001----.

50.1K 2.2K 1K
                                    

Drabble!

Drabble!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

[💥]

—¡Bakugō! —rió por las cosquillas que le hacía el rubio cenizo por llamarlo "bombitas"

Hanabi había ido a visitarlo a su casa, Mitsuki la invitó mejor dicho.

Y la misma madre del rubio había ido a hacer las compras para la cena que tendrían.Posó una mano en la mejilla de Katsuki, sonriéndole con ternura.
Se sentía especial por conocer a profundidad al verdadero Bakugō. Incluso hacía chistes cuando estaba de buen humor.


Apartó su mano para entrelazarla con la de él, poniendo la cabeza entre el cuello y hombro de la pelinegra.

—Siempre estás ahí para mí...

Balbuceó sin despegarse de la misma, aún sosteniendo su delgada mano.

—Es porque te quiero...Katsuki —lo obligó para que la vea a la cara, volviendo a acariciar sus mejillas pero con ambas manos.—Te quiero.

Posó sus labios suavemente en los de Bakugō,por fin se había atrevido a besarlo después de tanto tiempo.

Siempre estaré aquí, para ti...

Pero creo que no fui suficiente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

...Pero creo que no fui suficiente

Los alumnos de la clase 2-A habían regresado a la residencia de Yūei. Ya que habían tenido un día libre, y lo aprovecharon para pasear o visitar a sus familiares.

Unos pocos se quedaron en la residencia.

—Estoy cansada... —dijo Mina sentándose en el sillón de la sala principal.

—Iré a dejarle esta bolsa a Uraraka. -anunció Hanabi sonriendo por como estaba la del par de cuernos desparramada en el sillón.

Tocó la puerta un par de veces y nada, se le hizo extraño pues la castaña dijo que no saldría en todo el día.

—Uraraka-san voy a entrar. —habló en voz alta abriendo la puerta de a poco.

Encontrándose a una Ochako completamente dormida, junto a un rubio que la abrazaba en su pecho.

Como hubiera deseado que fuera Ojiro o Denki quien la abrazara, pero era Katsuki quien lo hacía.

—Uraraka. —la llamó su mayor quien aún seguía de pie en la puerta con la bolsa en una mano.

La mencionada dió un respingo por el tono de voz y cómo la llamó, haciendo despertar también a Bakugō que tenía una cara de fastidio por levantarlo.

—Oh... Hanabi-san. —le sonrió Ochako poniéndose de pie para coger la bolsa de la mano de su amiga.— Gracias por molestarte en traerla. —le ofreció una dulce sonrisa

Su contraria le devolvió el gesto, pero más falsedad no se podía notar en su sonrisa.

Descubriendo como su amor se había ido lejos, muy lejos de sus manos. Para ir a parar en la habitación de Ochako.

Asintió levemente, y dándole una fugaz mirada a Bakugō que seguía recostado en la cama de Uraraka, quien la veía por el rabillo del ojo. Terminó cubriéndose todo el rostro con el antebrazo.

Sin otra palabra más que añadir, se retiró de la habitación volviendo a dejarlos solos.
Paseándose por los pasillos hasta llegar a su habitación, cerrando la puerta y apretándose fuertemente el pecho con ambas manos.

Quiere odiarlo. Pero no puede.
R

esignándose a ser reemplazada por aquella castaña que ahora estaría en sus brazos.Mordiéndose los labios por la impotencia, empezando a llorar sin control, se quitó las gafas de pasta azul y las colocó a un lado.

Era tarde, demasiado.
Ya que ahora.
Ella estaría siempre ahí para él.

𝐁𝐚𝐤𝐮𝐠𝐨 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐤𝐢→𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora