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Drabble!

[💥]

Se detuvo antes de cruzar la entrada de Yūei. No podía ocultarlo más.
Sus sentimientos eran más fuertes que ella, imposible detenerlos.
Cada vez que lo veía a los ojos, la necesidad de decirle todo lo que sentía, salía a flote.
Dio media vuelta, sabiendo que el cenizo aún estaría en la clase 2-A.
Corrió por los pasillos sin importarle nada, quería gritarlo.

Decirle todo.

Confesarse.

La puerta estaba abierta, y podía escucharse la voz de Katsuki dentro, hablando en un tono más suave.

-¡Bakugō! -exclamó entrando al salón con paso firme y una voz decidida.

Se detuvo en seco al ver una muchacha de cabellos dorados y uniforme negro, sabiendo que la fémina no era de esta academia.

-¿Qué quieres?-preguntó el joven resoplando, y recostándose en el respaldar de la silla junto a la rubia.

Sus órbitas se dirigieron a las manos entrelazadas que estaban encima de la mesa, sosteniéndose con fuerza, sin querer soltarse.

El aire le faltaba.

-U-Uh... ¿No has visto mi libro de literatura clásica? -preguntó tragando saliva, sin apartar la mirada de las manos.

-No. -respondió a secas.

-Ya veo, muchas gracias.

Sin otra cosa que decir, se retiró del salón, caminando a paso apresurado hasta las puertas de la prestigiosa academia.
Le dolía el estómago demasiado, sus párpados le pesaban, y sus manos temblaban horriblemente.

La nariz comenzó a arderle, seguido de la garganta. Sorbía con su nariz para evitar soltar alguna lágrima, cubriendo su boca y mordiéndose la lengua con fuerza.

Ya era tarde.

Tanto para su llanto como para su declaración.
En su mente no dejaban de aparecer imágenes de Bakugō y Camie juntos, como hace un rato. El lugar se inundó del llanto de Hanabi, quien lloraba como un bebé sin consuelo. No podía evitarlo.
No podía evitar las amargas lágrimas de frustración, ira y tristeza que salían de sus ojos, tratando de limpiar una y otras vez sus mejillas.

Era en vano.

Cogió su pecho con fuerza, llorando con más ganas sin lograr tranquilizarse.

Eres un bebé llorón.

Pensó hacia sus adentros, sintiéndose más que miserable consigo misma.
Quiso dar un paso hacia adelante, cayendo en la misma dirección, esperó el impacto, pero nunca llegó.

Entre abrió los humedecidos párpados, dándose con la sorpresa de quien había evitado su caída.

-Todoroki-san...


𝐁𝐚𝐤𝐮𝐠𝐨 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐤𝐢→𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora