detuvo a contarme sobre su infancia. No fue la mejor de todas, siempre lo hacían sobre salir en todo. Sus padres siempre quisieron que fuera un incomparable perfecto.
Si debió de ser duro para el.

Debo de admitir que me la estaba pasando más que increíble. Hace mucho que no convivía con una persona, de esta manera. Últimamente he sido protagonista de muchos problemas o asuntos importantes que, me he olvidado que puede llegar a haber gente que solo espera lo mejor de mi, aun que sea por unos segundos.

Sin pensarlo, sin mencionarlo y sin desearlo; Tyler llegó a mis pensamientos cada vez que Luke articulaba alguna palabra. Hacía lo imposible para sacarlo de mi mente y de mi vida, como años atrás. Pero parece que sigo queriendo hacerme sufrir.
No estaba segura de que era lo que quería, jamas he estado segura de nada. Siempre creo hipótesis de cada persona que se me olvida ver lo que realmente son.

Luke es una de las personas que me ha dejado ver más allá de lo que otras me permiten. Algunas solo te muestran lo que quieren que veas de ellos. Y otros te dejan conocer todo, hasta el momento que te topes con lo peor y salgas corriendo.
  Las personas son un mar de sorpresas, no todas son iguales. No todas tienen el mismo significado de lo que sienten, o no todas pretenden hacer sufrir a una persona.

Tan solo estaba segura de una cosa en mi corto tiempo de vida; no quería sufrir. No más.

No estaba dispuesta a permitir, seguir sufriendo. Me cansé.
  Mis años con paz, son contados. La mayoría de mi vida pasé derramando lagrimas por cada momento. Sería una dicha pasar el resto de mi vida con una tranquilidad que me asegure tener paz de por vida.

Tal vez y si con dar una oportunidad, pueda encontrar la felicidad que siempre busqué.

—¿Me estás escuchando?— la voz de Luke se apodera de mis pensamientos a cada segundo.

—Sinceramente no— posiciono mi mano derecha en la frente y soltando un largo suspiro. —; estaba pensando en muchas cosas y deje de escucharte, sin mala intención.

—¿Te sientes bien?

—Si— sonrío.

La mesera llega a nuestra mesa y le entregamos el dinero para después salir del restaurante sin dirección alguna.

El auto de Luke estaba a unas cuadras y ya estaba más que oscuro, así que nos tocaría caminar un poco. Corría un fresco aire que me relajaba por completo.

La calle tan solo era iluminada por las luces de los postes y algunas de los carros que pasaban.

Luke se detuvo frente a mi, a lo que tuve que frenar para no chocar por completo con el.

Sus ojos estaban clavados en los míos y por instinto alguno, posicione mi mano derecha en su mejilla. El sonrío de lado.
  Me acercó a el, lentamente y ahora sus manos se encontraban acunando mi cara junto a mis mejillas.

Sabía lo que iba a pasar y no estaba segura si realmente quería que pasara. No quisiera confundir más las cosas.

Sin pensar, me aleje de el unos centímetros y el frunció el ceño.

—No creo que sea lo correcto.— hable.

—¿Porque?

—No quisiera confundir las cosas, Luke.

El soltó una carcajada alejándose otros centímetros de mi.

—¿Que puedo hacer para que me des una oportunidad?— alza la voz. —. Creo que te he demostrado que realmente te quiero.

—Luke, no creo que sea el mejor lugar, ni el mejor momento, para hablar de esto.

—¿Entonces cuando será el mejor momento?— parecía molestarle. —. Te he ayudado, te he dado motivos para que me creas, ¿no crees que merezco una oportunidad en tu vida?

—No es así de facil...

—¿Me estás diciendo que te tengo que rogar e implorar para que te des cuenta de lo que siento por ti?

—No, yo no...

—Ya me cansé.

—¿Disculpa?

Pasó ambas manos por su cabello y yo sentí mi corazón, tensarse.

—¡Estás llena de odio!— exclama. —. Crees que yo te haré daño como alguna vez te causaron dolor y no es así— sus ojos se veían cristalizados. —. Estás encerrada en tu burbuja, aislada de todos, que no permites que alguien se acerque a ti.

—Si me entendieras...

—¡Trato de hacerlo! Créeme que en serio trato de entenderte. Pero me causo más dolor.

Sin querer aceptar frente a el, todo lo que ha dicho; decido marcharme por mi cuenta.

Estaba por empezar a llover y si no apuraba mi paso, llegaría empapada a la residencia.

—¿A donde vas?

—A la residencia.— respondo sin dejar de caminar.

—Te vas a mojar— me alcanza y me toma del brazo haciendo que pare el paso. —. Te llevo.

—No— me suelto de su agarre.

—¿Ahora vas a sostener tu orgullo por todo lo que dije?— se burla. —. Dije que yo te llevo.

—No— repito nuevamente. —. Déjame sola.

—Como quieras.

Se aleja de mi y yo sigo mi rumbo por las calles que tan solo eran iluminadas por pocas luces.

El tenía razón.