27.

1.5K 320 57
                                    

Le es difícil concebir que una persona sea capaz de fabricar amor instantáneo, desechable, pero que por lástima da la pinta de ser real; tanto así que dejarse engañar por ello es tan sencillo como beber agua cuando se está sediento, como aceptar caricias cuando se está falto de afecto.

Pupilas dilatadas, risa exagerada y palabras tímidas. Taehyung ha venido a visitar a su "compinche floral" —apodo que le ha designado desde el fin de semana pasado y que el contrario odia casi tanto como a sus chistes de toc-toc— y éste se muestra tan perdido por él que es casi insoportable de ver.

Es como ver a su yo de hace tres años; babeando por un idiota que no supo apreciarlo, creyendo que veía estrellas en el cielo cuando no eran nada más que un mísero engaño, al igual que el resto de su relación.

Estúpido profesor de Bioquímica por haber informado que su clase de las seis quedaba cancelada por asuntos personales. De hallarse en la escuela se sentiría menos incómodo y más tranquilo; pero ahí está, sentado a unos metros del complejo dúo rechazo y sus risillas nerviosas, casi artificiales.

¿Por qué tan siquiera vino a verlo?, ¿no tiene acaso un novio mitad conejo con el cual echar tiempo a la basura?, ¿no había rechazado a la persona que ahora mira como si se estuviera arrepintiendo de su decisión? Y por Dios, en nombre de su inexistente tolerancia y de todo lo que carece de sentido, ¿por qué YoonGi luce tan radiante junto a la persona que pisoteó su corazón dejándolo atrapado en la zona de amigos?

Solloza creyendo que lo ha hecho sólo en sus pensamientos; cubriendo su rostro con ambas manos e inclinándose cerca de su laptop. Lo más cuestionable de todo es: ¿qué hace él preocupándose por una vida que ni siquiera le incumbe? Gastando tiempo mientras piensa en un romance que no es asunto suyo.

—Oiga hyung, si le está dando jaqueca de nuevo, puedo subir por unas aspirinas —ofrece el causante de su crisis; suena tan calmado que escuchar sus palabras es igual de doloroso que recibir un gancho en el estómago.

—No hace falta, estoy de maravilla —se estira, colocando esa típica sonrisa efusiva y amable que usa para atraer clientela. El adolescente hubiese notado el sarcasmo entre líneas sino estuviera tan cegado por el señor corte de honguito, el cual aguarda para reanudar su conversación; piensa SeokJin— vuelvan a lo que sea que estén haciendo a menos que alguien venga de compras. No queremos dar la impresión de que en "la vie en rose" nos dedicamos a chismorrear.

—En realidad, ya me iba a casa —Taehyung se sonroja, haciendo una reverencia en su dirección. "Aleluya", aquel cántico ilumina su mente al escucharlo— sólo le pedía un favor a YoonGi. Perdonen las molestias.

—No eres una molestia —repone el pelinegro.

"Oh claro que lo eres" pasa por la mente de un enfurruñado SeokJin.

—Bueno, pero estoy siendo una interrupción en tu nuevo trabajo, para ti y tu compañero —sonríe, crispando los nervios de ambos en formas completamente opuestas— en mi casa a las ocho, no lo olvides. Tengan una linda tarde YoonGi-chi, hyung —son sus últimas palabras antes de retirarse, despidiéndose con la mano.

Un lapso de silencio se apodera del ambiente en cuanto la campanilla tintinea indicando su partida. El adolescente suspira por razones que no quiere escuchar, mientras que él parece recobrar la calma pues por fin se hallan solos, de nuevo.

Está por retirarse del local, pues cree que le hace falta despejar su mente con algo de aire fresco. Quizá salga en su amada motocicleta color menta a dar la vuelta, o sólo vaya a caminar al parque de siempre; hubiese decidido entre una de esas dos opciones de no ser por el par de pálidas manos que le retuvo tras el mostrador.

Mira a su lado izquierdo, esos ojos castaños dejándole aturdido una vez más. Pareciera que se les está haciendo una terrible costumbre, una que atenta contra su sensatez y parsimonia.

—No espero que esto sea producto de mi imaginación, porque si es así entonces mi dignidad terminará en el suelo —el menor rueda los ojos, intentando sonar divertido a pesar de la pequeña gota de preocupación que destila de su tensa sonrisa— pero parece molesto, hyung.

— ¿Por qué estaría molesto?

—No lo sé, es eso lo que quería preguntarle —se encoge de hombros, soltándole por si desea retirarse, sin embargo, se queda justo donde está— siempre habla sin descanso y actúa como si amara a todo aquel que le dirige la palabra, pero ha mirado a Taehyung como si fuese un estorbo.

— ¡Ah! ¿cómo quieres que le mire bien después de esa invitación poco decente? En su casa a las ocho; tan casual reunirse con una persona enamorada de ti sabiendo que recién comienzas una relación —comenta, con facha de que no le importa. Quizá le faltó sonar menos molesto para hacerlo convincente.

YoonGi se ríe hasta doblarse sobre su estómago, y ante sus ojos ese gesto no tiene otro motivo que hacerle sentir ridículo e infantil; imponiéndose victorioso al confirmar sus sospechas. Debió haber permanecido callado y someterlo a la tortura de la incertidumbre hasta la mañana siguiente; plantea demasiado tarde mientras se cruza de brazos, dedicándose a mirarlo como si deseara arrancarle la vida.

—Hyung, usted es divertido —pasa ambas manos por las comisuras de sus ojos, pues éstos han desbordado lágrimas debido a sus incesantes carcajadas— si cree que soy del tipo de persona que sería cómplice para engañar a un pobre chico de dieciséis, se equivoca. Tae sólo me ha pedido que le ayude con su guía de estudio para su examen de admisión, nada más. Apuesto a que JungKook estará ahí.

Le mira encogerse de hombros, volviendo a repasar sus partituras. El mayor comienza a creer que esas notas musicales se quedarán pegadas en su memoria por la eternidad de seguir a ese paso.

—Pues hay un problema con tu reunión de estudio —canturrea casi malévolo, tomando una escoba que reposa arrinconada contra una esquina.

— ¿Por qué lo habría?

—Cerraremos a las siete, YoonGi-chi —ironiza, tocándole la punta de la nariz con el dedo índice— pero te quedarás conmigo a hacer limpieza del local. Ve avisándole a tu preciado TaeTae.

—Pero mi cita de estudio es mañana...

— ¡No se diga más! —exclama con fingida alegría, elevando ambos brazos al aire; la escoba inevitablemente cae al suelo— ¡mañana habrá limpieza en la florería! Ven preparado.

—Usted es increíble.

—Me lo repito cada mañana frente al espejo, pero gracias por recordármelo. 

"Flores En Primavera" [ksj + myg] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora