El mejor postor | Luke E.

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Vuelvan a leer la nota al final, xfavorsito.

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Kate

Odio esto, estoy harta del olor a alcohol y antibióticos.

Mis fosas nasales se contraen cuando el olor a medicamentos las invade. A lo largo de mi vida he pisado numeradas veces el hospital; así que puedo ahorrarme las preguntas fuera de lugar cuando siento que la morfina me espabila.

Abro mis ojos con suma delicadeza, pues la luz de la habitación es tan intensa como para dañar mi vista. Malditos hospitales.

Cuando logro acostumbrarme a la intensidad se la luz, recorro con mi vista toda la habitación hasta llegar a mi cuerpo. Levanto los brazos para ver como de ellos, cuelgan cientos de cables.
  Paso ambas manos por mi cuerpo, en donde ciento otros conectados a mi abdomen y pecho.

Mi corazón se acelera, haciendo que la maquina a mi lado cause un horrible ruido, cuando la puerta de mi habitación es abierta.

—¡Oh! ¡Calmate, Kate!— exclama un hombre vestido con el uniforme de policía cuando se adentra a la habitación. —. Vamos, respira... no te alarmes.

—¿Quién eres tú?

—Soy Tom.— responde con toda confianza. Sin embargo, mueve las manos con esperanza a que recuerde cuando ve que frunzo el ceño. —Tom, el que te salvó.

—¿Él policía que parecía aún estudiante de la academia y no profecional?

—Si, eso, ¿sabes? Prefiero que me llames Tom.

Me siento en la camilla con un poco de ayuda de su parte.

—¡Alto!— exclama con dramatismo cuando observa como me deshago de los cables de mis brazos y cuerpo. —. ¡No soy doctor! ¡¿Qué pasa si te da un infarto?!

—Esto solo sirve para tener respuestas del ritmo cardíaco cuando la persona está grave.— respondo enseñando los cables una vez que no están pegados a mi. —No es la primera vez que estoy en el hospital.

—¿Segunda?

—Quisiera que fuera la segunda.

La puerta de la habitación se abre, dejando ver detrás de ésta, al doctor.
  La sonrisa que tenía al verme, se esfuma cuando me ve con los cables en la mano.

—Le haz ahorrado el trabajo a la enfermera, muy bien.— ríe. —¿Cómo te sientes, Kate?

—Me duele un poco la cabeza y las costillas.

—¿Se va a morir?— Tom interroga.

—¿Amigo tuyo?

—Se supone que es policía.

Suelto una carcajada seca y un pequeño dolor se asienta en mi abdomen haciéndome soltar un ligero gemido de dolor.

—Tenías tres costillas rotas que hemos arreglado a la perfección. Uno de tus pulmones estaba perforado por las mismas costillas rotas, eso ocasionó que hubiera hemorragia interna, un problema más. Tu torax está dañado y con severos moretones.— su voz amigable se ha esfumado por completo, pues ahora me mira seriamente, esperando a que responda el por qué a todo. —Y una herida de bala en el pecho ligeramente infectada. ¿Quién te hizo esto?

—Yo...

—La policía está afuera, esperando a que estés en mejores condiciones para tomar tu declaración.

—No puedo.

—¿No puedes?— interroga con molestia. —¿Quién te hizo esto? ¿tu novio? ¿te retuvieron contra tu voluntad? No hemos podido contactar a nadie más en estos dos días que estuviste inconsciente porque no tenemos registro tuyo. Así que, vas a dejar que la policía te ayude sea con lo que sea que estés cargando.

Ahora Luke se apoderaba de mis pensamientos como un alma en fuego. Estaba sola, prácticamente. Solo tenía la compañía de un doctor que más bien parecía tratarme como a su hija y un policía que me rescató, pero que más bien parece un niño.

—Necesito un teléfono.— musito.

—¿Qué?

—¡Necesito un teléfono!

Rápidamente, el doctor a mi lado me deja la libertad para tomar el suyo entre mis manos. Dedico una mirada sería y fría a los dos hombres que se encuentran en mi habitación, con señal de que se fueran. La cual, tomaron rápidamente dejándome sola.

Marqué el número de Luke e inicié la llamada.

Un timbre...

Dos timbres...

Tres timbres...

¡Maldición!

Cuelgo la llamada y marco su numero nuevamente para iniciar otra llamada.

Es en cuestión de segundos cuando los timbres dejan de escucharse, dando a proseguir que Luke ha descolgado el teléfono.

—¿Luke? Soy Kate. Sé lo que te dije la ultima vez que hablamos pero todo es mentira... Te amo. Tienes que ayudarme. Escapé del lugar en donde Tyler me tenía y ahora me encuentro en el hospital West. Por favor... tienes que venir. Sé que Tyler se ha dado cuenta de que no estoy y que ahora está buscándome. La policía me está esperando para interrogarme y les diré todo. Pero te necesito, por favor...

El silencio en la otra línea me hace pensar que he quedado como una completa idiota con él, pero de momento es lo que menos me interesa.

—Ay Kate... dulce Kate. ¿Después de dos días? ¿tanto así te importa tu amor?— la voz de Tyler me acelera el corazón de pronto.

—¿Qué haces con el telefono de Luke?

—¿Nunca te enseñaron a no hablar mientras no estás segura si la persona correcta está escuchando?— se burla. —. ¿Sabes? Si he estado buscandote y justamente ahora iba a salir a hacerlo de nuevo, pero me has ahorrado el trabajo princesa.

—Tyler...

—Si tú le dices algo a la policía, tu absurdo amor probará el sabor de su sangre.— amenaza. —¿En serio serás tan egoísta?

—No, por favor.

Las lagrimas caen por mis mejillas.

—Te quiero aquí, a cambio de la vida de éste imbécil.

—La policía está aquí y yo...

—Evadelos, Kate. Dos de mis hombres están saliendo justo a donde te encuentras. Te esperarán en la salida de emergencia del hospital y si no vienes, ten por seguro que lo voy a matar.

Y entonces, finaliza la llamada.

| × × × |

Voy a morir ignorada como siempre, gracias Wattpad; ¡dos preguntas! (?

1. ¿No han sentido un cambio muy drastico en Kate? Me refiero a que, yo antes la veía como una niñata y ahora la veo como una chica muy madura (y eso que solo ha pasado un año). ¿Soy solo yo la que sintió eso? xd

2. ¿Cual creen que sea el final de Tyler?

Ésta semana fue de puros exámenes finales en la preparatoria y déjenme decirles que me ESTÁ yendo totalmente de la verga en una sola materia. ¿POR QUÉ LA VIDA ES ASÍ CONMIGO?

So, voy a suicidarme:)

X.