𝐁𝐚𝐤𝐮𝐠𝐨 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐤𝐢→𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬

075----.

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Gracias a la tonta pelea que Katsuki e Izuku tuvieron hace un par de días, Aizawa tuvo que sancionarlos, sin embargo, al momento de la riña en la que ambos estudiantes se escabulleron en plena noche; Bakugō declaró que él inició todo el asunto, y es por ese motivo que su castigo se prolongó un día más que el peliverde.

Si bien, la clase tenía prohibido hablar sobre las actividades que se realizaban, Deku estaba demasiado perdido y le preocupaba todo ello.

---Perdón Midoriya, no puedo decirte nada. ---la azabache se disculpó mientras era atacada con miles de preguntas por parte del mencionado.

El cenizo, por su parte, era molestado por el polvo que había en una ventana. Ya que tanto ambos amigos de infancia se encargaban de la limpieza.
Hanabi bufó mientras se sentaba en el sillón de la sala común, y no pudo descansar ya que el grito de Bakugō hizo que se levantara de un solo golpe.

---¡Acabo de limpiar! ---se quejó con algunas bolsas de basura en su mano.

---¿Y dónde me voy a sentar? ---respondió viéndolo de mala manera.

---No me interesa. ---refunfuñó el cenizo, alejándose de ella.

Yoshida negó, volviéndose a sentar en el mismo lugar para descansar un rato en tranquilidad, posando su cola al lado de ella y colocando su rostro en la palma de su mano.
Si que las clases de inglés habían estado algo complicadas.

---¿Qué te dije?---la voz rasposa de Katsuki se volvió a escuchar, mientras que su rostro estaba muy cerca del de Hanabi, la misma al notarlo, se asustó y dió un respingo, siendo suavizada por un corto beso en la nariz. ---Siempre haces todo lo contrario a lo que te digo, ¿no?

La azabache esbozó una sonrisa tonta, disculpándose con la mirada mientras se recostaba y recibía compañía del explosivo.

---Debes regresar pronto, estamos avanzando demasiado con los profesores. ---negó mientras fruncía los labios.

---Tsk. ---Katsuki se sentó al lado de ella, imitando en recostarse.

Recostó su cabeza en el hombro del más alto, oyendo de cerca la respiración del rubio, seguido del suave tacto en su mano.

---Ya no te metas en más problemas... ---aquello salió de sus labios como una súplica.

---Ya no lo haré...--- balbuceó torpemente, apoyando su mejilla en la cabellera negra de la chica.