39.

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No creyó que marcharse resultara tan agradable, pero ahí está, admirando las luces nocturnas que iluminan Seúl, el travieso viento primaveral jugando a ondear su desabotonada camisa a cuadros.

Se aferra al torso de SeokJin, la camiseta blanca que éste trae puesta ciñéndose todavía más sobre su cuerpo; su nariz robando un poco de ese agradable aroma a vainilla que desprende el largo cuello del universitario.

Espera que éste deje pasar de largo sus acciones por estar demasiado concentrado en conducir de tal forma que ambos lleguen a salvo; lo que no sabe es que sonríe discreto, empecinado en la sensación de las manos del menor rodeando su cintura con fuerza, buscando sentirse seguro.

Llegan antes de la media noche, y a pesar de los ruegos de YoonGi porque no sea así, SeokJin se baja de la motocicleta con tal de acompañarle hasta la puerta de su habitación. Le es imposible no poner atención en el clima que envuelve su entorno, mucho más cálido, ningún rastro de nieve yace entre las grietas de la gris acera que recorren.

Bufa acelerando el paso, ¿por qué presta atención a detalles tan estúpidamente obvios? Mayo está a unos cuántos días de lejanía, el verano prácticamente se encuentra a la vuelta de la esquina; no tiene sentido pensar en nevadas y frío a este punto. Tal vez sus absurdos pensamientos se deban a que teme volcar esa atención sobre el chico que camina frente a él; ese de cabello revuelto, hombros anchos enfundados en una chaqueta de cuero, jeans demasiado ajustados.

SeokJin es atractivo, ha estado consciente de ello desde que le vio por primera vez; el problema es que comienza a sentirse afectado por su coqueta sonrisa y look despreocupadamente arreglado.

Pierde la cuenta del número de veces en que traga saliva mientras suben por el elevador; la cordura abandona con frecuencia su pensar, y teme porque su corazón salga disparado de su pecho en el momento menos esperado. Comienza a sentirse como una pesadilla hasta que finalmente llegan a su piso.

El pasillo está poco iluminado, pero carece de aspecto tétrico; ambos caminan en silencio hasta llegar a la puerta que luce el número "412" escrito sobre una placa dorada. Frente a frente se preparan para decir adiós, pero hay algo insoportable estorbando en medio de los dos cuando sus miradas chocan.

—Buenas noches, YoonGi-chi —pronuncia el mayor, voz pastosa y suave sonando como música para sus sensibles oídos.

Le cuesta tanto contenerse; ver al adolescente tan cerca bajo un espectáculo de sombras, apoyado contra la pared, hace que sus ganas de cerrar la distancia entre ambos sean difíciles de controlar, pero se aleja antes de cometer una imprudencia.

Ambos hacen a la noche responsable de su extraña actitud, porque la presencia de la luna en el cielo siempre ha sido la excusa perfecta de dos amantes que ignoran la gravedad de los nuevos sentimientos latiendo dentro de su confundido pecho.

. . .  

Siendo SeokJin mi ultimate bias y la razón por la cual sonrío con espontaneidad todos los días, permítanme decirles que escribir este capítulo casi me deja agonizante frente al teclado. 

La imagen mental de él conduciendo una motocicleta es simplemente... nociva para mi salud mental. Supongo que para la de ustedes también. 

Disfruté mucho escribir este capítulo, no les mentiré 7w7 y lo hice mientras escuchaba "Bad Boy" de mis bebas, creo que eso hizo a mi imaginación volar hahaha. 

Por cierto, hoy empezó mi último semestre en la preparatoria y tal vez las actualizaciones ya no sean tan frecuentes como antes, una disculpa. (No es que mucha gente lea esto, pero sentí la necesidad de aclararlo) 

Besos, gracias por leer. 

"Flores En Primavera" [ksj + myg] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora