-Quítate la ropa -Dijo Juan Luis sentándose en la cama y mirándome.
-¿No piensas ayudarme? -Apunte al cierre de mi vestido.
Sonrió divertido.
-Pondre música... -Se acercó hasta el gran parlante y comenzó a sonar 'Earned it'
(Pon la canción)
-Date la vuelta.
Obedeci como toda una sumisa.
-Digamos que hoy... -Bajo el cierre de mi vestido y dejó un beso- Haremos algunas cosas -Se acercó hasta mi cuello y lo mordió. Gemí- Sucias.
Sonreí.
-Me encantaría saber cuáles son -Relamí mis labios.
-Tu no podrás ver ni tocar nada.
-¿Por... -Me besó.
-Esas son las reglas del juego -Alzó sus hombros- Tomalo o déjalo.
-Lo tomo.
-Eso quería escuchar. Tu no tienes que hacer nada, ya que todo el trabajo lo haré yo.
Asentí un poco nerviosa.
-Con tal de que no me dejes en silla de ruedas todo bien.
-Te dejaré en una cama por dos semanas, mínimo -Sonrió- Quiero que esta noche sea especial... Ya eres mi esposa y quiero disfrutar esto al máximo.
-Recuerda que seré tu esposa hasta que me muera... -Lo besé.
Me correspondió el beso.
-Me encanta saber que estare para siempre contigo -Dijo.
-Te amo demasiado.
-Yo más nena. No sabes cuanto.
Cuando estábamos beso tras beso, me tomo en brazos y me dejó delicadamente en la cama. Me comenzó a sacar todas mis prendas hasta quedar sólo la lencería que April había escogido.
-Junta tus manos arriba -Y así lo hize. Juan Luis me ató las manos y las puso en la cabecera de la cama- Y ahora cierra los ojos -Sentí como una fina tela fue puesta arriba de mis párpados- Sólo sentirás mis manos en todos los rincones de tu cuerpo, ______. Pero tu no puedes tocar nada mio.
Sonreí.
-Obedeceré todo lo que me digas, amor.
Mordió mi muslo.
-Así me gusta oirte -Lamió mi vientre- Levantate un poco para sacarte el sostén.
Hice lo que me ordenó.
-Puedo jurar que están más grandes que la última vez...
-¡Ya! No empieces ahora -Sentí como mis mejillas se ponían rojas.
-Están más grandes -Succiono uno de mis senos.
Oh mierda. Sí que sentía muy bien.
Siguió haciendo eso hasta que se cansó. Cuando intente tocarlo, las muñecas me dolieron demasiado, maldije en voz baja.
-¿Qué mierda tienen estas cosas? -Como pude apunté a la cuerda.
-Shhh... -Tapó mis labios con sus dedos- Te dije que tenías que hacerme caso, manos arriba. No puedes tocar nada.
Me quedé callada.
-Sería más excitante si me dejaras ver -Sonreí pervertida.
-Será para más rato.
Ahora todos mis sentidos estaban en su punto más alto. Juan tocaba de todo y sin ninguna restricción, era impresionante como mi cuerpo respondía a sus caricias. Se levantaba solo y temblaba igual que la primera vez que todo esto comenzó.
Sentí como me desamarraba y bufaba.
-A la mierda las reglas -Apenas la cuerda se soltó de mi muñecas, estas fueron a parar inmediatamente hacia su cuello.
-Te amo, te amo, te amo -Dije con la voz agitada- Hazme tuya... -Lo miré a los ojos- Como siempre lo haces.
-No podré resistirme más -Tomó mis piernas y nos bajamos de la cama.
Caminamos a ciegas por toda la habitación hasta que sentí algo frio en mi espalda.
-¿Donde... -Miré en donde estaba y me encontraba acostada arriba del mueble en donde estaban todas nuestras cosas.
-Se cayeron algunas cosas -Sonrió un poco nervioso mirando al suelo.
Miré hacia allá y me encontré con todas nuestras cosas esparcidas por todos lados.
-Tú ordenas todo esto -Dije seria.
-Dejame hacerte el oral primero.
-¡Ay! ¡Juan Luis! -Grité avergonzada.
-Pero si nadie nos está viendo ni escuchando -Rió- Ahora, en lo que estábamos -Me tomó de atrás de las rodillas y me acercó hasta él- Abre las piernas -Se agachó.
Con rubor en mis mejillas, abrí mis piernas.
Sentí millones de sensaciones que solo Juan sabía darmelas. No podía creer que todo esto estuviera pasando. Todo se sentía jodidamente bien.
Me sentía como si estuviera a treinta mil pies de altura, a punto de tocar las estrellas e incluso más allá. Lo mejor que me ha pasado es Juan Luis y sin duda mi vida sin él ni mis hijos no tendría sentido para nada. Despertar cada día con él a mi lado se me hace como un sueño, me hace muy feliz que nuestro fruto de amor hayan sido nuestros dos bellos hijos.
¿Qué podría ser mejor que esto?
La habitación se convirtió en una sala de gemidos y suspiros entrecortados.
-No sabes cuanto te amo, _____. Daría mi vida por ti, mi amor -Se acercó a besar mis labios. Gracias por llegar a mi vida y hacerla más feliz. Gracias por todo, no sé qué haría si algún día me llegaras a faltar -Besó mis labios nuevamente.
Mis ojos se cristalizaron.
-Gracias por ir a ese bar -Dije sonriente, dejando que una lágrima se escapara.
Como pude, me paré y lo acerqué hacia mí, dejando que nuestros labios chocaran de la forma más ruda, fuerte pero tierna que nunca antes había pasado entre los dos.
-Gracias por estar ahí luego de cuatro años.
Me recostó de nuevo y abrió nuevamente mis piernas entrando bruscamente. El aire se fue de mis pulmones por un momento pero luego se alineó con las embestidas de Juan Luis.
El tiempo se nos hizo segundos hasta quedar completamente extasiados de cada uno.
Me tomó en brazos y me cargó hasta la cama donde luego se acostó a mi lado. Nos tapó con la fina tela de sabana.
-Que duermas bien, esposa -Besó mi sien- Se siente tan bien decirte así... -Rió.
Reí con él.
-Que duermas bien, mi amor -Besé su mejilla.
-¿Por qué no me puedes decir esposo, esposa?
Reí de nuevo.
-Deja tu reclamo en la caja de reclamos.
-Bueno -Apretó mi trasero.
-¡Ahí no es la caja de reclamos!
Luego de conversar algunas trivalidades, el sueño nos cayó de repente y ambos nos quedamos dormidos.
Al fín en mi vida podía decir que estaba muy feliz...
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Amigos Con ¿Ventaja? - Maluma
Romance______ y Maluma, dos completos desconocidos que sólo querían una noche de sexo y pasión. El destino siempre hace de las suyas, y asi es como el dolor y sentimientos amorosos se juntan en un camino haciendo miles de explosiones en ellos. -¿Por qué...