50

6K 288 19
                                    

Kate

El olor a medicamentos y a alcohol, junto a los sonidos provenientes de otras habitaciones, me hacen despertar.

Tengo un par de cables pegados a mi muñeca y otros en mi pecho. Las luces están encendidas que me ciegan cuando trato de observar toda la habitación en la que me encuentro.
  Huele horrible. No estoy acostumbrada al espantoso olor a morfina de los hospitales.

No recuerdo perfectamente que fue lo que pasó, sin embargo, presiento que fue un tanto grave al ver a Anne recostada en el sillón de la habitación. ¿Qué demonios?

—Anne— mi voz suena sin fuerzas. Aun que eso basta para conseguir que se pusiera de pie y mirara a mi dirección. —. ¿Qué haces aquí? Deberías de estar en...

—Maldición.

Camina hasta mi camilla y se deja caer a mi. Me envuelve en un abrazo fuerte que me hace perder la conciencia durante un par de segundos. Las lagrimas caen por sus mejillas y terminan en mi hombro.

—Lo siento— suspira. —. Lo siento, no sabes cuanto lo siento.

—¿Qué pasa...?

—Luke lo sabe todo.

—¿Qué cosa?

—Luke sabe quién es Tyler. Tuve que... contárselo todo.

Mierda, no.

¡No!

Trato de levantarme de la cama pero ella me lo impide.

—Kate tienes que... guardar reposo. El doctor lo ordenó.

—¡¿Por qué mierda lo hiciste?!— exclamo. —. No te correspondía. ¿Dónde está?

—Se fué.

Justo cuando estaba por gritar nuevamente, un hombre con bata aparece tras la puerta. Rápidamente me tranquilizo, no deseo estar en este hospital ni un minuto más.

El doctor lee unas hojas para después prestarme toda la atención.

—Buen día señorita Brown— me sonríe. —. Me presento, soy el doctor Rodriguez. Usted se encuentra en buenas condiciones pero un reposo no sería una mala idea. Sufrió un pequeño colapso del sistema nervioso, ésto ¿sucede muy a menudo?

—No.

—Es posible que sea algo menor y de nada de que preocuparse. Es muy común cuando se experimentan momentos de alta importancia, ¿me explico? Esto pasa por la impresión que genera su corazón. Sin embargo y fuera de eso, se encuentra perfectamente. Si me permite... quisiera traerle un par de documentos para que firme y pueda irse a su casa a descansar.

«Ojalá pudiera descansar».

Asiento y el sale de la habitación.
No iba a conseguir salir sola de aquí, pero tenía que ver a Luke y asegurarme de que no cometiera ninguna estupidez.

—Traeme un poco de agua— hablo.

—Kate...

—Por favor.

Sin intentar decir algo más, suelta un largo y cansado suspiro para después salir de la habitación.

Es ahora o nunca.

Desconecto todos los cables que se encuentran en mi y los aparto. Me bajo de la cama con toda la rapidez hacia el bolso de Anne que había dejado en la habitación.
Busco y rebusco hasta encontrar su cartera y celular. Tomo lo que se que voy a ocupar y salgo de la habitación, asegurándome de que ninguna enfermera o doctor me encontrara.

Camino por toda la acera del hospital hasta llegar a la salida en donde corro hacia la avenida para tomar un taxi y que este me lleve a casa.
  Los brazos me duelen al arrancar con fuerza los cables que estaban pegados a mi con una aguja de por medio. Trato de disimular el dolor frente al taxista, quién me mira un par de veces por el retrovisor con el ceño fruncido.

El camino es largo y la desesperación me gana. Estoy perdiendo tiempo y reconozco que ahora, estoy en medio de un gran problema.

Mi bolsillo suena y de este, saco el celular de Anne. En la pantalla leo un numero desconocido pues no parece que lo tenga agendado.
Tomo la llamada y desde la otra linea, escucho los gritos de Anne.

¡¿KATHERINE DÓNDE ESTÁS?!— la escucho alarmada desde la otra linea.

—No te metas— sentenció. —. No es tu problema.

Es mi problema desde el momento en que te convertiste en mi mejor amiga. Tus problemas son mis problemas y no voy a dejar que hagas nada sola. Así que por favor... no hagas nada tonto.

—Haré lo que en serio debí hacer desde el primer momento.

Cuelgo la llamada justo al momento en que llego a casa. Pago el viaje y el taxista se aleja con toda la prisa.

Me meto con toda la prisa a la casa. La cual, se encuentra en total silencio. Busco a Luke en la planta de arriba y en todas las habitaciones vacías. La casa parece abandonada. No hay ni una maldita alma.
  Busco a Martha en la cocina sin embargo, tampoco ella se encuentra ahí.

Mi ultimo recurso y habitación, es el despacho.

Camino hasta la habitación y abro la puerta para después soltar un ligero suspiro. El se encuentra ahí con la silla a espaldas a la puerta.

—Lo siento— hablo. —. Debí decirte desde hace mucho... yo quería decirte pero trataba de protegerte.— suspiro. —No quería que te enterarás de esa forma... es algo importante en mi vida que no es fácil de mencionar.

—Bonito discurso— la silla da vuelta y Tyler aparece en ella. —, sobre todo la parte en donde dices que soy importante en tu vida. Lastima que tu amado no pudo escucharlo.

—¿Dónde está?— me alarmo. —. ¡Contesta!

Se pone de pie y camina hasta mi dirección con cierto tono de autoridad que no merece.

—Está buscándome afueras de la ciudad— sonríe. —. Que iluso.

Trata de tocarme pero yo me alejo.

—Basta— ruego. —, aléjate de mi vida. Regresa a ese maldito pozo en donde estabas... olvídate de que existo y dejame ser feliz.

—Hmm no. El tiempo con tu principe se terminó, dulce Kate.

El mejor postor | Luke E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora