65

5.6K 231 33
                                        

—¿Kate?— el doctor me saca de mis pensamientos cuando lo oigo entrar a la habitación. —. ¿Cómo estás? ¿has terminado la llamada?

Asiento extendiendo mi mano para regresarle su teléfono.
  La esperanza de que se retire cuando le regreso su aparato, se esfuma cuando lo veo acomodarse en la camilla con total confianza.

—Necesito hablar contigo.— sentencia y yo tan solo escucho. —Debido a la condición en la que llegaste al hospital, hice todo tipo de estudios para descartar cualquier problema.

—¿Y...?

—Y justamente me acaban de llegar los resultados de los últimos estudios.

El gesto que se forma en su cara, me hace incomodarme, pues me mira con lastima.

—¿Entonces?— trato de sonar lo menos incoherente. Sin embargo, tengo suficiente como para seguir con rodeos. 

—¿Haz tenido más sangrados de lo normal?

¿Qué?

—Me refiero a tu periodo. ¿Haz sangrado más de lo habitual?

Disculpe, no tenía tiempo para checar eso cuando me retenian por mi voluntad.

—No lo sé...

—Kate, tienes que ser sincera conmigo.

—¡Le estoy diciendo que no sé!— exclamo estresada. —. ¿Puede decirme que es lo que está pasando?

Y entonces, cuando escucho sus frías palabras chocar contra mi pecho, prefiero regresar el tiempo y no insistir en saber la respuesta.

—Sufriste un aborto espontáneo...— su semblante cambia por completo. —, todos esos golpes... el feto no pudo soportarlos. Estabas embarazada de dos semanas y media.

¿Cómo procesar semejante información? ¿Qué se supone que debo de hacer? Era una idea loca imaginar tener un hijo y ahora que lo pienso en la realidad, es todo diferente. Todo está destrozado. Todo lo ha destrozado Tyler.

—Te daré un par de minutos.— habla el hombre a mi lado para después salir y dejarme sola.

Iba a tener un hijo de Luke.




Jamás había sentido tanta adrenalina como en otros días. Jamás me había sentido como un conejillo de indias acorralado al final del tunel.

Estaba cayendo en las garras del tigre nuevamente, pero ahora lo hacía por alguien a quien amo y por quien daría mi vida. Aquel hombre controlador se había llevado todo de mi, me había hecho amarlo hasta las jodidas entrañas. Y, estoy bien con ello. Por primera vez en toda mi vida, estoy bien con algo.

Después de terminar de asimilar la noticia que activó todos mis instintos, el doctor me avisó que tenía un par de minutos para descansar. Acto seguido, tenía que dejar entrar a la policía para que tomaran mi declaración. Me repitió nuevamente el estado en que me encontraba, que con el golpe más mínimo, podía tenerme ahora realmente al borde del abismo.

Cosa que, me inquietó aún más. Estoy segura de que Tyler no tendrá compasión y me tendrá por el suelo nuevamente. Sin embargo, tenía que evadirlo por completo.

Unos toques en la puerta me hacen soltar un gemido de miedo. El tiempo se había acabado.

—Lamento pasar sin avisar del todo.— el doctor habla una vez que se encuentra dentro de mi habitación. —Los policías van a entrar.

—Unos minutos.— trato de ganar tiempo. —Necesito unos minutos, quiero ponerme mi ropa.

—De acuerdo, tu ropa está limpia en el baño— señala con su pluma a la puerta que se encuentra detrás de mi. —. No tardes, tienes diez minutos. Les diré que esperen en la sala.

Asiento, él sale dejándome sola y mi cuerpo recibe una descarga de energía rápida. Me levanto de la camilla y me encamino a paso largo, hacia la puerta del baño; en donde me des visto por completo y me coloco mi ropa. Agradezco en murmuro que la ropa sea cómoda y flexible para el momento.

Tardo alrededor de cuatro minutos en terminar, lo que me deja seis buenos minutos para salir por la puerta de urgencias.
   Asumo que, mis pertenencias —el arma y el dinero— me fueron arrebatadas cuando no las encuentro por ningún lado en la habitación y que, es mucha la posibilidad de que la policía las tenga en su poder.

Sin más y sin ganas de seguir, abro la puerta con la esperanza de que no toparme a nadie. Y, no lo hago.

Sin que nadie sospeche o me mire mal, salgo directo hacia la sala de urgencias. En donde, observo a muchas personas moverse de un lado a otro; será un gran problema no salir lastimada de este lugar.

—Señorita— siento como alguien me toma del brazo y me hace girar. Mi respiración se tranquiliza cuando observo a una enfermera frente a mi. —. No puede estar aquí. ¿Es familiar de alguien en este lugar?

—Si...

—Bien, entonces, vaya con su familiar y por favor no estorbe... hay muchos traumas y los doctores necesitan espacio.

—Está bien.

La enfermera se retira y yo giro sobre mi eje para seguir mi camino.

Debo de admitir que tuve un poco de miedo, sin embargo.

Acto seguido, suelto un suspiro cuando ya me encuentro a escasos pasos de la puerta se urgencias. Pero, mi corazón se estruja cuando observo una camioneta negra al otro lado de la calle.

Los dos hombres allá, hablan a través de un teléfono mientras me miran. Ahora ya no puedo huir.  

Acelero mi paso y cruzo la calle, evitando ser atropellada por los carros que van avanzando.

—Señorita Brown— uno de ellos se burla abriendo la puerta trasera de la camioneta.—. Su carrosa ha llegado. La llevaremos con su príncipe azul.

Maldición.

| × × × |

Repitan conmigo; amo a Monse y no la voy a matar porque se tardó una semana en publicar.

Muy bien:v

¡¡SE ACERCA EL FINAAAAAL!!

Omaigosh, no se que haré de mi vida después de esto...

x.

El mejor postor | Luke E.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora