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Tenía millones de cosas en la mente. Millones de preguntas y dudas, estaba por explotar. Me sentía desganada y sin fuerzas, no existía motivación en mi por la universidad. Tan solo quería descansar.

—Toma tu té— me habló Anne sentándose a mi lado. —. Vamos, tienes que tener fuerza. Mañana vas y dejas tus cosas a la residencia, ¿no te emociona?

Me encogí de hombros.

Sinceramente no tenía ganas de nada y por una décima de segundo quería a mis padres conmigo. Tenía muchas dudas que por alguna razón surgieron en los últimos días.

—¿Ya elegiste alguna residencia?— pregunto cerrando los ojos, relajándome de a poco.

—Sobre eso— sentí libre el lugar a mi lado. Anne estaba de píe mirando algún punto fijo. —. Kate, no iré a West.

Mi mundo se vino abajo al escuchar sus palabras. Cerré los ojos y traté de aclararme las ideas para poder hablar.

—... ¿Kate?

—¿Porque no me lo dijiste antes?

—Creí que te molestarías.

—La universidad es tu decisión, no puedo interferir en ello. Pero no ahora estoy molesta porque no me lo dijeras— la miré.

—Lo siento, no sabía como hacerlo.

—¿En donde estudiarás?

—Me iré a Seattle con mamá— hace una mueca. —. Allá puedo trabajar y estudiar lo que yo quiero. Sabes que siempre fue mi sueño.

—Bien por ti.

—No estés molesta.

—No lo estoy— suspiro. —. Es solo que, era lindo imaginar que estudiariamos juntas. Me harás mucha falta.

—Estaré cada vez que me necesites- se sentó a mi lado pasando su brazo por mi hombro. —. Osea siempre, porque siempre necesitas de mi.

Reímos al mismo tiempo.

Estaba feliz por el hecho de que ella estaba cumpliendo el sueño del que siempre me platico. Aun que me partía el alma saber que no estaría junto a ella en la universidad. Nuestro ultimo logro.

—¿Está todo bien?— pregunta al ver mi semblante totalmente serio. —. ¿Que ha pasado en los últimos días?

—¿Como sabes que pasó algo?

Rueda los ojos y suelta una carcajada seca. —Soy tu mejor amiga, ¿en serio preguntas?

Me acomodo en el sillón mirando algún punto del lugar. Era habitual que me perdiera antes de explicar. Las palabras aun seguían en mi mente y me desgarraba el corazón.
Estaba segura que las cosas pueden pasar por segunda vez, así que quería evitar a Luke a toda costa. Dicen que las personas son diferentes, pero sabes que es mentira cuando esa persona que creías que era diferente; resulta ser como las otras.

Siento la mirada de Anne que no se aparta de mi en ningún momento. Espera ansiosa a que hable, porque sabe que oculto algo. Es tan fácil descifrar cuando algo me esta carcomiendo viva.

—Luke dijo que me amaba— articulo recordando cada palabra. —, que está enamorado de mi.

Una risa sin gracia e irónica sale de mi garganta sin pedir permiso.

—¿Y que le dijiste? ¿que piensas?

—¿Tu que crees?— le miré. —. No le creo nada. No me conoce, no sabe nada de mi.

—Kate...

—No, Anne. No digas nada para favorecerle.

—Puede que si te conozca, tal vez más que yo. Dicen que la persona que más te ama, es quien te conoce a fondo sin importar nada.

—Es igual que Tyler— susurre con odio.

—No— mueve la cabeza negativamente una y otra vez. —. Luke no es como Tyler, jamás lo será. ¿Como puedes compararlo con semejante bestia?

—Tyler también dijo amarme- mis mejillas estaban húmedas y los ojos de Anne estaban cristalzados. La situación había dado un giro enorme y no para bzados. —. Y lo que me hizo me destruyó.

Guardamos silencio sin saber que decir más. Tyler marco mi vida de una manera horrible y no estaba dispuesta a permitir que me hicieran daño de la misma manera por segunda vez.

La primera fue por ingenua y si la segunda pasa, es por estúpida.

(...)

Anne se había ido y me tocaba hacer el resto de la rutina sola. No he hablado con mi abuelo pero supongo que esta perfectamente bien. Las cartas, ni las llamadas son su fuerte. Por desgracia.

Había olvidado lo que era vivir sola.

Cuando mis tíos se iban a bares por la noche, no regresaban dentro de días y tenía la casa sola para mi. Aun que en realidad, siempre estaba sola. Sus presencias no eran más que un estorbo en mi día a día.

El timbre del departamento sonó.
Camine hasta la puerta y atendí a quien se encontraba tras de ella.

—¿Ya cenaste?

Luke alza el paquete de comida y hace una mueca junto a una sonrisa.

—No tengo hambre.

—No tienes que negarme una comida, Kate.

—Ya es de noche, tengo que ir mañana a dejar mis cosas a la residencia— me cruzo de brazos. —. Sera mejor que te vayas.

Trato de cerrar la puerta pero el lo impide posando su mano en esta.

—Kate, es solo una cena.

Lo miro durante unos segundos y al final abro la puerta lo suficiente para que pase. Se perfectamente que me arrepentiré de esto por la mañana.

Deja las cosas en la mesa esperando a que me sentara junto a el.

Cierro la puerta tras de mi y camino hacia la mesa, sentándome frente a el.

—Bonita noche.

—Es regular— trato de sonar indiferente. —. ¿Como está Martha?

—Muy bien. Te extraña.

No contesto. Se perfectamente a que se refiere y no quiero decir algo más para confundir la situación.

—Te ves muy linda.

—Dijiste que solo era una cena.

—¿Estoy haciendo algo más?

—Me estás halagando.

—No es problema— sonríe. —. Tu puedes halagarme también si quieres.

Reímos al mismo tiempo.

El mejor postor | Luke E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora