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Asco.

Siento más asco que miedo cuando empiezo a sentir el calor del horrible lugar. Cierro mis ojos con esperanza de abrirlos y encontrarme en otro lugar. Sin embargo, sé que me he metido perfectamente a la boca del lobo.

El trayecto fue como golpes a mi corazón. Mi estomago se retorcía cada vez que pensaba en lo peor. En como Tyler se burlaba de todos y salía librado de todos los problemas.

No pude evitar tocar mi vientre en algunas ocasiones en las que los dos hombres que iban al frente, no me observaban por el retrovisor.

Las imágenes de algún futuro lejano invadieron mi mente y desde entonces no quieren salir. Me he prometido llorar porque lo merezco, pero no ahora, en estos momentos no es el momento. Sin embargo, imaginar me llena los ojos de lagrimas y un sentimiento bruto juega con mi corazón.

Muchas preguntas recorren mi cabeza. Me siento como una idiota pensando en algo o más bien alguien, que ya no está. Pero, imaginar un bebé parecido a Luke me estruja el corazón.

La palabra familia, ahora es muy importante para mi.

—¿En qué tanto piensa, señorita?— la voz de uno de los hombres me hace prestar toda la atención al momento.

—De seguro piensa en como escapar.— se burla otro.

Una pulsada helada cubre todo mi corazón y mi estomago cuando la camioneta para en seco. Miro por la ventana para encontrar la maldita bodega.

Mis instintos se ponen alerta, pues cualquier ruido me hace estremecer e iniciar a la defensiva nuevamente.

Los hombres que se encontraban en los asientos delanteros, desaparecen. Ahora yo, me encontraba luchando contra mi voluntad para bajar de la camioneta.

—Vamos, estúpida.

Mi mundo se tambalea cuando mis pies tocan tierra.

Ambos hombres me toman de los brazos para empezar a caminar. Trato de poner fuerza, sin embargo, su agarre aumenta debido a eso.
   Son un par de pasos que tenemos que dar para estar cerca de la puerta de la bodega.

Mi inquietud aumenta a limites inexplicables cuando la puerta es abierta y frente a mi campo de visión, diviso a un hombre sentado en una silla con una bolsa en la cabeza, siendo apuntado con un arma a su frente por Tyler.

—¡Sorpresa!— exclama Tyler con una sonrisa en su rostro.

Mis instintos actúan por si solos cuando de un solo movimiento, Tyler carga el arma que apunta hacia la cabeza de quien creo que es Luke.

Trato de librarme del agarre de ambos hombres a mi lado, sin emabargo, ellos me sostienen bien.

—Kate, haces mucho drama.— Tyler habla.

—Ya me tienes aquí.— hablo. —¿Qué es lo que quieres?

—Te quiero a ti.— sonríe. —Pero también quiero a éste imbécil muerto, debo escoger— la sonrisa que antes vivía en su rostro, desaparece, pero en fracción de segundo; vuelve, siendo más espeluznante. —. Espera, no. ¡Yo soy el que tiene el control aquí! No tengo por que escoger.— me mira directamente sin apartar el arma de la cabeza de Luke. —Puedo tenerte, mientras el idiota se muere de dolor.

La risa que emana de su garganta, me causa una sensación terrible.

—¿Sabes? Dejémonos de rodeos.— suspira. —No pienso dejar que hagas un drama.

Y entonces, mi vida cae en pedazos.

Un disparo me hace perder el equilibrio, haciendo que mis rodillas tocaran el suelo. Un grito ahogado sale de mi con todas las fuerzas posibles de mi ser, cuando veo a Tyler disparar el gatillo del arma hacia Luke.

Veo mi vida pasar lo más lento, puedo escuchar la risa de Tyler en lo más profundo de mi ser. Mientras que mis mejillas están empapadas de las lagrimas que estoy soltando.
 
Los hombres a mi lado, me han soltado; pues ahora se encargan de reír a la misma sinfonía que Tyler.

Con las pocas fuerzas que tengo, me coloco de píe y corro hacia Luke. Tyler ni nadie hace algo por detenerme, y les agradezco por ello.

Cuando me encuentro frente a Luke, me dejo caer frente a él con el corazón roto. De un tirón, alejo la bolsa que cubre su cabeza para después abrazarlo contra mi pecho. Sin embargo, me congelo de inmediato cuando el hombre frente a mi; no es Luke.

Mi respiración se tranquiliza, pero las risas de los hombres en la habitación me desconcentran por completo.
  Frente a mi, tengo al hombre que me ayudó a escapar. Está muerto.

Me empiezo a sentir mal cuando agradezco al cielo de que no sea Luke el que tenga una bala en la cabeza.

—Por mí nunca hiciste esto.— habla Tyler detrás de mi. —¿Arriesgar tu vida por un hombre? Que patética te haz vuelto, Kate.

Suelto un grito ahogado cuando siento como tira de mi cabello hacia atrás. El dolor es insoportable. Sin embargo, se calma cuando me suelta y me deja caer lejos del hombre muerto en la silla.

—¿Qué haré contigo?— interroga.

—¿Dónde está Luke?— mi voz suena débil.

—Él está bien, preciosa. Te lo aseguro. Con un par de heridas por ser un idiota, pero está bien.— se encoge de hombros. —¿Sabes? Ya quiero que nos vayamos. Pero antes, hay que hacer esto un poco más interesante.

Acto seguido, otros de sus hombres arrastran enormes cajas hacia donde me encuentro. Trato de levantarme, pero Tyler me retiene en el mismo lugar.

Son tres enormes cajas frente a mi. Tan enormes, que dentro de ellas pueden caber hasta diez personas.

En un rápido movimiento, Tyler me levanta del suelo y me hace quedar al frente de las tres cajas.

—Soy un Dios.— musita. —No, no. Me corrijo; tú serás Dios...— me señala. —, porque tú decidirás quien vive y quien muere. ¿Sabes? Luke no vino solo, el idiota de Nathan y un tal ¿Liam? lo acompañaron a tu búsqueda así que, las cosas se vuelven aún más emocionantes. Cada uno tiene su propia caja... así que tendrás que escoger dos cajas a ciegas y esas dos personas que se encuentran en sus respectivas cajas... morirán— ríe. —. Éste es mi juego, Kate. ¿Estás lista? Vamos a ver si logras salvar a tu amor.

El mejor postor | Luke E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora