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Deidad! Oc

Aizawa dió la noticia de que todos se irían de viaje por unos días para entrenar, provocando que sus compañeros de clase se entusiasmaran y decidieran comprar accesorios u otras cosas que les hacía falta

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Aizawa dió la noticia de que todos se irían de viaje por unos días para entrenar, provocando que sus compañeros de clase se entusiasmaran y decidieran comprar accesorios u otras cosas que les hacía falta.

Incluso habían organizado un grupo de chat por si alguien se perdía, ya que no todos comprarían las mismas cosas en realidad.

Tanto el bicolor como él, no asistieron a la quedada de la clase A.

Por su parte, Bakugō lo consideraba una pérdida de tiempo total.
Aunque si le faltaban algunas cosas para su viaje, pero se rehusaba a declinar su orgullo e ir con los extras de su clase.

Aunque terminó saliendo solo, por un mandado de su madre.

Pasó los dedos por las hebras color rubio cenizo que poesía, volviendo a escoconder su mano en la chaqueta color negra y gris que llevaba.

Se detuvo en el puente por el cual estaba cruzando, viendo entre las aguas a varias carpas de colores naranja, rojo, negro y blanco. Era la primera vez que se detenía a ver aquellos peces tan peculiares, pues siempre le parecieron feos por su boca tan grande.

Recostándose en el barandal de concreto, gruñó al saber que terminaría comprando cosas para él y su mamá. Justo hoy no quería salir de casa, pues descanso le faltaría cuando viajen y comiencen a entrenar como si del verdadero infierno se tratase.

Volvió sus rubíes orbes al agua, notando su reflejo en la misma.

Chasqueó la lengua y se dispuso a seguir su camino, mientras más rápido vaya, más rápido regresaría.
El sonido de algo saliendo del agua hizo que volviera a dirigir su mirada a la misma, notando a una carpa que por saltar, había terminado atorada entre una roca y el verde pasto. Podía dejar al pez ahí y que se muriera, pero terminó yendo hacia el animal, para cogerlo y regresarlo al agua, prolongándole la vida.

—Estúpido animal. —gruñó al ver cómo el pez se alejaba de él.

Remojó su mano en el agua que corría, pues no quería apestar en todo el trayecto hasta su casa. Sacudió su extremidad para secarla, girándose para irse de una buena vez.

Gracias.

Escuchó una voz susurrarle, mas no había nadie por esos lares, dejándolo confundido y asustado. Salió de ese lugar con rapidez.

 Salió de ese lugar con rapidez

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𝐁𝐚𝐤𝐮𝐠𝐨 𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐤𝐢→𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora