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La rubia teñida estaba frente a mi con una sonrisa falsa.
Exactamente hace dos meses que no se cruzaba por camino y no es como si quisiera estar escuchando su voz chillona todos los días. Total y era una persona insignificante.

-Hola Kate.

Reí en mis adentros. La secretaria del director aún estaba presente. La rubia le dedicó una mirada y ella se retiró dejándonos solas.

-¿Que es lo que quieres?

-Vine buscar a la zorra que se acostó con mi novio- reí. -, quiero que le des un mensaje a Luke, querida.

-¿Porque no se lo das tu personalmente?

-Mejor que se lo de su amante- sonrió. -, dile que la cita para ver al bebe es dentro de ocho días.

Lo mencionó de una manera que esperaba que realmente me dañara pero no lo lograba. Me detuve a ver su estomago, seguia igual de delgada como hace dos meses.

-Con ese vientre- lo señale. -, ni quien reconozca que falten siete meses para que nazca tu hijo- al parecer no le gustaba mis comentarios. -Pero no te preocupes, yo le dare tu mensaje, cuando estemos en la cama.

-¡Eres una zorra!

-Adios, nena.

Abrí la puerta de mi salon y entre con una sonrisa en mi rostro hasta llegar a mi lugar y seguir perdida sin poner atencion en la clase.

(...)

-¿Quien fue la que te saco de clases?- Rick parecia interesado.

Estabamos en el almuerzo. Todos esperaban atentos mi respuesta. Debia de pensar claramente en lo que responderia ya que sabia que seguiria el interrogatorio hasta que quedaran satisfechos.

-Una señora a la que le pedi trabajo.

Por milagro solo asintieron y siguieron comiendo. Anne se acerco a mi para que los demas no alcanzaran a escuchar.

-¿Hay algo mas que no me has contado?

Sin darme tiempo para responderle, tomo su mochila y se fue de la cafetería sin despedirse de alguien. Entre todos se preguntaron, que es lo que había pasado; tan solo me limité a decir que no sabía.

Después del almuerzo, me fui a pie caminando a casa de Anne pero antes, tendría que hacer una parada en el supermercado; la señora Jay me encargó los alimentos necesarios para hacer comida rápida en casa. Saldría de viaje unos días por trabajo y estaríamos Anne y yo solas.
Tampoco es que seamos unas expertas en la cocina.

El trayecto de la preparatoria al primer supermercado que encontré, no fue mucho. Unos catorce minutos como máximo. Durante el camino estuve pensando en todo lo que Anne había mencionado. Tenía miles de preguntas en mi cabeza y estaba por aclarar que estaba dándole demasiada importancia al tema y a la persona.

Ya en el supermercado tomé uno de los carritos para colocar los alimentos e ir recorriendo los pasillos buscando lo necesario. Exactamente la señora Jay no fue muy clara al decirme que llevara lo necesario, pero me había dejado el dinero para hacer las compras sin problemas.
Se supone que Anne estaría ayudándome.

Me detuve en uno de los pasillos de aderezos para tomar la salsa que a Anne le vuelve loca.
Justo cuando me puse de puntillas para lograr alcanzarla -lo cual no pude, el estante estaba muy alto-, una mano se atravesó en mi punto de visión tomando aquella salsa.

-Yo iba a tomar eso...

Me quedo callada justo en el momento que me encuentro con la mirada de aquel hombre. Trato de ver otro punto para no sentirme nerviosa por su presencia; aun que es casi imposible ya que desde el primer día ha sido igual, nada ha cambiado en el.

-Toma.

Extiende la botella de salsa en mi dirección y sin pensarlo dos veces la tomlo.
Luke parece divertirle mi nerviosismo y es que, en lo más bajo tengo miedo a que me obligue regresar.
Hablo de el como si fuera el mismo infierno.

-Gracias- articulo.

-De nada- suspira. -, me alegra verte.

No pienso lo mismo. -Si. Tengo que irme, gracias otra vez por la salsa.

Giro mis talones y coloco la salsa en el carrito para continuar con las compras.

-¡Kate, espera!

En menos de medio segundo ya se encuentra a mi lado.

-Te acompaño- continuó. -, total y yo también vine a lo mismo.

-¿Me estás siguiendo?

-¿Que?

-Tu- aclaré mi garganta. -, tu nunca haces las compras, para eso esta Nathan o Martha.

Frunció el ceño sin entender a lo que me estaba refiriendo exactamente.

-Les dí el día libre. Martha fue a México a ver a su familia, Nathan estaría en casa con su madre- suspiró. -. Necesitaba despejarme.

-Si, ¿en un supermercado?- reí secamente. -¿Y fue de pura casualidad que nos encontráramos?

-Kate, ¿a que quieres llegar?

-¿Me estabas siguiendo o no?

-No.

Di marcha al carrito yendome al otro pasillo para seguir con las compras y dejar de perder tiempo.
Escuchaba que el me llamaba pero en ninguna de esas llamadas, le hice caso.

-¿Que te hace pensar que estoy interesado en ti?

Su prensencia me hizo sobre saltar. No lo vi venir por ninguna parte.
Me invite a mirarlo y estaba completamente serio, esperando ansioso una respuesta.

-Depositaste en mi cuenta bancaria dinero que no necesito, gracias.

-¿Y por eso estoy interesado en ti?- rió.

-¿No basta con haberme llevado a tu casa?- contra ataque.

Su rostro cambio y no recibí respuesta.

-Tu solo te contestas tus propias preguntas- continué.

El mejor postor | Luke E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora