El mejor postor | Luke E.

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Un lugar romántico con una cena romántica.

Estaba disfrutando de un manjar que solo las personas con suficiente dinero, podrían pagar. También, junto a una persona maravillosa.

Luke me hablaba un poco de su vida y de algunas travesuras que hizo de niño. Me impresionaba, pues jamás tocaba el tema de su niñez o de su familia. Me contó que no ve a su madre hace algunos años y para él, su familia está en el pozo.

Yo no he tenido mucho que contar, puesto que todo lo que he vivido, el lo sabe. Aun que, sigo guardando un par de cosas solo para mi. Una parte de mi, me pide a gritos que le diga la verdad. La otra, tan solo me pide que lo proteja y una forma de hacerlo es ocultándole cierta parte de la verdad.

Estos últimos meses han sido de gloria. Algunos días por las noches recibía mensajes y llamadas de Anne; ella está muy feliz. De un grupo que antes existía, ahora tan solo quedamos dos. Aun nos mandamos mensajes entre todos, pero se puede decir que es una vez al mes. Cada uno ya tiene su camino, triste realidad.

Luke seguía hablando sin parar, se notaba que estaba nervioso.
Yo, por otro lado, estaba fascinada y deseaba que esta noche jamás acabara.

-Hora de la shampagne- anuncia.

Un mesero llega a nuestro lado y nos entrega dos copas con shampagne. Las tomamos entre nuestras manos y seguimos con la platica, una vez que el mesero se ha marchado.
Mejor dicho, el siguió con la platica. Seguía contándome anécdotas con sus amigos y sus raras travesuras de niños.

-... ¿te parece buena idea?

Le sigo sonriendo esperando a que continuara con sus anécdotas.

-... ¿Kate?

-¿Disculpa?

-Te pregunté si te parecía buena idea.

-¿Que cosa?

El suelta una carcajada. Pasa su mano por la mesa hasta alcanzar la mía y tomarla.

-Eres muy distraída- ríe nuevamente y ahora yo lo hago también. -. Me preguntaba: ¿te parecería buena idea ir a la Casa del Lago? En estos días, quizás... de regalo de cumpleaños.

-¡Oh!, no- separo nuestras manos. -. No quiero festejar nada.

-Es una salida para festejar tu cumpleaños, linda.

-No- muevo la cabeza de un lado a otro. -, me niego.

-Te haré cambiar de forma- sonríe pícaramente. -. Es posible que vayamos y, tengamos un momento a solas.

-...

Después de un silencio de solo miradas, soltamos un par de risas.

-Kate- se pone de pie. -, quiero hacerte una pregunta.

Me pongo de pie junto a él y él toma mis manos. Me mira fijamente que me hace poner en nervios.

-¿Quieres ser mi acompañante para toda la vida?- lo miro. Me mira. -. Quiero presumirte como mi mejor amiga, novia y esposa.- se empieza a agachar y a colocarse en una sola rodilla mientras mete la mano en su bolsillo. -Se mi esposa.- pide al abrir la pequeña caja negra que tenía en sus bolsillos anteriormente y al mostrar un hermoso anillo dentro de ésta.

-Yo...

-Quiero hacerte feliz- me interrumpe. -. Quiero demostrarte que no hace falta querer a una persona para amarla. Quiero demostrarte que eres la mujer de mi vida... se mi esposa.

¿Y ahora que hago? No sé si quiero hacerlo... no estoy lista. Tampoco estoy lista para revelar toda la verdad. Ahora, todo se me ha juntado y estoy contra la espada y la pared. No me había dado cuenta de que tengo el tiempo en sima, gracias a él.
  Dejando a un lado todo... me puse a pensar en mi felicidad y en quién quiero ser. Lo amo, no estoy en duda. Pero no estoy lista para tal compromiso.

-No- suspiré. -. Te quiero y de eso no puedes tener dudas. Pero no estoy lista para casarme.

Suspira poniéndose de píe nuevamente.

-Se que me quieres- sonríe. -. Tal vez esto fue muy precipitado pero toma el anillo...- lo coloca en mi dedo. -, como símbolo de promesa, de amor y... de novios.

-De novios- repito con una sonrisa.

Luke toma mi rostro entre sus manos y lo acerca al suyo para besarme.
Le sigo el beso en forma lenta y romántica, como la primera vez.
Recuerdo la primera vez. Fue interrumpida por Irina y me arrepentí de haberlo hecho, ¿Y ahora?

Nos retiramos después de segundos a base de mi incomodidad que nos observe la gente. Él lo logra entender.

-Iré por la cuenta- toca mi barbilla. -, no tardo.

Se aleja y yo vuelvo a tomar asiento en la mesa. Miro mi celular para observar la hora y me doy cuenta que se está por hacer tarde. Las horas se fueron volando al estar al lado suyo.

-Señorita Brown- volteo para observar al mesero, quién se encuentra a mi lado con una copa en sus manos. -, esto es para usted.

La deja frente a mi y le frunzo el ceño.

-Yo no ordené esto- le miro.

-Se lo manda aquel joven- señala a un hombre tras de mi, me giro para encontrar una sonrisa que no deseaba ver en esos instantes. -: que lo disfrute.

Me giré de nuevo alejando aquella copa de Shampagne, de mi.

No, no, no. ¡Maldición!

Mi respiración se agita. Se supone que todo estaba mejorando. No puedo seguir soportando más estar en un lugar en donde el me persigue a cada momento. ¿Para que ha regresado? Quiero vivir en paz, me lo merezco.

Siento tu presencia atrás de mi. No me giro, sin embargo. No quiero hacerlo, no soporto más.

-Bonito anillo- habla. -. Yo nunca te di uno así... ¿es por eso que me dejaste, zorra?

-Basta- tenía la desesperación por estallar, estaba nerviosa y tenía inmensas ganas de llora. -. Basta, basta, basta...- repetí incontroladas veces, estaba temblando. -. No soporto más. Largate de mi vida. Déjame en paz.

-Hmm- hizo un sonido con su boca. -. Imposible, estoy tan enamorado de ti... que no lo haré jamás.

-¿Que es lo que quieres?

-Te quiero a ti- se sienta rapidamente en la silla delante de mi. -. Te quiero a ti, día y noche. Quiero regreses a mi lado.

-Largate- susurré mirándolo a los ojos. -. Te ruego que me dejes vivir. Por lo que más quieras...

-Te quiero a ti- repite. -, así que no. ¿Sabes? Yo también me cansé. Si no es por las buenas, será por las malas.

-¿Kate?- observo a Luke, quien se encuentra de píe y detrás de Tyler.