21.

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—YoonGi-ah, no es que desconfíe de ti, tienes la pinta de ser un chico responsable y bueno en lo que hace —le mira con dulzura desde atrás del mostrador, deseando pasar sus dedos por su sedoso cabello con el propósito de desordenarlo— pero no tienes edad para trabajar, eres muy joven todavía. Me sentiría incómodo y un completo holgazán si te permito atender el local en esas condiciones.

Escuchar esas palabras no deberían desilusionarlo tanto, pero cuando se encuentra con esos enormes ojos negros viéndole compasivos tiene la sensación de estar atrapado en el cuerpo de un niño pequeño, uno que es regañado por querer crecer demasiado rápido.

Desearía no haber asistido a la florería de SeokJin después de la escuela, pues de ese modo el patético uniforme escolar y el portafolio que reposa en el suelo junto a sus pies no restarían seriedad a su petición por un empleo.

—Sabe que cumpliré dieciocho en unas cuantas semanas, estoy más de este lado que del otro hyung, se lo suplico —quiere sonar serio, pero su voz interna maldice al ser consciente del dejo suplicante que existe en sus palabras— NamJoon me ha dicho que buscan un empleado para el turno vespertino. He de suponer que no es grato para usted esperar a que su madre llegue para suplirlo y sentirse amenazado con llegar tarde a sus clases.

El mayor levanta las cejas expresando sorpresa, pues el chico parece tener un punto a su favor siendo conocedor del por qué de la vacante. Tamborilea sus dedos sobre el mostrador, ojos metódicos sobre el estudiante y labios torcidos como cuidando lo que está por decir. Sabe que está harto de lidiar con retardos de una hora, de correr a la universidad para terminar llegando tarde de todos modos y de vivir estresado en medio de complejos horarios.

— ¿Acaso tengo que ponerme de rodillas para que me ceda el puesto? —cuestiona sarcástico, harto de esperar por una respuesta.

—No creí que fueras de ese tipo, pero si así lo deseas, adelante —sus ojos ríen en lugar de su boca, pues ésta se encuentra demasiado ocupada haciendo ese tono burlón que YoonGi ha encontrado insoportable desde que empezaron a convivir con más frecuencia— hablando en serio, creo que tienes razón. Empiezas mañana a las cuatro, y si te preguntan, cumpliste dieciocho el trece de febrero.

— ¿Por qué el trece de Febrero? —debería hacerle saber lo agradecido que se siente, pero en lugar de ello sólo se dedica a hacer preguntas como la mayoría de las veces que se encuentran a solas.

No es de extrañar, pues es lo que despierta alguien tan amigable como SeokJin en un ser tan arisco como YoonGi, curiosidad; eso y enormes ganar de pegar cinta adhesiva sobre su boca cuando parlotea sin parar, siempre jugando con él y su escasa paciencia.

—Es la fecha de cuando te apareciste por aquí sin estar seguro de querer disfrazarte de príncipe azul al día siguiente —se encoge de hombros, la atención que debería brindarle a él puesta sobre un viejo libro de repostería francesa— no te había visto antes, así que al menos para mí y para las flores de este lugar, naciste esa tarde frente a mis ojos.

"Flores En Primavera" [ksj + myg] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora