Ciego

Capitulo XXIX : Sussie

Sussie Bisset posee un encanto a quienes la ven se enamoran con profundidad de ella. Inocencia oculta en esa sonrisa resplandeciente y cabellos rubios claros. Abandonada por su madre quien era una mujer amante, ahora ya no sabe nada de ella. Han pasado doce años que no sabe nada de ella.

No sabe si está viva o muerta, nada ni una sola huella de ella. Pobre chica en un mundo sin amor cree en la posibilidad que todo sea de color rosa. Que todo tiene su lado maravilloso, si lo tiene pero no todos lo ven.

Hoy llevará a Theo al cine con unas amigas y acompañado con Adam. Su fin es lograr que Theo logre captar su atención hacia ella. Tan romántica que empieza a cantar letras a punto de azúcar. Dulces y inocentes como el amor joven, solo que no todos tienen esa bendición.

-Luces hermosa, seguro a Theo le encantará- dice Farella.

-¿Tu crees?- insegura viéndose al espejo.

-Si, apuesto que si - le da un abrazo.

-Veo el sol y la luna esta noche - ilusionada ve al cielo. -Hay un millón de posibilidades esta noche -risueña arregla su cabello.

Farella le arregla el cabello con una media cola, donde le coloca un moño de cintas en tono rosa pastel. Cepilla su cabello ondulado largo y rubio con las cedras naturales del cepillo. Sussie con su cepillada alcanza un pequeño sueño de ilusión.

-Mi pequeño sueño se oculta en los arbustos de aquel Edén -piensa Sussie.
Toma la mano de Farella y le cuenta lo nerviosa que esta. Ella le responde con un ligero gesto y siente su tacto.
-Todo estará bien porque siempre estare contigo -responde Farella.

El amor escondido que aún no puede revelar, los prejuicios de una sociedad ciega. No podía expresar quien es en realmente. Solo su corazón es al que le puede sincerar su pasión por aquella coqueta mujer. Solo podía callar y fingir el amor por un hombre.

-Sabes siempre se que puedo contar contigo - la ve a los ojos.

Farella sonreí con una mirada que solo los enamorados ven a sus ilusiones. -¿Sera ella mi mayor ilusión?- piensa mientras se cepilla el cabello. Su cabello rubio similar al de Sussie, casi parecerían mellizas pero no lo son, tal vez serían almas gemelas no correspondidas.

Al salir de la mansión allá afuera les esperaban sus dos caballeros Adam y Theo. Las dos damas se dirigen donde ellos con sus atuendos románticos. Sussie ve como Theo voltea al mirarla con su mirada fría y misteriosa. Sus ojos no mienten impactado al verla tan serena como siempre.
Adam dirige su mirada a Farella con sus ojos impressionados, pero ella evita cualquier contacto con el.

Ambos toman a sus parejas y caminan por las calles pedradas de Braneghin. Con sus cuatro vientos sopla los secretos de su historia. Las luces adornan las calles creando un objetivo primordial. Con una belleza que no deja morir a nadie, eso es lo que es Braneghin.

Caminan con sus pasos casi interpretando un tango pero el romance aun no ha establecido cadenas. Solo caminan sin recoger flores en el camino. Cada uno tiene un diferente pensamiento esta noche tan amena como esta.

Theo sigue pensando en Minerva, no sabe como reaccionar a todo esto. Preguntándose a si mismo será que le habrá pasado algo o solo esta en los brazos de Tomás. Estos celos lo están matando pero no lo demuestra, porqué sabe que tarde o temprano la olvidará como ella lo hizo con el.

Sussie piensa en el amor incondicional que le tiene a su preciado Theo. Al quien ruega por su atención, pero no llega al éxito.
Adam admira la radiante belleza de Farella. Tez clara, cabello rubio corto y ojos obscuros como una medianoche en París. Su atención hacia el era algo inalcanzable así que debía seguir intentando o dirigir sus ojos en otra mujer.
Mientras tanto, Farella cierra los ojos un momento dando un severo respiro sobre su amor secreto con la rubia de adelante.

Llegan a su destino al parque municipal donde colocaron una manta blanca y el proyector. Todos con sus asientos y rosetas de maíz. Esperaban a que la función comeciase. Tomaron sus asientos y esperan a que comience la película.

-Sabes es una de mis películas preferidas- dice Sussie. Abrazando el brazo de Theo y se recuesta en su hombro.

Theo pensativo no dice nada, su mente está en otra dimensión. Ve su reloj marcando la hora de su compás. -Sabes has sido uno de mis mejores amigos y me preguntaba si...- se acerca a Theo.

-Ya comenzó- señaló.