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Soltaba un montón de lagrimas aún bajo el arbusto. Ryan se había alejado y yo, aún seguía sin tener lugar a donde ir. Tenía un inmenso miedo al entrar directo a mi edificio. No traía conmigo las llaves del departamento de mi abuelo. Y pasar la noche bajo un arbusto, lloviendo, no era una opción.

Salí cuidando mis espaldas a toda costa. Pasaban pocos carros, así que era un poco imposible tomar un taxi para que me lleve a algún lugar.

Mi único lugar en donde se que me podrían recibir sin importar los problemas; era donde Luke. Después de la pelea no sabía si realmente podía ir con confianza a pedir ayuda y lugar en donde pasar la noche.
  Pero sabía que el me ayudaría.

Después de un par de minutos, un taxi frenó frente a mi y yo subí, dándole la dirección de la casa de Luke.

En todo el camino, el chofer tan solo me platico de su vida y los problemas económicos que ahora traía. El porqué trabajaba de taxista y como es que su esposa lo abandono.
Que vida.

Después de un largo recorrido, frenó frente a la casa de Luke al no haber quien abriera el portón.
  Le pagué y me despedí de una manera amable después de que me contara toda su vida.

Abrí una puerta que se dividia del portón y entré esperando a que no sonara ninguna alarma que pudiera alarmar a Luke.

Caminé hasta su puerta y dude en tocar. Sin embargo, ya me encontraba frente a su puerta, ¿que más podía perder?

Toqué varías veces hasta que una luz de la sala se encendió. Se escucho como le quitaba todas las llaves a la puerta hasta que la abrió y se encontró con mi pálido y lastimado rostro.

—¿Kate?

Sin pensarlo, lo abracé, haciendo que lo mojara un poco. Cosa que no me importó por el momento.
  El me abrazó de igual manera haciéndome sentir segura.

—¿Que paso?— preguntó poniendo su barbilla en mi cabeza y acariciando mi espalda.

Despegue tan solo mi cara y lo miré directamente a los ojos.

—Por Dios, ¿quien te hizo eso?— me soltó tomando mi cara entre sus manos.

No podía hablar. Me sentía tan débil y tan destruida.
  Luke me hizo caminar hasta la sala, cerrando la puerta tras de mi.

Me senté en uno de los sillones y Luke hizo lo mismo.

—Kate— me llamó de nuevo y lo miré. —. ¿Quien te hizo eso?

—El chico de la otra vez— hable sin mirarlo y con lagrimas en los ojos. —, Ryan... trató de viviolarme.

Duramos en silencio unos segundos hasta que Luke se levantó furioso y empezó a caminar de un lado a otro.
  Lo vi caminar hasta donde las llaves estaban colgadas y supuse que había tomado las de su auto.

—¿A donde vas?— me alarme.

—Por ese imbécil.

—No— me levanté y corrí hasta su lado tomándolo del brazo. —. No ahorita, no me dejes sola. Por favor.

El se quedó sin decir nada, observándome directamente a los ojos.

Dejó sus llaves en el mismo lugar donde las tomó y esta vez, tomo mi mano con fuerza pero sin lastimarme.

—Vamos a dormir.

Apagó la luz de la sala y subimos las escaleras juntos hasta la habitación que era mía cuando vivía aquí. Todo seguía igual que antes. Había alguna ropa que deje la ultima vez que vine.

Luke se despidió de mi tan solo con un buenas noches. Me coloqué algo sencillo para dormir, quitándome toda la ropa empapada y secandome un poco el cabello.

Una vez lista para dormir, me metí bajo las sabanas blancas esperando tomar el sueño en los primeros minutos pero fue difícil.

Solo una oportunidad.

Quite las sabanas de en sima mio, saliendo de mi habitación hasta la habitación de Luke. Quien estaba acomodando su cama para tratar de tomar el sueño nuevamente.

—¿Puedo dormir contigo?— pregunte sin pena.

El asintió después de unos segundos y caminé hasta su cama después de cerrar la puerta de la habitación.

Me acosté a su lado y después de eso, el apagó las luces.

Me daba la espalda y el parecía no querer incomodarme que tan solo se quedaba viendo hacia el techo.
  Me giré y me le quede viendo hasta que se dió cuenta.

—Tienes razón— hable. —. No quiero que me vuelvan a lastimar. Es por eso que prefiero aislarme de todos— suspiro. —. No me lastimes, por favor.

Luke se gira para verme fijamente. Pasa una mano hacia mi cintura, pegandome por completo a su cuerpo y quedando a unos centímetros de su boca.

—Jamás.

Esta vez, tomé la iniciativa de besarle.

El mejor postor | Luke E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora