El mejor postor | Luke E.

08

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Justamente en estos momentos necesitaba a mis mejores amigos, pero era imposible mentir. Nunca lo he hecho y muchño menos a ellos. Decirle a los chicos detalladamente sería un riesgo ya que tratarían de ayudarme de cualquier manera. Un riesgo que no quiero correr.
No pienso quedarme en la misma casa que Luke. No lo conozco. No se nada sobre el. Puede ser un maldito asesino en serie y tal vez me mate cuando este tomando el sueño por la noche -estoy exagerando-. Pero si tenía razon; era un desconocido. No sabía más de el que su nombre y que es millonario. Su casa, sus empleados, sus coches, sus lujos, daban a demostrar que ya tenía su vida hecha. No le faltaba nada. ¿Un asesino en serie puede ser millonario y salir en los periódicos? Claramente, -sigo exagerando-.

Le había dicho a Ethan que regresaría a mitad de clases pero preferiría tomarme todo el día libre. Estoy por salir, que pueden hacer por una falta, ¿prohibir que me gradué?
Después de unas horas en la cafetería le pedí que me llevara de regreso a la casa de Luke y lo hizo sin peros.

Ahora, estaba en la habitación donde desperté una vez que mi tío me ¿drogo?
Empece verla muy bien. Si podía calcularlo y que todo saliera a la perfección era dos casi tres veces más grande que mi habitación. No tenía ningún tipo de adornos en especifico. Las paredes eran un tono carne y los muebles blancos resaltaban perfecto. Me acerqué a una ventana de cuerpo completo, estaba cubierta por algunas cortinas claras. Deslicé la ventana que parecía más puerta y pasé a un pequeño balcón que daba hacia el grande patio. La vista era perfecta, lo podías ver todo y realmente, era más grande de lo que yo veía cuando estaba en la alberca.

Salí de mi habitación para seguir inspeccionando la casa. Realmente, me daba curiosidad el saber porqué, una casa con millones de habitaciones y un hombre solo. Sería inoportuna al preguntale a Luke el porque la mayoría de su tiempo está solo.

-Hola Kate- me saludo Martha cuando entre a la cocina. -No deberías de estar aquí, es solo para personal.

-Es que el resto de la casa... me da miedo estar sola- escuché una risa por mi comentario. -Creí haber escuchado que eras nana, no cocinera.

-Soy nana, linda- me sonrio. -, pero me encanta cocinar y a Luke siempre le encantan los platillos que preparo.

-Me gustaría probar uno si no es mucha molestia.

-¡Tu paladar se va a enamorar!- reímos.

Ella se concentró por un momento en el platillo que preparaba. Por un momento, me pasee por la cocina que si, era realmente grande. ¡Todo era grande aquí!
Me detuve cuando vi un marco con una foto donde salía un pequeño niño con un señor. El niño tenía unos rasgos a Luke, supuse que era el.

-Martha- le hablé viendo aún la foto. Ella hizo un sonido con su garganta para yo continuar. -¿Desde cuando conoces a Luke?

-Hmm- miro a un punto ciego. -Desde que tenía veinte años.

-Dios, es mucho.

-Si, cuando tenía veinte era una jovencita muy rebelde, me gustaba andar en conciertos las veces que se pudiera. Recuerdo cuando mi banda favorita vino a la ciudad y necesitaba dinero así que busque trabajo de lo fuera. Fui a los super mercados para buscar- una sonrisa se dibujo en su rostro. -, fue entonces cuando conocía a la señora Evans y me dijo que necesitaba una persona que cuidara de su recién nacido ya que ella y su esposo, el señor Evans, viajaban seguido por trabajo.

-¿Los padres de Luke?- asintió. -¿Y donde están ellos ahora?

-La señora Evans viaja mucho, desde que falleció el padre de Luke todo ha sido diferente. Luke se alejó de sus hermanos y del resto de la familia.

-Oh...

-Kate- puso una mano en mi hombro. -Se que piensas que Luke puede ser una mala persona pero no lo es. Yo lo conozco perfectamente y te puedo decir, que no tienes nada de que temer aquí.

Escuché la puerta principal abrirse y cerrarse casi al mismo tiempo. Era Luke.

-¿Kate?- me llamó desde la sala.

Miré a Martha y le dediqué una sonrisa como despedida y que seguiríamos hablando luego. Justo cuando iba a salir me tomó de la mano y sonrió.

-Cuando lo llegas a conocer perfectamente, es una persona maravillosa.

Me soltó y yo llegue a la sala y le sonreí a Luke y el hizo lo mismo. Se quitó el saco y lo dejo a un lado del sillón que estaba cerca de el.

-¿Como estuvo tu día?- pregunté.

-¿Te interesa mi día?- traté de no decirle nada imprudente. -Muy bien ¿y a ti en la preparatoria?

-No fui.

-¿Porque? ¿te sientes bien?- sonaba preocupado.

-No pude.

-¿Como que no pudiste?

-Vi a mis amigos en la entrada esperando a que yo llegara. Me harían muchas preguntas ¿entiendes?

-Miente- se encogió de hombros.

-¡Exacto!- exclamé. -Yo no soy ese tipo de persona.

-Bueno, entonces ve y diles la verdad, que te compre y tienes dueño.

-¿Que?- me crucé de brazos y reí. -No tengo dueño.

Tomo su saco y empezó a subir las escaleras. -Oh si. Eres mía.

|× × ×|

Hmmm. ¿Que les causaría si un día Luke llega a sus puertas? Yo lo secuestro alav.