○Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes○
Kate vive bajo las redes de sus tios, quienes no desaprovechan ninguna oportunidad para hacerla sentir mal en todos los sentidos. Su tío, un drogadicto, que mata y...
Advertencia: éste capítulo contiene escenas no tan explícitas hacia el público. Sin embargo; leer es bajo tu responsabilidad. *Vean la imagen al final
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Han pasado dos largas semanas y la indiferencia de Luke se notaba día con día. Seguía molesto y trataba de ocultarlo pero no podía.
En tan poco tiempo —que para mi fue más que largo—, sucedieron numeradas cosas. Celebré mi cumpleaños número dieciocho en una cama de hospital. Liam y Anne la pasaron conmigo, ya que Luke se la pasaba día y noche en la oficina. No miento cuando digo que no me dedicó un feliz cumpleaños. Ha duplicado mi seguridad, cuatro hombres me siguen a todas partes.
Cuando llegué a casa, ellos no me dejaban comer a solas o ver la televisión tranquilamente. Lo que me extraña, es que llevo dos largas semanas sin ver a Nathan en la seguridad de Luke o en la casa. Incomodamente le pregunto que, qué ha pasado con el. Sin embargo, recibo un simple quejido de garganta. Le he preguntando a Martha, pero ella tampoco sabe que ha pasado con su existencia. Lo llamo pero numeradas veces me manda a su buzón de voz. Estoy empezando a preocuparme. ¿Y si le pasó algo?
He faltado a la universidad éstas dos semanas. Se supone que debía de escoger la carrera que yo deseaba. Pero no me era posible asistir. En buena parte tenía un poco de suerte, ya que aun no escogía la carrera que yo quisiera seguir durante años.
He vuelto a las andadas. Me siento nuevamente prisionera en esta casa. Luke nunca está, Martha se la pasa en la cocina. El resto del personal hace sus trabajos sin parar. Liam asiste a la universidad y Anne ha regresado a Seattle junto a su mamá. La única compañía que tengo es de la seguridad que Luke me ha dejado.
Sinceramente no soporto un día más sin que no me hable. Se que cometí un error y elegí la opción errónea pero lo hice simplemente para mantenerlo a salvo. Así que hoy, me enfrentare al gran Luke frio mandon Evans.
Mis nervios se ponen a tope cuando escucho la puerta principal abrise.
—Retirense.— le hablo a los guardias.
—El señor Evans...
—Voy a hablar con el señor Evans y quiero privacidad— ahora me siento mal por hablarles de esa forma. —. Es una orden.
Entre ellos se dedican unas cuantas miradas para después hacerme caso y dispersarse por toda la casa.
La puerta de la casa se cierra y me giro para econtrar a un hombre muy elegante entrar con un maletín en mano.
Me cruzo en su camino para que no pueda caminar más. Trata de esquivarme pero no lo logra. No me mira y se que está molestando.
—Tengo trabajo que hacer, Kate.
—No.— respondo firmemente. —Cuando estás conmigo no tienes trabajo.
—¿Disculpa?
Junto nuestros labios desesperadamente. El se tensa durante unos segundos, pero consigo que suelte el maletín para que me abrace y me pegue a su cuerpo.
Me besa con desesperación. Su manos viajan poe toda mi espalda hasta mi cuello. Toco sus mejillas y las siento húmedas. Está llorando.
Nos separamos después de tiempo con respiración agitada. Juntamos nuestras frentes.
—Lo siento— articulo. —. No sabes cuanto lo siento.
—Ya me lo has repetido.
—¿Que debo hacer?— esta vez lo miro.
—Quiero que confíes en mi— pide. —. Quiero que me dejes cuidarte. Quiero que me dejes amarte sobre todas las cosas. Quiero protegerte por el resto de mi vida. Déjame velar por ti.
Sus palabras me hicieron derramar una que otra lagrima. No quería hacerlo. Pero sabía que si lo amaba no había un problema del cual no pudiéramos salir. Juntos.
Lo beso nuevamente pero esta vez con un cálido beso. El regresa sus manos a mi cintura para pegarme más a su cuerpo. Los besos se desencadenan y me doy cuenta cuando siento los besos húmedos de Luke, recorrer todo mi cuerpo. Por instinto, desabotono su saco de forma lenta y precisa. Lo dejo caer en algún lugar de la sala mientras el sigue besándome.
Colocó sus manos bajo mis muslos y me levantó, dejándome enrollar mis piernas en su cintura. Seguía besándome, me aferraba más a el cuando sentía cada escalón que subía delicadamente.
Sin esperarlo, ya nos encontrábamos en su habitación. Me colocó con delicadeza en la cama mientras seguía dejando un camino de besos por arriba de mi blusa. En un movimiento brusco, se sacó la camisa dejándome ver su torso en el que trabaja día y noche. Pasé mis manos por su pecho desnudo, mi temperatura se está empezando a elevar. Me saqué la blusa en un movimiento. El seguía repartiendo besos por todo mi vientre. Sentía una sensación extraña la cual me causa cosilleos y me satisfacía.
No se en que momento los dos nos encontrábamos con nuestras prendas interiores solamente. Era extraño abrazarlo y sentir su piel junto a la mía sin tela de por medio.
—Eres hermosa— dice, al momento de desabrochar mi sujetador. —. ¿Estás segura?
—Completamente.
Después de colocarse un preservativo, siento su miembro adentrarse a mi con suma delicadeza. Me aferro a su espalda cuando la intensidad y el calor va subiendo entre nosotros.
Es amor.
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¡Hola! Hey, espero que les haya gustado el capítulo de hoy. Y, quisiera mostrarles la imagen (edit) que una lectora me envio:
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¡Me gusto mucho! Y, aparte, me gustaría saber como imaginan a Kate cada que leen un capítulo.