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Luke

Una punsada en el pecho me hace alejar la botella de alcohol lo más posible de mi.
Aquella copa que llevaba a mis labios ahora se encuentra en el suelo en muchos pedazos. No se que me pasa, no estoy consciente de lo que siento.
  Siento, que mi mundo se tambalea. Siento, que una parte se mi se ha ido pero irónicamente me siento completo físicamente.

Kate llega a mis pensamientos sin avisar. Ella es a la única que dejo que me haga sentir vivo aun que sea en mis pensamientos. A ella la amo aun y así me hiciera daño. Sin embargo, el sentimiento ha dejado de ser mutuo.

Dejo caer mi cabeza al respaldo de mi silla giratoria. Suelto un suspiro largo. Ella me provoca todo eso.

—Deberías llamarla.— visualizo a Martha desde el marco de la puerta de mi despacho.

—Ya la llamé. Me ha dicho que no me ama.

—¿Y tu le crees eso?

—Es la segunda vez que lo dice— me encogo de hombros. —. ¿La tercera es la vencida?

—Yo solo digo que...— el timbre de la casa la interrumpe y yo sonrío por eso. —. Te salvó la campana.

Ella se aleja dejándome solo nuevamente.

Cierro los ojos tratando de olvidar todo lo que está pasando y crear conciencia se que todo va a estar mejor. Aun que, una corazonada me dice todo lo contrario.

Estoy a punto de tomar la botella de alcohol cuando escucho el grito de Martha que me hace ponerme alerta.

—¡MADRE MÍA!

Me levanto del asiento y salgo del despacho hacia la sala, en donde se encuentra Martha.

Me quedo perplejo cuando veo a Nathan lleno de sangre de pies a cabeza y con golpes en la cara. Este, se deja caer a los brazos de Martha; quien lo deja en uno de los sillones más cercanos.

—¿Que demonios te pasó?— interrogo acercándome.

—La tiene— musita. —. La tiene.

—¿De que hablas? ¿En que problema te metiste de nuevo, Nath?— pregunta Martha.

—Tiene a Kate.— suspira pesadamente. —Tyler tiene a Kate.

—Imposible.— murmuro. —Lo condenaron.

—Tiene a Kate— repite. —. Luke, tienes que salvar a Kate antes de que sea tarde.

Mi corazón se acelera a un grado inexplicable. Miro a Martha quién está encargándose de Ethan.

Tomo el celular de mis vaqueros y marco el número de Kate. Una oleada de alivio y esperanza llega a mi cuando escucho que toma la llamada después de los cuatro tonos.

Te he dicho que no me llamaras más.— habla ella desde la otra linea.

—¿Dónde estás?— interrogo sin importar lo que ha dicho antes. —. Maldición Kate, dime que estás bien.

—¿Qué...?

Un ruido de la otra linea me hace acertar lo que ha dicho Nathan.

—Tyler.— musito y no recibo respuesta por nadie. —¿Qué es lo que quieres? ¿Dinero? Te daré la cantidad que quieras pero no la dañes.

Hmm. Eres muy listo, Luke. ¿Quién te dijo? ¿Nathan?— escucho su voz ronca. —. Ese imbécil pagará por ser un idiota.

—¿Cuanto quieres?

La quiero a ella...— afirma. —, es mía. Ella nunca debió irse de mi lado. Pero, ahora que lo mencionas; necesito dinero para largarme con mi esposa a otro lugar en donde nadie nos encuentre.

—No pienso...

Si no recibo cinco millones de dolares para antes de ésta noche, otra de mis balas terminará esta vez en su corazón. Ya lo hice, y estuve a cinco centímetros de matarla. Así que, tu decides.

¡LUKE TE AMO!— escucho su hermosa voz. —. ¡TE AMO!

En ese momento, la llamada se cuelga y mi corazón se estruja con fuerza.

—Mi niña...— Martha solloza. —. Luke, ¿que harás?

—Ella me ama.— me repito. —Fui un idiota y ella no dejó de amarme sobre cada palabra...

—Tenemos que hacer algo.— Nathan trata de ponerse de píe, pero falla en el intento.

No pienso dejar que le hagan daño.

(...)

He llamado a todas las personas en que confío para recibir apoyo y ayudar a Kate. La policía, está de por medio. No tuve otra opción que llamar a Liam para que estuviera de por medio al igual que todos.

Si, esos cinco millones deberían de llegar a manos de Tyler en menos de tres horas. Sin embargo, no voy a dejar que se vaya a ningún lado con el amor de mi vida.

La adrenalina me recorre por completo.

Nathan nos ha informado a todos, en donde es el lugar en que tienen a Kate. No se si estamos a punto de llegar, pero hemos viajado por toda la carretera durante una hora o más sin descansar.

—Debería de matarte— escucho hablar a Liam. —. Debería hacerte daño con mis propias manos.

Giro a verle para encontrarlo con una cara furiosa.

—No eres el único— pronuncia Nathan por lo bajo.

—Le hiciste daño— Liam continua. —. Tengo unas inmensas ganas de matarte. Pero no lo haré por ella. Porque ella te ama.

—¿Y tú crees que yo no la amo?— interrogo. —. Si no la amara, dejaría que Tyler hiciera con ella lo que viniera en gana. Si no la amara, regresaríamos a casa sin problema. Si no la amara, no le hubiera pedido matrimonio.— los ojos de todos los presentes en el vehículo me observan ahora. —Yo por ella daría mi vida, Liam.

—¿Y por qué le mentiste? Uno no miente y daña a la persona que ama.

—Por miedo a que me mirara como ahora lo hace; con asco. Yo me enamoré de ella como un loco adolescente cuando puso un píe en mi casa. ¿No lo ves?

—¿Y por qué no se lo dijiste a ella? Todo esto que me estás diciendo... ¿por qué no lo hiciste?

Un silencio incomodo se forma después de su pregunta. Es tan coherente que tengo miedo a responder; y no lo hago.

—¡Victoria, Luke!— Daniel, uno de los comandantes exclama. —. Hemos encontrado el paradero, estamos a un par de kilometros.

—¿Reconoces el lugar, Nathan?

—Si...— carraspea. —, si, aquí es.

El mejor postor | Luke E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora