Cap 59

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-Amm...-dijo Garbiñe acercándose lentamente a Malekith, y posando ambas manos sobre los hombros de éste.- Tengo hambre, mi amor -le besó la mejilla.

Malekith se incorporó lentamente, y acercó de las caderas a la chica. La miró de arriba a abajo, y sonrió. Garbiñe le devolvió la sonrisa, y se sentó encima de él.

-¿A sí que tienes hambre? -preguntó más tarde Malekith, Garbiñe asintió.- Lamento que sólo tengamos un par de frutas, éste no es el reino de la comida -pasó uno de sus fríos dedos por la mejilla derecha de la chica, y ésta le agarró la mano suavemente, acariciándola.

-Con eso me basta -respondió la chica acomodándose en las piernas de Malekith.- No sabes cuanta hambre tengo -se mordió un dedo suavemente. Malekith estaba encantado con lo que veía; al fin lo había conseguido, tenerla sólo para él.

Malekith mandó a uno de sus guardias ir a por la fruta, mientras que la chica acercaba sus labios al cuello de éste, besándolo lentamente. Más tarde, el mismo guardia apareció con un bol de frutas, y Garbiñe le agradeció las molestias.

-No tienes que agradecerle nada, sólo hace lo que tiene que hacer -le dijo Malekith intentando coger una fruta del bol, pero la chica apartó el bol de él.

-No hay nada malo por hacerlo -respondió la chica dándole un beso en los labios a Malekith.- Iré a comermelas en la habitación.

Malekith asintió, y la chica se levantó de las piernas de él, y salió de aquel sitio. Andó con paso decidido hacia las mazmorras, sin dejar de mirar hacia atrás por si la seguían. Al llegar allí, vio a los mismos guardias que antes. Antes de llegar, se guardó la fruta bajo el vestido, e intentó que no se le notaran.

-Abrid la celda, voy a entrar -dijo y los guardias se la abrieron, ya sabían lo que tenían que hacer. La chica asintió antes de entrar, y una vez dentro, se acercó al herido Laufey, y se agachó a su lado.- Te he traído comida tal y como te prometí -dijo la chica sacando la fruta del vestido, y tendiendosela a Laufey. Éste miró la fruta, como si no creyera que fuese de verdad, y tomó una en la mano.- Come, lo necesitas.

Laufey se metió un trozo en la boca y lo masticó. A Garbiñe le dio pena ver esa imagen de Laufey: herido, y sin haber comido en un tiempo. Lo que le sorprendía es que hubiese aguantado tanto tiempo en esas circunstancias. Acarició la mejilla de Laufey mientras éste seguía comiendo. Una vez terminada la fruta, Laufey apoyó sus manos sobre la cara de la chica.

-¿Por qué haces esto por mí? No soy como crees -le preguntó Laufey mirando al suelo, manchado de sangre, su sangre.

-Por que yo sé que eres tal y como pienso -respondió la chica, agarrando una mano de Laufey.- Y por qué en su día me demostraste lo que podías ser; una persona realmente inocente, y buena. No eres un monstruo, Laufey, eres una persona, una persona muy especial.

Garbiñe acercó sus labios a los de Laufey, y fue éste quien se inclinó para besarla. Garbiñe notaba como sus lenguas se juntaban, y cómo sus labios de juntaban y se separaban lentamente. La chica sonrió.

-Ahora tienes que confiar en mí -comentó.- Tengo un plan para salir de aquí, pero tengo que saber si puedo contar contigo.

Laufeuy asintió.

-Bien, volveré más tarde, ¿okey? Tienes que ser fuerte hasta que regrese, y no dejar que el cansancio pueda contigo. Saldremos de aquí, te lo prometo -apretó la mano de Laufey, y lentamente se levantó, y salió de la celda.

•••

-No la ecuentro por ningún lado, padre.

Odín miró a Loki preocupado. Ya había pasado un dia sin tener noticias sobre la chica. Al principio creyó que habría ido a dar una vuelta por el pueblo, pero al preguntar, todos negaron haberla visto.

-Mandaré a los guardias que busquen por los nueve reinos -dijo Odín apoyándose en su bastón, se sentía realmente cansado.

Por la puerta aparecieron los tres guerreros y Sif; parecían realmente alarmados.

-Mi Rey, nos hemos enterado de lo de la mortal -habló Sif.- Queremos ayudar en todo lo posible.

-¿Desde cuando te importa ella? -le echó en cara Loki. Sif le fulminó con la mirada.

-Todo sea por el Rey -habló Fandrall, intentando poner paz.

Sif asintió, y Loki desvió la mirada.

-Loki, quiero que te unas a la guardia -habló Odín.- Nos serás más útil estando allí fuera que aquí. Y si pasa algo, es mejor para Garbiñe saber que la estás buscando -Loki asintió, y se retiró, no sin antes mirar con asco a Sif, que pasó de él.

-Y ahora, ustedes cuatro, retirense -los cuatro se inclinaron, y se retiraron.

•••

-Estás vistas son un poco espeluznantes -comentó Garbiñe a la mujer que tenía al lado.

-Sí, pero esto es Svartalfheim -respondió Till, su sirvienta; Malekith le había proporcionado una sirvienta para que hiciese todas las cosas que tenía que hacer ella, y por más que se resistiese, al final acabó convencida.

Garbiñe suspiró. Notó las manos de Till acariciandole la larga cabellera; le estaba haciendo un peinado. Miró a Till a traves del espejo. Till tenía los rasgos de los elfos oscuros: piel blanquecina, larga melena blanca, ojos negros como la noche, orejas puntiagudas...Pero en realidad, Garbiñe no pensaría que es malvada, sino que es una simple elfa que probablemente la han juzgado mal por su apariencia.

-¿Que peinado queréis que os haga, princesa?

-El que queráis -respondió Garbiñe sin darle vueltas a la cabeza.

-Princesa, decidme, ya que el señor quiere que esté radiante para ésta noche -Till movía rápidamente las manos.

-Entonces hazme uno bonito, el más bonito que hayáis echo jamás.

Till asintió. Garbiñe recordó lo que le había dicho Malelith sobre esa noche; habría una preparación, para convertirla en reina de Svartalheim, y cuando fuese reina, ya no habría vuelta atrás, no podría volver a Asgard, ni siquiera a la Tierra, se quedaría allí para siempre.

Loki Y Tu// Un universo para los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora