Capítulo XLVII: Milagro

5 0 0
                                    

-Últimamente han llegado guardianes a inspeccionar el cuarto de Minerva - observa Adam mientras se quita la corbata.

Si-... Es tan extraño - pensativo responde Theo sin darle mucha importancia.

Adam nota el comportamiento de su amigo y eso le confiere de miles de preocupaciones. Miraba como un escrito que tenía en sus manos lo atormenta. No miraba hacia atrás ni adelante, en cambio toda su atención en la hoja de papel.

-¿Qué lees? - curioso Adam.

-Sólo una carta de Minerva - responde.

-¿Y qué dice? - se acerca donde el.

-No mucho sólo es un escrito -atónito.

-Sobre que...- curioso.

-Sobre mi - alza la mirada.

-¿Puedo? -

-Seguro- entrega la hoja y se levanta ve hacía la ventana.

Adam ve como Theo dirige su mirada hacia afuera. Sin dar un signo de alivio o felicidad, sino su vista llena de dolor y furia. Sólo que no lo hacía tan evidente sino con su silencio lo decía todo.

Como no mencionar al eterno Theo al cual a robado todos mis suspiros. ¿Será que lo amo? Tal vez si, pero aún tengo mis dudas. Ha pasado poco tiempo que lo vengo conociendo pero no se todavía que sentir. Lo único que se es que ha sido mi mayor variable en esta vida. En olvidarme en mi amor fugaz con Tomás.

Un entretenimiento para poder curar esas cenizas de amor que me dejó el incendio pasado. Ahora se que todo fue un flechazo nada más. Gracias flechas por darme la bendición de poder vivir el amor otra vez.

-¿Qué quiere decir? - finaliza Adam.

-Sólo fui un capricho - responde Theo bajando la mirada.

-¿Crees que Minerva halla escrito esto? - cuestiona.

-Si, tiene su puño y letra - responde -Y además su firma está al pie de la página -

Y era cierto su firma curvilinea se encontraba al final del escrito. La chica de las flechas ciegas ha confesado la verdad o quizás no. Algo si se refleja que está carta fue una herida al corazón especialmente para Theo.

-Ahora que pasará con ella - ve su dormitorio casi vacío.

-Ni idea - responde Theo.

-¿Porque se llevan su cosas? - pregunta Adam.

-Dicen que son archivos de la rebelión por lo cual deben ser censurados - explica Theo.

Miles y miles de cajas de cartón se encontraba en su recámara. Papeles, agendas, libretas hasta notas hablando sobre el poder de las flechas. Los llevaban como si se tratase de una arma biológica. En su armario escondía todo su legado oculto.

Claro los rumores dentro de la pequeña ciudad fluyeron en el aire. Hablando sobre el conecte que tenía Minerva con los de la rebelión. Todos los documentos almacenados y guardados por orden de Perdomo. Quien a sido más que un confidente del Padre Valentino pero posee la nuez de la traición.

Los papeles habían llegado hasta la mesa del Padre Valentino y donde fue entregado por Tomás. Ambos intrigados por su conocimiento no propusieron sentencia pero alguien si. En la cual se esconde su furia detrás de su cama.

-¿Cómo va el asunto? - pregunta por teléfono.

-Todo bien, han llegado los papeles - informa Perdomo.

-Perfecto, han sospechado por los cuatro anteriores - pregunta una vez más.

-No, todo sigue neutral - atónita.

-Tomás a seguido con la búsqueda - curiosa pregunta una vez más.

-No, ya la hace muerta - responde asustada por los que venían en el pasillo.

-Perfecto - satisfecha sonríe. -Ahora no hay nadie que nos pueda parar - cuelga el teléfono y la llamada se ha finalizado.

El caso de Minerva Magallanes a sido ultimado en el olvido. Lo único que la hace vigente son sus escritos de lo contrario se encontraría en ultratumba. En el olvido de su existencia. Tomás está más intrigado en sus escritos y averiguando sobre el poder de las flechas de oro al igual que el padre Valentino.

El poder hace cambiar a las personas y por ende reflejan la versión oculta de ellos ya sea de buenas intenciones o malas. Eso ya dependerá de la persona, pero sólo debes esperar a que surga su metamorfosis.

-Tengo miedo - atormentado Theo.

-¿A qué le tienes miedo? - pregunta Minerva.

-A todo - responde viendo sus ojos azules cristalinos.

-No temas todo estará bien -responde.

-¿Cómo estás tan segura? - confundido.

-Porque lo siento - toca su collar sobre su torso.

El collar de Nenufares se ilumina como una luz perleada. Ella com un vestido blanco de seda y sus cabellos oscuros como el ebano, crecía en su oscuridad como una luz ante sus ojos. Esa luz que lo dejaba casi ciego ante los ojos de cualquier hombre.

Theo se arrodilla mortalizado ante su presencia como un huracán se refugia de su dolor. Su collar de flecha de oro se levanta ante los aires al igual que el de ella. Se acercan para juntarse y crear un toque o roce entre ellos.
Ambos se ven a la mirada como si hubiera pasado siglos desde su vida pasada. Almas gemelas se vuelven a encontrar en diferentes generaciones pero está vez el flechazo los detendrá.

Theo se levanta asustado por lo que había soñado. La presencia en su sueño le hizo gritar por el dolor de sus ojos y corazón. No lo podía creer que todo esto fuese un sueño. No fue tanto eso sino que lo sintiese casi real. Apaga la luz y trata de dormir una vez más pero es imposible. Ya que Minerva Magallanes ha retomado en su mente.

-Aunque sólo fui un flechazo para ti pero yo siempre te amaré - susurra entre sus labios al imaginarse un mar de estrellas.

Más allá de las calles de piedra donde los caminos de tierra sacuden el suelo. En aquel ventanal con una cortina de algodón blanca, Minerva observa a la luna. Se había despertado por aquel sueño que tuvo hace poco. Donde volvió a ver a Theo pero no con sus retratos, sino con su imagen casi real.

Tocó a su ventana con su presencia y vio que talvez su corazón no está muerto aún. Vio el collar que le dio y muestra su sincera sonrisa.

-Se que aún me ama - ilusionada toca su collar con las dos manos sobre su pecho.

CiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora